Llegaron hasta la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia (COMF) de Santa Clara, para evocar el legado de Vilma Espín Guillois (1930-2007). Qué mejor recinto para un tributo que ese fundado por ella, aquel septiembre de 1990, a fin de insistir en la igualdad de género, desterrar las manifestaciones de violencia, adorar a la infancia, a la familia, y enseñar múltiples oficios a quienes estaban desvinculados del estudio y el trabajo o querían abrirse paso en la infinidad de los saberes.
Hoy se recordó el aniversario 92 del natalicio de la heroína con un espacio especial, ese que convoca el Proyecto Cubanas cada séptimo día de abril, y que en esta oportunidad también reconoció a un grupo de integrantes del Contingente Pedagógico Universitario Manuel Ascunce Domenech en el aniversario 60 de su creación a partir de la idea brillante de Fidel.
El justo momento para que Nelys Valdés Toledo, integrante del primer contingente en la especialidad de Inglés, narrara sus vivencias, las emociones inolvidables, lo que significó el magisterio aprendido que se lleva como cartilla cotidiana en la vida, y los múltiples valores engendrados por un Destacamento que «transformó a todos ».
Así Nelys habló de lo que significó perder el miedo escénico, multiplicar los valores en el alma, ser más solidarios, respetar al prójimo y hacer de cada pequeño detalle una lección de humanidad.
Para ella Fidel y los múltiples profesores que los formaron son (en presente) los estandartes principales del camino labrado para hacerlos hombres y mujeres de bien.
En reciprocidad resultó estimulante escuchar a la profesora Silvia Bravo Pons, quien aún se mantiene activa dentro del magisterio, referirse a lo que es un aula, al valor de los alumnos, a ese olor a tiza y pizarrón que marca para toda la vida.
Un encuentro generacional en el que 13 jóvenes que arriban a los 14 años recibieron el carné que las acredita como integrantes de la organización que Vilma fundó.
Teresa Fernández Guerra, segundo Contingente en la especialidad de Historia. (Foto: Ricardo R. González)
Integrantes del Destacamento Pedagógico reconocidas en el homenaje a Vilma
Jornada, hilvanada con gusto y buen arte, conducida por su anfitriona Nelys Cañizares, quien llevó a su Ensemble Vocal Musas para regalar Una rosa de Francia, del maestro Rodrigo Prats, junto a otros temas emblemáticos que Vilma atesoraba entre sus predilectos.
Lys González, estudiante de canto vocal del Centro Provincial para la enseñanza artística, regaló su versión de Acuérdate de abril, de Amaury Pérez Vidal, en un mes de fechas inolvidables para Cuba.
Fue como revitalizar los pasos de la santiaguera de cuna por los parajes de la intrincada Sierra Maestra, o por la Coral Universitaria, de aquella ciudad oriental, que contó con el prodigio de su voz.
La seguiremos viendo como la ingeniera química de título que un día cambió por los destinos de su tierra. La mujer afable, humanitaria y compañera en cada contienda, y la capaz de organizar a las cubanas ante la encomienda de Fidel.
Por primera vez estudiantes del Centro Provincial para la Enseñanza Artística ofrecieron el estreno de Girón, la victoria, ese himno para los cubanos inmortalizado en la voz de Sara González.
Unas palabras de Osnay Miguel Colina Rodríguez, primer secretario del Partido en Villa Clara, resumió el sentir de los presentes al expresar: «Aquí está su leyenda, su historia, su vida ».
Queda Vilma con la voz cargada de justicia, pero a la vez con la ternura y la sensibilidad que entonaba esas lindas nanas dedicadas a sus niños y niñas. Con esas que las mantuvo en secreto hasta después de su partida.
Ella reina como la palma libre, como el viento que huele a monte y se alza por su distinguible cubanía. Por todo ello aparece una luz que ilumina desde el Mausoleo del II Frente Oriental Frank País, allá en Mayarí Arriba, para decir que late en vida.