Sin comenzar el verano las instalaciones de Campismo Popular en Villa Clara reciben sistemáticamente a visitantes. Festejan los trabajadores del sector el aniversario 41 de la llegada de esa modalidad de turismo sano junto a la naturaleza.
En litorales costeros y remansos de ríos incluso piscinas, comienzan a llegar personas y más personas que aseguran un encuentro festivo al natural. Las instalaciones de Campismo Popular llaman al contagio, como dicen, «Naturalmente juntos », y así se evidencia desde que arrancó el año en intercambio sistemático que acoge a clientes y, en similar medida, se remodelan instalaciones.
Son atributos que se ciñen al aniversario 41 del surgimiento del Campismo con fecha 16 de mayo en un convite que ocurrió el domingo en la instalación de la presa Minerva, y se acentúan en una modalidad de turismo nacional que se extiende durante todo el año, tal como afirman especialistas y trabajadores del sector.
Después de un tránsito prolongado de unos dos años en prestaciones de servicios como centros asistenciales ante la COVID-19, en noviembre pasado seis dependencias de alojamiento, retomaron sus actividades tradiciones y favorecieron huéspedes a partir de la habilitación de un 50 % de las capacidades ocupadas.
En período de pandemia, como centros de aislamiento, se recibieron unos 27 300 pacientes y personal de asistencia médica. Tras cerrar ese tipo de servicios, comenzó un proceso de mantenimiento y rehabilitación de cabañas a pesar de la carencia de materiales de la construcción, que tiene a los trabajadores del ramo como principales ejecutores. No todas las instalaciones abrieron al unísono a partir de noviembre pasado.
En lo que va de año, con la nueva normalidad y en cumplimiento de los protocolos sanitarios, sin completar los inmuebles correspondientes a las instalaciones del litoral norte en Corralillo y Caibarién, así como Río Seibabo, Arco Iris y Minerva, en Santa Clara, se calcula que unos 25 774 turistas nacionales accedieron al campismo en todas sus modalidades, dijo a Vanguardia Arsenio Quintana Vila, director de la Empresa en Villa Clara.
Camino a Corralillo
Regla Mercedes Hernández Arredondo lleva 21 años en el Campismo de Sierra Morena, último fundado en Corralillo el 23 de junio de 1990. Desde sus funciones de camarera, en sala de juegos, recreación y ahora subdirectora de Control Interno, dice que su «vida está aquí, junto a los huéspedes. Este constituye el primer y único trabajo que he tenido, y por ello me siento a gusto ».
Ahora solo funcionan 30 cabañas, de las 130 existentes, y aspiran a completar el resto de los inmuebles antes que comience el verano, dijo. No obstante, reciben huéspedes de municipios aledaños y efectúan trabajos de limpieza en el área de cabañas, jardinería, poda de árboles, mantenimiento a redes eléctricas y sanitarias.
«No descansamos. Todavía hay mucho por hacer para poner a «Sierra Morena » a la altura de las necesidades y satisfacción de los clientes », señaló.
En Ganuza, en las proximidades y creado el 5 de agosto de 1988, Neivis Reinoso Molina, capitana de salón del restaurante, destacó que a pesar de la falta de insumos, las ofertas, servicios y calidad de los alimentos se mantienen estables. La instalación, añadió, se recupera, y ya con visitas de clientes, despliega iniciativas para ampliar las ventas gastronómicas, entre las que incluyen la tradicional caldosa.
Por su parte, Jorge Luis Cabello Guillén, el director, destacó que, a partir de contratos con las micro, pequeña y mediana empresa (mypimes), aspiran a terminar el mantenimiento a otras 52 cabañas. En funcionamiento hay 40 que reciben visitantes de diferentes territorios de la provincia.
También el quiosco Caracol, en las inmediaciones de la playa, servirá de bar-cafetería con ofertas de refrigerios ligeros, bebidas y refrescos. «Es una obra mayor en la que se coloca todo el empeño del colectivo. Sin embargo, a todos preocupa las limitaciones en los abastos de agua potable por afectaciones en el Acueducto del municipio, y el agotamiento de los pozos que alimentan la instalación. Por lo demás, aclaró, todo camina de acuerdo con los cronogramas de rehabilitación del litoral norte y sus instalaciones ».
A orillas de Seibabo
Allá en la salida de Gí¼inía de Miranda, junto a predios espirituanos, está Río Seibabo, sitio emblemático que surgió el 17 de julio de 1983 para acoger campistas. La notoriedad, en habituales excursiones a la Cascada del Camarón y Charco Azul, convierte el ambiente en entorno paradisíaco.
Yasser Martínez León, el director, advierte que junto a ofertas de unos 20 platos diferentes en la gastronomía del restaurante y la cafetería, adicionan la tradicional caldosa y actividades recreativas con niños y adultos.
Desde diciembre pasado reciben turistas a pesar de funcionar solo con el 50 % de las capacidades habitacionales. En diferentes cabañas, de las 172 existentes, hacen reparación para «dejarlas en óptimas condiciones y recibir con el confort que merecen a visitantes de Santa Clara, Ranchuelo y Santo Domingo, casi siempre asiduos huéspedes », recalcó.
Por estos días de aniversario del Campismo Popular, añadió Marilyn Isaac Monteagudo, especialista de Recreación y Alojamiento de la Empresa, desarrollarán un taller de animación con trabajadores del sector. Las iniciativas, con juegos de participación sana en ambientes abiertos, será la tónica que mostrará ese encuentro para invitar a «visitantes, más allá de la edad y estado físico, a sumarse a contextos placenteros e instructivos durante el período de estancia en las instalaciones », destacó.
Es el ejemplo de la «gí¼ira fugitiva », un fruto que se coloca colgante de un árbol y el participante, con los ojos vendados, tendrá que derribar para obtener como premio implementos deportivos, tal como se apreció en Río Seibabo.
En la presa Minerva segunda en surgir en la provincia el 30 de junio de 1982 y con cuatro décadas de fundada, se rehabilitó la piscina, y continúan la reparación de cabañas, así como se aspira a mantener ofertas gastronómicas y calidad de los servicios, dijo Heriberto Portal Vega, el director.
«Labores de jardinería, la terminación de un sendero que conduce al río Sagua la Chica, de salas de recreación y bienestar colectivo, figuran en el temario de actividades que fomentan aun cuando las reservaciones del verano no han comenzado », declaró.
Turistas de Santa Clara, Ranchuelo, Santo Domingo, Cifuentes y Camajuaní, son asiduos visitantes a la instalación. «A partir de enero, con la llegada de los primeros huéspedes, por concepto de eficiencia, alcanzamos unos 700 000 pesos de utilidad », resaltó.
El mejoramiento de los espacios extrahoteleros, a pesar de las complejidades económicas del país, y de parques infantiles y pequeños huertos para asegurar las provisiones de condimentos y vegetales frescos empleados en la elaboración de alimentos, convierten al Campismo entre los que aparece Río Caonao con casas de campaña desde su nacimiento el 27 de julio de 2019, en punto de mira del verano, señaló Quintana Vila.
Villa Clara, segunda provincia cubana después de Pinar del Río en el fomento del Campismo Popular, según la propuesta del Líder Histórico de la Revolución, consolida estrategias de trabajo para asegurar beneplácito a los vacacionistas en otro encuentro recreativo junto a la naturaleza, afirmó Quintana Vila.