Monguín, junto al jardín de variedades de plantas proteicas destinadas a la alimentación animal. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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15 Mayo 2022
15 Mayo 2022
hace 2 años
Perdido en un recodo de un triángulo está San Rafael, un territorio que abraza las geografías de Santo Domingo y Cifuentes, allá en las proximidades de San Diego del Valle, el enlace ferroviario que un día acogió la ruta Cienfuegos-Sagua la Grande. La finca La Nueva, asistida por William Díaz Lazo, persigue en cada jornada el mejoramiento genético del rebaño. Ahí está la solución de algunos problemas del sector, pero…
De tanto soñar se hizo inseminador a partir de un curso impartido a campesinos de Cifuentes, municipio al cual pertenece su Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Julio Antonio Mella, vinculada en lo esencial a la producción lechera y los cultivos varios.
Luego de recorrer caminos empolvados que los lugareños denominan guardarrayas, y son pedregosas y rodeadas de un marabú tupido, al fin se llega a la finca de Díaz Lazo, una esquina en la cual abundan frescos pastos que anuncian superficies cercadas cuartones, para la atención directa a los animales. La vaquería está muy próxima a la casa, y desde allí el acarreo de la leche se hace más pasajero.
Con 47,13 hectáreas dedicadas a la ganadería bovina, Díaz Lazo no piensa en crecer en superficie agropecuaria. Cree que lo «trascendente está en la explotación del suelo, la alimentación del rebaño, la siembra de pastos y el mejoramiento genético. Ese es el camino a seguir.
«La mayor preocupación está en producir leche de manera estable, y satisfacer las entregas anuales de carne para la industria. En una rebaso los 18 500 litros, y en la otra ocho toneladas. En eso reside la moral para exigir las atenciones de los organismos competentes cuando se incumplen las cláusulas de contratos », precisó.
La inseminación artificial le permite al campesino cruzamientos idóneos para obtener animales raciales de Siboney cubano, así como vacas lecheras Holstein, y de carne del tipo Santa Gertrudis, Charolais y Angus. Con ellas labora con sistematicidad para demostrar que «la ganadería puede salir adelante », apuntó.
«No es lo mismo dar alimentos a un animal malo que a otro de excelente calidad, acontecimiento demostrado de manera científica », acotó. En tal sentido, como un intruso, Díaz Lazo llegó ante especialistas del Centro de Inseminación Artificial de Villa Clara y se interesó en programas de progresos genéticos en los animales. Allí obtuvo respuestas y recursos materiales para «meter mano a la obra », como dijo.
Ya en la finca no fue comenzar de cero, como antes. La crianza de vacunos tiene una finalidad y se fortalece en cada jornada. Con unas 130 cabezas de ganado, las 35 hembras en producción tienen «privilegios » para incrementar los acopios lecheros en suelos fértiles donde predominan siembras de alimento animal con el debido asesoramiento de especialistas de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes de Cascajal.
«El productor no puede apresurarse en nada. Todo tiene que marchar en tiempo, y hasta planificar los partos entre marzo y junio, ciclo que considero idóneo porque al concluir la lactancia de los terneros culminan los meses lluviosos », declaró.
La genética constituye el fuerte de «La Nueva » para garantizar la producción. Sin demeritar la monta directa en las hembras, siempre se inclina por la inseminación artificial. Ahora emplea, dijo, el método de pajuela un pequeño cilindro plástico que contiene la dosis de semen diluido, muy efectivo en los resultados.
Del aplomo solidario, y humanismo y altruismo sin límites, Díaz Lazo, de acuerdo con sus resultados productivos, decidió hace poco donar al Hospital Provincial Pediátrico Universitario José Luis Miranda, en Santa Clara, la carne de un toro con peso superior a las 400 kilogramos salido de su finca. Es el segundo criador de Cifuentes que se empeña en reforzar, con ese tipo de matanza, la alimentación de niños ingresados en el centro asistencial. Ahí hay derivaciones que identifican los retos de la recuperación ganadera.
En «El Porvenir » hay aventuras
Todos lo conocen con el sobrenombre que lo acompaña desde la infancia: Monguín, uno de los excelentes ganaderos de Villa Clara, y de reconocidos méritos en el país. En Sin Nombre comunidad de Wilfredo Pagés, está la finca, considerada por especialistas agropecuarios un jardín de variedades de plantas proteicas para el alimento animal.
Esa cualidad la identifica como única, al disponer de unas 15 especies diferentes, entre las que abunda el increíble ramio o ramié (Boehmeria nivea L. Gaud.), de probado contenido nutricional en hojas empleadas como forraje. También incluye zacate buffel (Cenchrus ciliaris L.), y por supuesto caña de azúcar, morera, tipos específicos de king grass, tithonia y hasta moringa. Todos combinados y molidos benefician las dietas mejoradas que suplen el pienso, la miel-úrea-bagacillo y las carencias de alimentos en períodos secos.
¡Qué decir de los pastos naturales!... Un día, así lo contó, dispondrá de siembras de cratylia (Cratylia argentea Desv.), y completará, como llama, otro capítulo en una nutrición más balanceada que reporte mayores producciones de leche y carne por animal.
De similar forma los cuartones tienen pasto estrella, y desea plantar pangola y bermuda para la fabricación de bloques de heno, necesarios en la alimentación de terneros y pequeños rumiantes. «Aquí hay que trabajar duro, y sin descanso, pero se llega a las metas propuestas en las cuales también interviene la familia en la propagación del banco de semilla », añadió.
