Condado: una mirada diferente para transformar el barrio

Un barrio carismático y patriótico donde el Poder Popular de Santa Clara, con el apoyo del Gobierno Provincial, pone todo su empeño para resolver la mayor cantidad posible de sus problemas materiales acumulados durante años.

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Habitantes del barrio Condado, de Santa Clara, participan en la eliminación de un microvertedero.
La comunidad es parte activa de las transformaciones. La eliminación de este microvertedero se realizó este 31 de agosto en la calle Síndico, entre Primera y Peña Blanca. (Foto: Cortesía de Chester Danilo Chaviano)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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04 Septiembre 2021

El Condado es el barrio más emblemático de Santa Clara, y uno de los más humildes y revolucionarios. Decir Condado nos lleva a pensar en alegrí­a, música, bullicio; en compartir lo poco entre los vecinos y salir a defender, a como sea, la dignidad de sus habitantes.

Para quienes viven en la populosa barriada de dos siglos de existencia, no hay mayor orgullo que haberse criado entre sus polvorientas calles y sus vetustas casas, aunque para algunos santaclareños ser «condaero » adquiere cierto matiz despectivo.

Sus hijos salieron a las calles el 9 de abril de 1958 desde la panaderí­a Santa Teresa, situada en la calle San Miguel, durante la huelga general revolucionaria contra el dictador Fulgencio Batista.

Trabajos de reparación en una de las calles del barrio Condado, de Santa Clara.
Definir prioridades en consulta con la población ha formado parte de la estrategia seguida en el Condado. De ahí­ que el asfaltado de algunas de sus calles haya sido una de las acciones de mayores satisfacciones. (Foto: Carlos Torres)

Y durante la Batalla de Santa Clara, el capitán invasor Pablo Rivalta, el hijo de Chucha, la santera más reconocida del Condado, tomó la barriada sin tirar un solo tiro.

Del Condado es José Luis Cortés, el Tosco, uno de los músicos más reconocidos de Cuba, y allí­ vive Marí­a Elena León Molinet, la Lupe, baloncestista emblemática que asistió a tres Juegos Olí­mpicos y a cuatro campeonatos del mundo. Sin olvidar a Eduardo Paret, bicampeón olí­mpico y torpedero de maravillosas manos; ni a Pablo Lara, campeón olí­mpico de levantamiento de pesas en Atlanta 1996.

En fin, un barrio carismático y patriótico donde el Poder Popular de Santa Clara, con el apoyo del Gobierno Provincial, ha decidido poner todo su empeño para resolver la mayor cantidad posible de sus problemas materiales acumulados durante años y, sobre todo, sacar a relucir las mejores cualidades de sus residentes.

Condado en Revolución  

Los vecinos más antiguos aún recuerdan el surgimiento del reparto América Latina, primer esfuerzo de la naciente Revolución en Santa Clara por eliminar aquellos barrios insalubres denominados «llega y pon »; una voluntad constructiva encabezada por el comandante Juan Almeida Bosque, por entonces jefe del Ejército Central.

Y no son pocos los que se acuerdan con alegrí­a de la creación del reparto Camilo Cienfuegos los conocidos edificios de Pastorita, con su hermoso parque interior y el busto de bronce del legendario comandante rebelde.

Luego, en los años 80 del pasado siglo, nació el reparto Los Sirios, inicialmente denominado «reparto de los médicos », con su casa de cultura, una biblioteca pública y su cercano multipropósito.

Todos estos empeños, dirigidos a mejorar las condiciones de vida de los moradores del Condado, se vieron paralizados por las complejidades económicas del paí­s. De ahí­ que, con el paso de los años, los viales, redes hidráulicas y alcantarillados de la comunidad se fueran deteriorando hasta llegar a condiciones de extrema precariedad.

A ello se unió el envejecimiento de su fondo habitacional y un crecimiento demográfico descontrolado, lo que hizo florecer asentamientos ilegales como los de Gran Panel, Callejón de Ponciano I y II, y Loma Subestación, entre otros.

No obstante, el proyecto permaneció entre las prioridades gubernamentales, y dos años atrás, en los consejos populares Condado Norte y Condado Sur se hizo un loable intento por recuperar parques, eliminar microvertederos, embellecer establecimientos del Comercio y la Gastronomí­a, y modificar conductas mediante un proyecto comunitario con fundamentos cientí­ficos aportados por investigadores sociales de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas.

Ahora, semejante a lo que se realiza en 62 barriadas de La Habana, se ha retomado la voluntad rehabilitadora en el Condado, y desde hace algo más de cuatro semanas se han llevado a cabo no menos de 300 acciones de diverso tipo, las cuales han resuelto problemas perentorios de sus vecinos; en particular, aquellos relacionados con los viales, salideros hidráulicos, tupiciones, y eliminación de basureros y microvertederos.

