
Animado está el ajetreo de la producción conservera en Remedios y, más allá de la obsolescencia tecnológica de casi toda la maquinaria, persiste un espíritu innovador a partir del sentido de pertenencia del colectivo laboral.

Esos son los aires que allí percibe el visitante en días previos al aniversario 507 de la fundación de la localidad. El momento toma otra satisfacción por la apertura de un centro para la venta de mermeladas de frutas, así como salsas y vegetales elaborados a partir de cosechas agrícolas.
Estará enclavado en áreas del establecimiento Los Atrevidos. Dicen que era un añejo reclamo de los residentes en el municipio. Con ese propósito rediseñaron el sitio de expendio sin que medien intermediarios en la comercialización. Fueron mínimos los recursos materiales que se emplearon en la ejecución constructiva desplegada por los trabajadores del establecimiento.
Ahorita la calle Orestes Acosta, cerca del paradero ferroviario, entrará en jolgorio, cuando el ventanillo quede despejado a la clientela que, sin el imperio desmedido de precios de oferta y demanda, adquirirá mercancías a granel, unas, y envasadas, otras. Será esa la posibilidad de fortalecer, todavía más, el desarrollo local y la autonomía municipal en el terreno de la diversificación agroindustrial.
¿De dónde viene el empuje?
Los Atrevidos fábrica que rebasa las nueve décadas de existencia, pertenece a la Unidad Empresarial de Base de igual nombre, y descuella entre las más destacadas del sector en Villa Clara, según parámetros de producción y ventas contratadas para surtidos al mercado nacional y disminución de importaciones.

Carlos Armando García Vergara, con 32 años en la dirección de la instalación, destacó parte de los indicadores económicos que ubican a la entidad con signos progresivos. Durante el pasado año, a pesar de condiciones anormales de funcionamiento originadas por la pandemia, duplicaron los volúmenes de entregas, ascendentes entonces a 706 toneladas de mermeladas y trozos de frutas y condimentos en conservas. Similar camino tomó la producción en valores, muy superior a los 30 millones de pesos.
Al concluir mayo del actual año los registros técnico-productivos, y de ahorro de portadores energéticos, muestran signos favorables. En valores tienen un 11% por encima del compromiso. Similar tónica alcanza la ejecución mercantil, con un 36, y las unidades físicas se empinan al 44, cifras que inciden en la gestión económica de la fábrica, precisó el directivo.

Las cosechas de mango y tomate, sin obviar producciones derivadas de guayaba, piña, coco y fruta bomba, antes y después de ese período, se erigen en los «caballos de batalla » de las ofertas. También la sustitución alternativa de recipientes de plástico por los casi inexistentes de hoja lata, así como la certificación de los aportes, según la competitividad del Laboratorio, y ofertas de alimentos inocuos y de calidad en forma a granel y en recipientes, acentúan la diversificación de las mercancías industriales, destacó García Vergara.
Cíclopes de fabricación
La participación del colectivo, dividido en dos turnos de trabajo desde tiempos en los cuales arreció la pandemia, resulta decisiva en los resultados económico-productivos. Sin embargo, acotó el director, destacan los «magos de las máquinas » agrupados en la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR), hombres dispuestos a «sudar la gota gorda » y buscar soluciones al menor resbalón de equipos que llevan décadas y décadas de explotación.

Algunas de esas maquinarias, «como la tapadora de lata, acumula un siglo de funcionamiento, y similar cantidad de años tiene la troceadora », precisó Andrés Antonio García Hernández, electricista de mantenimiento.
Con tres lustros de experiencias en ese centro, el hombre comentó sobre la adaptación de cojinetes a la máquina de corte de papaya, antes muy propensa a roturas sistemáticas. Ahora «tiene siete meses de trabajo sin que se cambiaran los rodamientos. Igual ocurre con la troceadora de piña, un equipo que adelanta en cuatro días la producción y sustituye las labores habituales que hacían 15 hombres durante el proceso de picado manual de esa fruta. Solo hay que afilar cuchillas, y ¡ya!... », argumentó.

Los «innovadores somos una familia, en la cual se incluye la dirección del centro. En el trabajo conjunto, y de torrente de ideas, nada se detenga », afirmó. En el área de las eficientes calderas de vapor nadie toca la parte automática. Eso queda dispuesto a otros especialistas. No obstante, en la correspondiente a fuerza, hay inventivas. «Todo funciona a la perfección. Una pizarra eléctrica para calentar petróleo fue convertida en automática. Ahí está la innovación, dando la hora exacta, aunque muchos dudaron que fuera posible. Lleva años sin contratiempos », declaró García Hernández.
Michael González Faife acumula más de dos décadas en «Los Atrevidos », en Remedios. Es mecánico del área de producción y no cree en imposibles ante una tecnología antigua, y que según datos, lo más moderno data del 2000 cuando se instaló una conformadora que apenas trabajó dos años al presentar problemas neumáticos. Todo se resolvió con la pericia de los innovadores. Ahora está parada por carencias de materia prima.
Con satisfacción comentó de la obtención de un módulo para moler (raspadora) la masa de coco. Después de septiembre de 2017, cuando el ciclón Irma devastó las plantaciones cocoteras de Santiago de Cuba y Guantánamo, aquí se trajo una máquina moderna, pero… «Al poco tiempo se la llevaron después que los sembrados de ese fruto se recuperaron. Teníamos una máquina antigua, fuera de servicio, y decidimos construir otra similar que, con parámetros eficientes, echara a andar. Así fue, y se hizo con aditamentos específicos para vanados y lasqueados de vegetales zanahoria, col y…. De esa forma aumentaron las ofertas en conservas en renglones que en los últimos 30 años no figuraban en nuestras entregas. Ahí están a la vista de todos », añadió.
También el déficit de envases de latas fue un quebradero de cabeza. Los proveedores prometían aquellos de plástico. Era necesario un cambio tecnológico en la línea de producción. «Creamos las condiciones para efectuar el llenado de recipientes de 1 y 2 litros propuestos por los suministradores. Todo fue posible a partir del montaje ideado con sistemas semiautomáticos. El volumen de rellenado aumentó en un 70% y se racionalizó la fuerza de trabajo que antes hacía las operaciones de manera manual », puntualizó.

En mente, dicen los innovadores, tienen otros equipos. González Faife comentó con satisfacción de una máquina para pelar la corteza dura del coco. Ese equipo también desnudará la parte negra que recubre la masa de la fruta. La falta de materia prima para ampliar los ritmos productivos en ese tipo de dulce en conserva limita poner manos a la obra en el proyecto, pero aseguró: «todo está estudiado en cálculos y parámetros técnicos de eficiencia, y resulta viable », aclaró.
Allí, en «Los Atrevidos », nada se detiene. Todas las máquinas, a pesar de las afectaciones eléctricas y falta de algunos recursos, cobran vitalidad en sistemáticas entregas de conservas que, a partir de un corto tiempo, también estarán a disposición de los clientes en ventas directas al mostrador. Eso llena de orgullo a los remedianos, y en especial a los trabajadores del establecimiento villaclareño.