Por esta Revolución, vivimos y trabajamos

¡Qué lindas lucen la plaza, las calles, las fachadas luego de dos años de ausencia, oscuridad y aislamiento! Tiempo suficiente para luchar y renacer, como sabe hacer muy bien este pueblo.

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Ilustración del Primero de Mayo y foto de la Plaza Ernesto Che Guevara.
(Ilustración: Adalberto Linares)
Mónica Sardiña Molina
Mónica Sardiña Molina
@monicasm97
1319
01 Mayo 2022

¡Qué linda luce la plaza cuando se viste de pueblo! Pareciera que el Che quiere sumergirse en ese mar de oficios y profesiones, niñas y niños que sueñan ser, estudiantes que ya acarician el anhelo y jubilados que no renuncian al amanecer de cada 1. º de Mayo.

Nunca nace más fuerte el sol que cuando atraviesa el triángulo rojo y se cuela entre las cinco puntas de una estrella que ondea «con más luz cuanto más solitaria ». La marea de sindicatos sube, enardecida por colores, carteles, consignas, satisfacciones y nuevos desafí­os.

¡Qué lindas lucen la plaza, las calles, las fachadas luego de dos años de ausencia, oscuridad y aislamiento! Tiempo suficiente para luchar y renacer, como sabe hacer muy bien este pueblo. La isla se llena de proezas anónimas y desinteresadas, extras salidos de no se sabe dónde para remontar las tensiones más amargas, gestos solidarios cuando más solos y apartados estábamos, sentido de pertenencia para seguir empujando un paí­s mientras el mundo se detení­a: ganas infinitas de ver la luz y, si no aparece, ¡la encendemos!

Por Cuba viven y trabajan los valientes de bata blanca, que anteponen corazón e ingenio a todas las carencias, en permanente batalla por la vida; las mujeres y hombres que llevan en las venas el campo y la necesidad de multiplicar crí­as y cosechas; los colectivos convocados a elevar la eficiencia en la producción de bienes y servicios, para llenar los mercados con ofertas de calidad, variedad y precios justos; los educadores, desafiados por recesos largos y cursos apretados, responsables de inculcar los conocimientos y valores a quienes llenarán las plazas dentro de unos años.

Por Cuba viven y trabaja ese segmento de pueblo uniformado, con la misión de preservar la paz, la seguridad y la tranquilidad ciudadana; los profesionales que siembran el milagro de la ciencia en el centro de todos los problemas; los que reinventaron el deporte y la cultura desde hogares y pantallas; las personas que madrugan para regalarnos ciudades y poblados más limpios, y todos los que, desde formas de gestión no estatal, dan su aporte económico y social a este paí­s.

El pueblo forma un bloque compacto, pero no homogéneo. En la variedad de colores, edades e iniciativas florece la diversidad de razones para defender nuestro proyecto social, común y plural al mismo tiempo.

Este 1. º de Mayo levantará otra tribuna para exigir el fin del bloqueo económico, financiero y comercial que boicotea las intenciones de desarrollo, y de los no pocos obstáculos internos; para seguir haciéndole la guerra a la inflación y a todo lo que frene la capacidad adquisitiva de salarios y pensiones, y consolidar la democracia obrera socialista en cada una de las entidades, porque esta Revolución sigue siendo «de los humildes, con los humildes y para los humildes ».

También un 1. º de Mayo, hace 22 años, Fidel dio vida a un concepto que se volvió compromiso, no para recitarlo de memoria e imprimirlo en pancartas, sino para hacerlo realidad en todos los escenarios, hasta en los más incómodos.

Sin distinción de calendarios ni geografí­as, nos toca ser conscientes de las circunstancias históricas, emprender las transformaciones que la sociedad demanda, mantener intocable el principio de igualdad, libertad y dignidad plenas, propio de un proyecto humano por esencia; dedicar las fortalezas a la solución de nuestros propios problemas; defender sin reservas la verdad, la ética y la estética revolucionaria, y mantener la unidad, la independencia y la soberaní­a como conquistas innegociables.

Que sea una fiesta por lo que ya conseguimos, impulso para lo que nos falta y regaño por lo que tarda demasiado.

Que se vuelva recordatorio para todos los que ansí­an y venden un cuadro ciberempaquetado de falta de apoyo popular. Demasiada gente siente y hace por este paí­s, y no se perderá el desfile.

Vamos con todo a la plaza, a guardar estos dos años de ausencia y abrir los brazos a nuevas experiencias, luchas y esperanzas en una Cuba que vive y no se detiene.  

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