Chester Danilo Chaviano Valdés, secretario de la Asamblea Municipal del Poder Popular y lí­der comunitario con experiencia, ha estado encauzando las transformaciones junto a la máxima dirección gubernamental de la cabecera provincial y diversos organismos del territorio, y en diálogo con Vanguardia se refirió con entusiasmo a los cambios ya visibles en un contexto donde resta por hacer mucho más que lo logrado.

Parquecito infantil en el barrio Condado, de Santa Clara.
El parquecito infantil de la calle Barcelona se incluye entre los lugares rehabilitados, aunque ahora la COVID-19 no permita su disfrute por los niños del barrio (Foto: Carlos Torres)

«Las actuales transformaciones se iniciaron en los primeros dí­as de agosto, sobre la base de experiencias comunitarias anteriores, pero con una visión más integradora y el propósito firme de ayudar a resolver la mayor cantidad posible de problemas. Hablamos de un barrio de gente comprometida, con tradición revolucionaria, y también muy necesitada de apoyo para mitigar y reducir vulnerabilidades en sus modos y condiciones materiales y espirituales de vida.

«Partimos del principio de que fueran los propios habitantes los principales actores de los cambios y, poco a poco, hemos ido motivando e incorporando a una mayor cantidad de vecinos, con lí­deres formales, como los presidentes de ambos consejos populares: Condado Norte y Condado Sur, así­ como los denominados lí­deres informales, incluidos los delegados de las 15 circunscripciones que integran la amplia barriada.

«Además, se han sumado los grupos y brigadas de trabajo comunitario y organismos como la Empresa Eléctrica, Comunales, Acueducto y Alcantarillado, Comercio, Educación, Salud, Cultura, el Inder, y diversas entidades de la Construcción, entre otros. Todos han puesto su mayor empeño para resolver las dificultades existentes, y concluido agosto podemos mostrar resultados alentadores: el bacheo y asfaltado de varias calles, la supresión de salideros y tupiciones, la colocación de más de 150 lámparas en lugares públicos que antes permanecí­an a oscuras, y también la rehabilitación y mejorí­a constructiva de varias bodegas, panaderí­as y centros de la Gastronomí­a y el Comercio ».

¿Qué otros beneficios sociales se incluyen en este programa?

Se han transformado escuelas y consultorios del médico de la familia, convertidos ahora en vacunatorios, y no son pocos, pues en el Condado suman 52, con reparaciones necesarias. Asimismo, mercados de la Agricultura, Pescavilla y comedores del Sistema de Atención a la Familia (SAF). No podemos dejar de mencionar la eliminación de microvertederos, la rehabilitación constructiva y pintura de la clí­nica estomatológica, del combinado deportivo Osvaldo Socarrás, de la biblioteca pública y la casa de cultura existentes en Los Sirios, así­ como de varios parquecitos del barrio, en particular, el parque infantil ubicado en la calle Barcelona, esquina Toscano.

«En resumen, en este corto perí­odo de tiempo se han acometido más de 300 acciones y han sido resueltos 108 planteamientos de los electores a los delegados, algunos de los cuales llevaban años sin atención ».

Lo que resta por hacer

Nada se resuelve de la noche a la mañana. Mucho menos los cientos de carencias materiales acumuladas durante años y, sobre todo, los incorrectos hábitos de actuación ciudadana.

Lo hecho constituye solo el inicio de un largo camino para eliminar vulnerabilidades en un barrio humilde y con conductas marginales de algunos de sus habitantes, pues no se pueden desconocer las manifestaciones de alcoholismo existentes, el comportamiento antisocial y el famoso «trapicheo »  en la zona, pues lo que no aparece en el Condado, es porque no existe o todaví­a no se ha inventado.

Entre su población hay muchos sueños por cumplir e insatisfacciones por solventar. La vivienda resulta uno de los más complicados, pero la eliminación de tantos salideros, baches y tupiciones en tan reducido tiempo da idea de lo que puede hacerse cuando la voluntad predomina.

Según cifras del Departamento de Prevención y Seguridad del Trabajo, actualmente se les brinda ayuda a 843 núcleos familiares los cuales están protegidos por la Asistencia Social, a 172 madres solteras a cargo de menores, a 191 mujeres con tres hijos o más, y se contabilizan 466 personas con determinada discapacidad a las que el Estado atiende.

Ciertamente, otros barrios de la ciudad también reclaman acciones comunitarias semejantes; ahora le ha correspondido al Condado, y luego continuará la necesaria labor en las demás comunidades santaclareñas.

La mirada sobre el Condado debe ser diferente, y así­, poco a poco, ir transformando la barriada, y tendrá que hacerse de manera inclusiva y sostenida, para evitar caer en la rutina, tal como ha solicitado el primer secretario del Partido y presidente de la República, Miguel Dí­az-Canel Bermúdez, en sus recientes recorridos por lugares vulnerables de la capital del paí­s.

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