Melissa y la familia campesina

La voluntad de cubanos de contribuir, a partir de la producción, con el reforzamiento de alimentos en instituciones de Salud en Villa Clara. Un gesto altruista que multiplica la unidad de todos.

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La doctora Anaisa Amores junto a su paciente Melissa Tápanes.
La Dra. Anaisa Amores Ramos (al centro) junto a Melissa, su paciente. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
2492
01 Octubre 2021

Melissa, la joven, se tragó las palabras. No eran necesarias. Los ojos, a veces, mostraban deseos por dejar correr una lágrima por las mejillas, pero optó por prestar atención a lo dicho a su alrededor. Mil recuerdos pasaron por su mente en la contemplación de aquel escenario. Hoy la muchacha es feliz. Siente el cariño de la Dra. Anaisa, quien le palmotea los hombros mientras en susurro se escucha: «Eres guerrera ».

Hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara.
El pediátrico de Villa Clara, con 61 años de fundado, constituye una institución de referencia médica en el paí­s. (Foto: Luis Machado Ordetx)

A otros allí­ presentes se les hizo un nudo en la garganta, y hasta Monguí­n y Marlén, los padres de Melissa, expresaron en sollozos el profundo agradecimiento a médicos, paramédicos y personal de servicios del hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Santa Clara. Es la obra de un paí­s, contó el humilde progenitor de la muchacha, quien rememoró aspectos de su niñez sencilla, en la cual cada cubano recibí­a una esmerada atención médica. Hoy también constituye un momento inviolable que convierte a Cuba en recinto de privilegio para el mundo.

Odel (Monguí­n) Tápanes Moya, convertido hace años en uno de los mejores ganaderos en la producción de carne y leche para ventas a las industrias, no vaciló, desde la finca El Porvenir, en la comunidad de Wilfredo Pagés, en Cifuentes de mutuo acuerdo con la esposa Marlén Núñez, en llevar a ví­as de hecho un compromiso, considerado mí­nimo en comparación con un hecho asistencial que transformó los rumbos de la familia.

El campesino Odel Tápanes Moya y el Dr. Jesús Sánchez Pérez, director del hospital pediátrico villaclareño, realizan los trámites pertinentes para concretar la donación.
Trámites de rigor en la entrega de la donación, el miércoles pasado, antesala del Dí­a del Pediatra en Cuba, en conmemoración del natalicio del profesor íngel Arturo Aballí­ Areñano. A la izquierda el Dr. Jesús Sánchez Pérez, director de la institución. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Documento que acredita la legalidad del sacrificio bovino.
Documentación del sacrificio del bovino tras los aportes productivos del ganadero de Cifuentes. (Foto: Luis Machado Ordetx)

El Dr. Jesús Sánchez Pérez, director del pediátrico villaclareño, al recibir de manera diferente a Melissa y sus progenitores, afirmó que allí­ acontecí­a un hecho inusual. Por vez primera acogí­an una donación proveniente de la familia de una antigua paciente. Todo   reforzará la alimentación de los enfermos alojados en la institución.

Las palabras del galeno emocionaron. Marlén y Monguí­n  afirmaron que en adelante no detendrán otros enví­os. En Cifuentes, comentaron, integrantes de lo que un dí­a será el movimiento productivo de Los Valientes, se sumarán al ví­nculo con la institución en suministros gratuitos de viandas, granos y cárnicos.

No será por obra y gracia de un gesto altruista del distinguido ganadero, quien entregó de manera voluntaria la carne de un toro lechero que rebasó las 1300 libras. Es la decisión de muchos hombres y mujeres que, más allá de pensar en los 50 000 pesos reportados por la venta del animal en masa limpia un 53% del peso corporal, piensan en colocar los esfuerzos y los frutos personales en el momento y el sitio que más lo reclama el paí­s.

Hoy Melissa Tápanes Núñez estudiante de la sede pedagógica Félix Varela, de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas, en Santa Clara, tras los años de intervención quirúrgica y tratamientos especializados en la sala de Oncohematologí­a, muestra otra sonrisa: la permanente satisfacción de una normalidad que la asiste de por vida.

El ganadero cifuentense Odel (Monguí­n) Tápanes Moya realiza la donación de carne de res al hospital pediátrico de Villa Clara.
Odel (Monguí­n) Tápanes Moya, luego de cumplir con todos los pasos, a la llegada a la institución médica, reconoce que la donación solo constituye un «grano de arena » para el bienestar de la Salud Pública cubana. (Foto: Luis Machado Ordetx)

Esa constituye la ilusión, y no representa, como dijo Marlén, una retribución por los servicios asistenciales que recibió la joven hija como cualquier otro ciudadano. Es la decisión de aportar, como socios de la Cooperativa de Créditos y Servicios Filiberto González Mujica, no lo que sobra, y sí­ lo que se tiene como patrimonio único que acerca a unos y otros al escenario actual de todos los cubanos.

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