
Con una correcta selección de variedades cañeras ajustadas a las características específicas de los suelos, y sistemáticas atenciones culturales a las plantaciones, los azucareros de Ranchuelo aspiran a incrementar los rendimientos agrícolas, entre los más bajos de la provincia, para satisfacer en venideras zafras los requerimientos de materia prima que demanda el ingenio Ifraín Alfonso, ubicado en ese territorio.
La encomienda requiere del óptimo aprovechamiento de la maquinaria y de elevación en la productividad individual de las fuerzas que integran las unidades básicas de producción cooperativa (UBPC) del sector, encargadas de completar durante el año 2350 hectáreas de siembra, volumen que registra ahora un 41,9 % de ejecución anual.

Lo anterior explica que durante la campaña invernal plantarán allí unas 1363,2 hectáreas, cifra que ubica la unidad de atención a productores en el grupo de rezagadas de la provincia.
David Morales Romero, director de esa entidad, dijo a Vanguardia que tienen en diferentes fases de preparación de tierra unas 540 ha, listas para incorporar en septiembre al programa de siembra y disminuir el déficit del compromiso.
Las limitaciones con suministros de combustible y atrasos en la preparación de los suelos durante los primeros meses de año conforman algunas de las causas principales de los aplazamientos, tal como ocurre en la UBPC Jesús Menéndez, enfrascada en acondicionar con maquinaria pesada unas 166 ha planificadas en la temporada de frío, precisó Omar León Palleiro, el administrador.

La UBPC Carlos Manuel de Céspedes, una entidad similar, muestra un rostro diferente al completar en lo que va de año 229,2 hectáreas ya plantadas. En fases de alistamiento de suelos suman otras 127 ha, apuntó José Antonio Guerra Hernández, al frente de un colectivo agropecuario que ostenta 44 t/ha, los mejores rendimientos del municipio.
Los rendimientos, ascendentes a 33 t/ha, constituyen la mayor fisura de los cañeros de Ranchuelo, encargados de suministrar a partir de enero 130 943 toneladas de materia prima al ingenio local.
De ahí que, con la calidad de las siembras y la germinación, las atenciones culturales para enfrentar los enyerbamientos en las plantaciones de secano sean decisivas en el propósito de llegar a un adecuado término los encargos del año.