Anticuerpos monoclonales, pasaporte a la vida

Directivos del Centro de Inmunologí­a Molecular evaluaron la marcha de un protocolo de investigación aplicado a pacientes con la COVID-19 en el hospital Comandante Manuel Fajardo Rivero, de Villa Clara. El centro hospitalario que más aporta en resultados al paí­s.

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Anticuerpos monoclonales, Villa Clara
Algunos de los fármacos utilizados en estos tiempos. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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01 Mayo 2020

Cuando termine la pesadilla que vive el mundo actual, nadie deseará mencionar la COVID-19. Las noches de insomnio, las preocupaciones familiares, los propios reajustes de la vida quedarán en esa carpeta de recuerdos que jamás volverá a abrirse.

Mas, no habrá dudas de la tenacidad de la ciencia cubana con sus esfuerzos ilimitados por salvar a un paciente, y emplear alternativas que conllevan el cambio de planes y perfiles para ponerlos en función del bienestar de la humanidad. Así­ lo ha hecho el Centro de Inmunologí­a Molecular (CIM) de Cuba, cuya lí­nea principal consiste en los productos destinados a la inmunoterapia del cáncer, y de pronto se ha involucrado en un protocolo de investigación dirigido a la aplicación de terapias que puedan atenuar la epidemia.

Dr. Kalet León Monzón: «El Centro de Inmunologí­a Molecular sigue sus ensayos en la búsqueda de nuevos medicamentos para diversas afecciones. Es el compromiso de los cientí­ficos con la humanidad ». (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Para el Dr. Kalet León Monzón, vice director primero del CIM, constituye una respuesta a favor de la existencia, y considera que «el trabajo del equipo médico en Villa Clara ha sido muy bueno en relación con el protocolo a partir del empleo del Itolizumab o CIMA-REG ® ».

Y sin pensarlo mucho se detiene en el panorama local, pues la provincia es la que más pacientes ha incluido en el estudio, gracias a las acciones del hospital Comandante Manuel Fajardo Rivero, avalado por sus excelentes aportes y su nivel de comunicación e interacción.

Vale señalar que de los 72 enfermos incluidos en el protocolo hasta el momento, 32 pertenecen a nuestro territorio. A ellos se les han aplicado anticuerpos monoclonales que restablecen, mejoran o limitan el ataque al sistema inmunitario, como proteí­nas utilizadas por este sistema, con el objetivo de identificar y neutralizar esos gérmenes extraños que invaden el organismo (bacterias y virus).

«Aún no se puede ofrecer una evaluación concluyente sobre el efecto del medicamento en la terapia, pero todo parece indicar, por los propios resultados primarios, que está teniendo un impacto en los pacientes, sobre todo en aquellos que lo reciben en estadios tempranos ante del cuadro clí­nico », precisa León Monzón.

Además de Villa Clara, se aplica en unidades hospitalarias de La Habana, Matanzas, Pinar del Rí­o, Santiago de Cuba, Las Tunas y Holguí­n.

En lo que constituyó una jornada de trabajo convertida en especie de junta médica, el Dr. Jorge Eduardo Berrio íguila, director del hospital objeto del estudio, declaró que de no ser por el uso del monoclonal, la provincia hubiera sufrido consecuencias mayores, sobre todo a raí­z del episodio epidemiológico ocurrido en el Hogar de Ancianos # 3 de la capital provincial.

Y reafirma como premisa fundamental para el éxito de cualquier tratamiento que el enfermo no llegue tarde a la asistencia de los servicios hospitalarios.

Expertos del Centro de Inmunologí­a Molecular y del hospital Comandante Manuel Fajardo Rivero, de Villa Clara, no se detienen en el plano de las colaboraciones desde la institución hospitalaria que figura como una de las que más doctores en Ciencias tiene en la provincia. (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Perfeccionar, vocablo clave

El Dr. Armando Caballero López, una cátedra dentro de la historia de la medicina y la terapia intensiva en la provincia y en Cuba, insiste en perfeccionar cada detalle de lo que se está haciendo, pues, en su criterio, los medicamentos cubanos aplicados para combatir la COVID-19 resultan novedosos y prometedores para lograr la mejor evolución del paciente y evitar que se desencadene la gravedad.

Aclara, además, que «los fármacos utilizados en el protocolo no son aplicables a la totalidad de los pacientes, ya que depende de sus caracterí­sticas y particularidades, entre otros factores ».

