En la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Jesús Menéndez, en Manicaragua, prima el sentido de pertenencia para aumentar los acopios cafetaleros. Las atenciones culturales a las plantaciones constituyen una prioridad.
Una amplia maduración persiste en zonas de Güinía de Miranda. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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15 Diciembre 2021
15 Diciembre 2021
hace 2 años
Hay cosecheros de café que destierran el concepto de un acopio bueno de frutos cerezas, y otro malo. Lo principal reside en las atenciones culturales a las plantaciones, las renovaciones y el comportamiento de la naturaleza. Las lluvias tienen su incidencia positiva. Nadie lo dude. Así piensa Gilberto Correa Marrero, vicepresidente de la Cooperativa de Producción Agropecuaria Jesús Menéndez, en Manicaragua, la más eficiente de su tipo en el sureño municipio villaclareño.
No existen datos que escapen a la memoria de este hombre residente, junto a su enclave campesino, en la carretera que va hacia Gí¼inía de Miranda. Allí, en áreas en producción, con cultivos Robusta, muestran picos de maduración que obedecen a los períodos de cafetos que florecieron en tiempo.
No obstante, cree que el corrimiento de la cosecha, y hasta la productividad potencial que se aprecia en las plantas, está determinada por aquella bonanza que llegó con las lluvias tardías. En ese momento los cafetos mostraron más nudos, y las flores lograron su crecimiento, decisivo en la cantidad de frutos.
«Mire, con un detenimiento en nuestros cafetales usted verá que las flores en variedades Robustas son más grandes, y para eso necesita de lluvias intensas, como tuvimos el pasado año. Ahora los picos de maduración en las cerezas dependen de la floración uniforme que hubo. En otras partes, principalmente en zonas más altas donde hay sembrados de café Arábico, solo ocurrió una floración, y todo desfasa la cosecha », apuntó Osviel Rodríguez Rodríguez, jefe de Producción en la Empresa Agroforestal de Jibacoa.
En la cooperativa recogerán unas 113 toneladas de cerezas aproximadamente 8800 latas, dice Correa Marrero. La cifra es superior a conseguida en 2018 cuando impusieron la mayor producción de la zona. Sin embargo, vaticinan que el volumen llegue a 12 000 latas en 83,10 hectáreas en acopios, y casi todo el monto excepto una cantidad mínima irá, por la bonanza de precios, hacia el despulpe y beneficio del grano.
Dentro de tres años las 5 ha que ahora se repusieron de cafetos nuevos entrarán en fases de floración durante tres o cuatro meses continuos, y ya «veremos cómo los rendimientos por campo aumentan. Al resto de las áreas se hizo poda en tiempo. Debemos mejorar, es la propuesta colectiva, las labores de regulación de sombras », aseguró el campesino.
Organización eficiente
En enero de 1978 se fundó la CPA, y por años consigue saltos productivos en las 86,10 ha de superficie. Aquí «no solo hay cafetales. También tenemos cultivos varios para garantizar la alimentación a los 49 socios y sus familiares, ventas a la comunidad y contribución al autoabastecimiento municipal. La poca leche que acopiamos va dirigida al consumo de los cooperativistas. El problema mayor está en la extracción de madera, por lo intrincado de los bosques y las cercanías con el cultivo principal, los cafetos », subrayó Correa Marrero.
De la solvencia económica, asegura el vicepresidente, podían estar mejor. «El precio del café entregado antes de la llegada de la Tarea Ordenamiento era bajo. Ahora subió. Nosotros ya teníamos en la despulpadora el mayor monto de la recolección y se fijó por la tarifa anterior. No obstante, todavía aquí hay más de medio millón de pesos en la cuenta, y en lo adelante la cifra se incrementará », acotó.
El asentamiento, ubicado en las proximidades al Puente Pulido, tiene en el cafetal su mayor fortaleza. «Cuando hay que ir para el campo todos estamos allí, de manera que no se pierdan los frutos por goteo; aunque el Robusta es bastante duro de caer a la tierra, y si se seca en la planta pierde calidad. Todo, según una acertada estrategia de cosecha, dejará al término de recolección más de 2 millones de pesos y rebosará en ingresos monetarias en los socios », destacó.
De las 11 formas productivas dedicadas al cultivo cafetalero en el lomerío villaclareño, la «Jesús Menéndez » trasciende al rebasar los rendimientos agrícolas de la entidad rectora ascendente ahora a 0,22 t/ha, y ahí está el esfuerzo de los cooperativistas. A pesar de carecer de fertilizantes químicos y otros insumos, satisfacen los requerimientos del programa estatal hasta 2030 en labores culturales a las plantaciones.
Así lo destacó Rodríguez Rodríguez, quien refirió la positiva atención a las resiembras, el empleo de materia orgánica en los campos y la limpia manual en las plantaciones. «Aquí, ahora es cuando comenzó la cosecha, y con auxilio de estudiantes se extenderá hasta finales de febrero sin que ocurran pérdidas y el mayor monto de la recolección irá a la despulpadora. Eso está asegurado », detalló Correa Marrero.
Con hombres de esa estirpe la cosecha roja tiene otros pronósticos: resultados positivos para afincar la economía.