
Desde la constitución de la Empresa de Producción Local de Materiales de la Construcción (PLOMAC) de Villa Clara, en el año 2019, el apoyo brindado por el Proyecto Hábitat II, que lleva adelante la Facultad de Construcciones de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas ha sido insustituible en su fortalecimiento.
La donación de más de cien equipos y la conformación de minindustrias en cada uno de los 13 municipios villaclareños, no solo posibilitó en el 2020 la elevación de la productividad, sino, y sobre todo, la elevación de la calidad de los elementos de piso, de pared y de techo que dicha empresa, adscripta al Poder Popular del territorio, elabora.

Desde entonces los bloques, baldosas, ladrillos, tabletas y plaquetas producidas por PLOMAC, nombre comercial que la identifica, han ganado en aceptación por la población, y la empresa transita en este 2021 por un proceso de fortalecimiento y el compromiso de elevar su eficiencia con nuevos surtidos productivos, entre los cuales sobresale el adocreto, que ya se elabora en la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Encrucijada, y que ha tenido una gran aceptación, a pesar de lo incipiente de su producción a reducida escala.
Ahora el proyecto Hábital II que auspicia la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) contribuye a seguir perfeccionando el vínculo ciencia-producción con la entrega de módulos de cómputo que harán más eficiente, confiable y rápida la información que la empresa villaclareña procesa de sus distintas producciones.

El máster Pedro Seijo Pérez, codirector de dicho proyecto, manifestó que están apuntando a fortalecer el trabajo de las minindustrias y a ampliar la producción de adocretos, con nuevos equipamientos, pero también a asegurar el control de las producciones, de ahí la donación realizada:
«Hoy podemos ver el completamiento de equipamiento, ya no de la línea productiva, sino del aseguramiento del registro de las producciones y darle así, incluso, más jerarquización al trabajo con respecto al programa de la Vivienda. Ahora las UEB dispondrán de computadora, con sus accesorios, memoria para transportar la información, incluida una impresora, lo que harán más dinámicas y efectivas las informaciones que se brinden a nivel de empresa y hacia el país ».
Al respecto, Jesús Martínez García, director de PLOMAC Villa Clara, tras agradecer el donativo, reconoció que la utilidad del vínculo con la Universidad no solo ha sido con el equipamiento tecnológico y productivo, sino con el asesoramiento y la capacitación:
«Acabamos de recibir siete módulos de computación, pero anteriormente habíamos recibido otros dos, para los municipios de Quemado de Gí¼ines y Encrucijada, y ahora los entregaremos a las UEB de Remedios, Caibarién, Camajuaní, Manicaragua, Sagua la Grande y a la propia empresa, restándonos solo unos pocos territorios, los que deberán completarse, pues forma parte del proyecto.

«Paso a paso hemos ido mejorando, y con la ayuda de la Universidad, hemos elevado la calidad de las producciones. También nos hemos nucleado de gente joven y emprendedora. Ahora mismo disponemos de una capacidad de producción para una vivienda diaria. Y junto a los materiales de la construcción, incursionamos también en el asfalto, con dos plantas en caliente ya recuperadas y en producción, y otras dos de asfalto en frío que queremos rescatar, lo que, sin duda, aliviará la compleja situación de los viales en Villa Clara ».
Sin duda, PLOMAC Villa Clara muestra una cara bien diferente a sus inciertos inicios y la cantidad y calidad de sus producciones ganan cada día más aceptación; en lo que, en buena medida, han tenido que ver los estrechos lazos con el proyecto Hábitat, prueba de lo beneficioso de la vinculación ciencia-producción, un camino con mucho trecho por andar en Cuba.