Entonces alude a la llamada tormenta de citoquinas o pequeñas proteí­nas que se dirigen a varias zonas del organismo y liberan elementos quí­micos que perjudican las células. Cuando se reporta esta fase de daño, es muy difí­cil que los medicamentos puedan frenar la situación; pero si se utilizan a tiempo, ofrecen marcados resultados.

«Resulta fundamental que una vez iniciados los sí­ntomas y las manifestaciones respiratorias no se pierda tiempo para asistir al médico. Ello es clave para el éxito de los tratamientos », asegura el Dr. Armando Caballero López. (Foto: Carlos Rodrí­guez Torres)

Sin apartarse de su mundo de la terapia intensiva, tiene una solidez de conocimientos que le permite afirmar que los estudios de mortalidad en las referidas unidades resultan sumamente complejos, porque hay que verlos desde un punto multifactorial.

«Villa Clara agrega es la provincia más envejecida de Cuba, y aproximadamente el 82 % de los decesos recae en la población anciana ».

Apoyado en sus conocimientos retoma el episodio del Hogar de Ancianos #3 de Santa Clara. «Se esperaba lo peor; sin embargo, el accionar oportuno demostró lo contrario,a pesar de la edad avanzada y un grupo de patologí­as de consideración que entorpecen los pronósticos ».

¿Cuáles mencionarí­a entre ellas?

Incluyo la diabetes mellitus, las irregularidades cardí­acas, con infarto o sin él, y la hipertensión arterial. Existen otras causas que también influyen y no resultan muy comunes. Aclaro que a todo ello se suma la edad, de ahí­ que sea necesario proteger al grupo de la tercera edad, a diferencia de lo que se hace en otros paí­ses, donde están a la deriva.

Para el Dr. Caballero López, el SARS-CoV-2 deja aún muchas incógnitas al ser algo nuevo, pero las buenas intenciones llevan a la búsqueda de la inmunidad. Cuba no se queda atrás y está enfrascada en el hallazgo del medicamento efectivo, junto a una parte del mundo que también recurre a los anticuerpos monoclonales.

«Todaví­a no se cuenta con una vacuna ni con un fármaco, por lo que está en nuestras manos y con acciones responsables evitar que la pandemia incremente sus estragos », concluyó el experto.

Haciendo ciencia

Resulta grato saber que aun cuando determinada lí­nea productiva o de investigación no constituye el objetivo sistemático de un colectivo, se hace una parada para apoyar la salud de la humanidad.

Eso ha hecho el CIM, cuyo vice director primero, el Dr. Kalet León Monzón, explica que los anticuerpos monoclonales para la COVID-19 no figuran en la cartera habitual del centro, «pero como parte de Cuba damos todo ».

Entonces recuerda que el objetivo principal del centro es el logro de productos destinados a la inmunoterapia del cáncer y algunos dirigidos a afecciones autoinmunes dentro de las enfermedades crónicas no trasmisibles.

«Tenemos 21 productos en nuestro dosier; de ellos, seis registrados en Cuba y en otros paí­ses. Contamos con la eritropoyetina recombinante, que tiene uso ante fallos multiorgánicos y en nuestro paí­s no se habí­a empleado mucho en las terapias intensivas, aunque posee diferentes utilidades.

«Tampoco faltan las vacunas reconocidas para el cáncer de pulmón, estudios dirigidos a cabeza y cuello, entre otras indicaciones, y para el logro de la autoinmunidad aparece el Itolizumac, aplicable en el tratamiento de la psoriasis severa, e investigaciones sobre la artritis, y el renglón que se está utilizando para la COVID-19 ».

Los desvelos por el cáncer inducen a continuar los estudios en más de 30 ensayos clí­nicos en curso para la obtención de diferentes medicamentos, y en cuanto al SARS-CoV-2, se promueve el inicio de dos ensayos clí­nicos, uno con un medicamento para la insuficiencia renal crónica, al tiempo que aparece otro, de conjunto con el Instituto de Hematologí­a, destinado a pacientes pos-COVID que puedan quedar con alguna secuela respiratoria o de otro tipo, como una especie de terapia regenerativa.

«Definitivamente, la ciencia se ha adaptado al momento y estamos en función de la historia », precisa el Dr. León Monzón.

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