Odel Tápanes Moya (Monguín) desde muy pequeño, en la crianza junto a los abuelos ganaderos, no se detiene en ampliar sus conocimientos en el manejo de bovinos. Ahora incluye, además, especies ovino-caprino a partir de un proyecto coordinado por la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) y el Desarrollo Local en Cifuentes.
«Todo se hace en beneficio de la economía familiar y del país de acuerdo con las 63 medidas aprobadas por el Gobierno cubano para intensificar el desarrollo agropecuario. ¡Y ya usted ve!... Todo permitió el sacrificio de animales y hasta entregar la carne de un toro para la atención de niños ingresados en el Pediátrico de Santa Clara », apuntó.
Asociado a la CCS Filiberto González Mujica, el criador tiene 56 ha en explotación para similar número de novillas y vacas, y aspira a incrementar la superficie agrícola y llegar, como antes, a acopios superiores a los 500 000 litros anuales de leche Al contar con pastos naturales y mejorados, así como plantas proteicas en un suelo en lo esencial con aceptable fertilidad, lo llevará, de acuerdo con la entrega de otras áreas en usufructo, a un tope de 100 vacas. La carga animal y nivel de pastoreo, en ordeño manual, posibilitará alcanzar en el futuro la cifra propuesta, aclaró.
La alimentación de los terneros no queda detrás a partir de dietas que incluyen también la harina de maíz. Son el «porvenir »â€¦ No hay índices de mortalidad, y aunque emplea la monta natural en hembras en celo, tampoco desdeña la inseminación artificial y el mejoramiento genético. Ahí descansan los pronósticos y derivaciones que se obtienen en la reproducción. «Hay que asegurar, como un poste naciente, la genética y la cultura ganadera perdida en muchas partes del país », comentó el criador.
Antes que aparezcan los primeros claros del día, y aún con la luna encima, en la finca hay ajetreo para acopiar, de acuerdo con las vacas en ordeño, más de 100 litros de leche por jornada.
Desde que decidió hace 22 años asumir parte del recinto agropecuario de la familia, y contar con tierra en usufructo, no «existe parada en el trabajo. Es la única forma, a partir de un balance de alimentación, abundante suministro de agua en los potreros y manejo del rebaño con asistencia veterinaria, de conseguir avances productivos y aportar al país. Ahí también aparece la ceba anual de 30 toros que van directo a la industria. Ahora preveo, de acuerdo con el proyecto de chivas sobre tarimas, construir una losa sanitaria de uso colectivo en zonas próximas a la vaquería. Son sueños… Siempre vale la pena imaginar el futuro », dijo casi al término de una larga conversación uno de los mejores criadores de la provincia.
El campesino de Dolores
Desde la carretera rumbo a Yaguajay, allá en Dolores, se perciben los cultivos varios de la finca El Porvenir, de Raúl Concepción Alfaro, un campesino que beneficia los suelos, ante la carencia de fertilizantes químicos, con componentes orgánicos que extrae de sus fondos ganaderos.
Con tierra en usufructo está asociado a la CCS Alberto Pis Delgado, en Caibarién, considerada entre las más sobresalientes en producción agropecuaria en la provincia. En 13,42 hectáreas tiene plantadas viandas, frutales y hortalizas malanga, plátano, pepino y tomate, en rotación permanente. En otra parte de la finca se ubica el ganado 53,68 ha, casi todo, racial lechero.
Allí predominan las vacas Holstein, de color rojo y blanco; el Cebú y el Siboney cubano logrados a partir de un sistemático mejoramiento que deja la inseminación artificial. «Son cambios que no se logran en un día, y siempre me gusta hacer lo que vendrá detrás del empeño que pones en todo lo que haces », afirmó el hombre hijo de campesino.
«En todo hay que partir de la semilla. Si es de cultivos varios hay que guardarlas y buscar otras variedades certificadas, y entonces con riego de agua por aniego y tracción animal, en poco tiempo allí estará los acopios del sembrado, tal como puede contemplar en la plantación de malanga, un ciclo que demora hasta un año en obtener producción. Después a rotar siembras », destacó.
De leche, « ¡qué decirle! El plan diario es de 100 litros y de la vaquería se reportan unos 200. Ahora son unos seis litros por vaca, una cifra que rebasa la media de lugares similares. Al año serán alrededor de 22 500 y casi siembre ese volumen tiende a incrementarse a partir de planificaciones en los nacimientos, el cuidado en los terneros y la incorporación de hembras en la reproducción », dijo el hombre de hablar suelto durante el diálogo sostenido en las proximidades de la plantaciones de cultivos varios.
Eso lleva trabajo; mucho trabajo, expongo a Concepción Alfaro. El hombre se quitó el sombrero y frunció el rostro, solo atinó a decir: « ¡Ufff!... », como quien declara que jamás se descasa en labores agropecuarias.
En total la masa animal la conforman 140 cabezas, pero sobresalen las 30 vacas en ordeño, bien alimentadas a partir de suministros de plantas proteicas y pastos naturales. «Esa constituye la razón del porqué aquí no existen muertes por desnutrición, y mucho menos, hurto y sacrificio ilegal de ganado », resaltó.
Todas las producciones, indicó, «son comercializadas por la cooperativa, y lo nuestro es trabajar y trabajar... Los volúmenes de entregas agropecuarias son las que determinan los esfuerzos que cada día quedan prendidos en el campo. Ahí están los rendimientos, y otro ánimo para seguir adelante », sentenció al término de un recorrido por zonas ganaderas de la provincia.
En cada sitio la ocurrencia del criador, sin abandonar las prácticas ancestrales inculcadas por la cultura campesina, mostraron una perfecta comunicación con ciencia y técnica en la voluntad por seguir adelante y no parar jamás…