Analizan factores objetivos y subjetivos que lastran el impulso que requiere la producción cañero-azucarera. Los centros de investigaciones de la provincia en vínculo sistemático con las unidades productoras.
Osnay Miguel Colina Rodríguez, primer secretario del Partido en Villa Clara, en encuentro con productores cañeros, reiteró la necesidad del vínculo con los centros de investigación. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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23 Junio 2022
23 Junio 2022
hace 2 años
Afianzar la producción cañero-azucarera y la obtención de derivados que sustituyen importaciones, desde el ámbito de las ciencias y el conocimiento alcanzados por centros de investigación, constituyó el punto definitorio del encuentro que sostuvo Osnay Miguel Colina Rodríguez, primer secretario del Partido en Villa Clara, con directivos de entidades agroindustriales y cosecheros experimentados de la provincia.
«Hay que hacer una zafra diferente a las anteriores, y convencer a los productores con resultados científicos en familiaridad con los trabajadores del sector, según las propuestas validadas y sistemáticas que promueve el Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar (INICA) en Villa Clara », dijo el también miembro del Comité Central.
Luego de concluir la pasada zafra, el desarme, limpieza, mantenimiento y reparación de maquinarias en ingenios, el transporte y áreas de acopio, reclama precisión, según la norma técnica 52, para enfrentar una próxima contienda con menos recursos materiales que otros años. Todo demanda de la participación activa de los trabajadores del sector, afirmó.
En el encuentro, presidido, además, por Milaxys Sánchez Armas, vicegobernadora de la provincia, y Andrés Durán Fundora, del Grupo de Supervisión y Control de Azcuba, los directivos de las 10 empresas del ramo, concordaron en buscar soluciones ante las carencias de insumos.
De acuerdo con la intervención de Irenaldo Delgado Mora, director del INICA-Villa Clara, en Ranchuelo, se requiere mayor apego a líneas de investigación de los centros científicos. Ponderó aquellas labores relacionadas con el empleo de variedades de caña, preparación de los suelos, siembra, riego y drenaje de los campos, así como la utilización de medios biológicos para enfrentar plagas y enfermedades, y tecnologías de cosechas.
«No en todos los territorios de la provincia se alcanzan los resultados deseados por deficiente aplicación de las recomendaciones », resaltó. También explicó el positivo resultado de riego de vinaza residuales salidos del proceso de destilación en campos plantados en la Empresa Agroindustrial Azucarera Heriberto Duquesne, en Remedios, una entidad que incrementó los rendimientos cañeros y constituye la mayor fuente de diversificación que tiene la provincia.
Acotó que en zonas de la costa norte, por labores de drenaje de los campos cañeros, los rendimientos aumentaron hasta 22,5t/ha, pero «en todas partes de esa región no es igual porque no se ejecuta el saneamiento en los campos », añadió.
Aydiloide Bernal Villegas, especialista del INICA, destacó el rol de la ciencia y la innovación para recuperar la producción cañera en un territorio como el villaclareño, con el mayor potencial azucarero del país.
Dijo la Doctora en Ciencias que, en ocasiones, «no se plantan las variedades propuestas en correspondencia con el tipo de suelo. Eso conspira contra los rendimientos estimados. El éxito de las molidas de los ingenios está en sembrar variedades de madurez temprana, intermedia y tardía, según la programación de corte ».
En los campos de la provincia, precisó la miembro del Comité Central, «hay excelentes variedades, pero muy mal atendidas por los cosecheros. Tenemos que plantar, y mostrar resultados que se traducen en rendimientos, azúcar y derivados. De ahí la garantía en la preparación de tierra antes de arrancar con las siembras, las atenciones culturales, y el freno a las indisciplinas tecnológicas », subrayó.
Colina Rodríguez insistió en la diversificación de las producciones, y en la necesidad de disponer de capital humano, entrenado y capacitado, para ejecutar las proyecciones de la Empresa Estatal Socialista, y comprobar dónde radican las dificultades.
Yamilé Báez Fernández, presidenta de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Bernardo Díaz Guerra, de Cifuentes, intervino en el debate para, de acuerdo con su punto de vista, demostrar que los rendimientos cañeros y la diversificación desde el campo, cambian de tonalidad cuando los cosecheros reafirman el sentido de pertenencia. En las plantaciones, argumentó, «se tiene que sentir el rango de propiedad de los miembros del colectivo. Recursos materiales faltan a todos. La maquinaria es deficiente, pero son válidas alternativas cuando existe disciplina tecnológica y se acaba con la desmotivación que todavía persiste en algunos territorios », amplió.
Unos 50 campesinos forman el colectivo de la CPA de Cifuentes, y allí con suelos de secano se registran más de 71 t/ha, cifra no similar a otras homólogas del país. «Llevar más ciencia al cañaveral, y comprometer a los hombres representa el empuje que demandan los campos. El vínculo con investigadores del INICA-Villa Clara impulsó, con sugerencias y experiencias, nuestros rendimientos, y lo productores alcanzaron la capacitación necesaria. Similar actividad se acometió en los cultivos varios y la ganadería. Ahí reside la principal fuerza y motivación de los campesinos para mostrar resultados agropecuarios », recalcó.
Colina Rodríguez sugirió que investigadores de la Universidad Central «Marta Abreu » de Las Villas especializados en Ciencias Sociales y Económicas formularan un estudio socio-agropecuario para demostrar cómo, cuándo, qué y por qué en el plano práctico la CPA Bernardo Díaz Guerra tiene resultados agropecuarios y cañeros, con similares carencias de insumos que otras unidades productoras de la provincia.
El cosechero Yoany Perdomo Ledón, presidente de la CPA Julio Casales, en Quemado de Gí¼ines, abogó por ir «hacia las ciencias y comprometer a los hombres para registrar saltos. Nuestro colectivo, con más de un 25% de los asociados jóvenes, desarrolla acciones sistemáticas para incrementar los rendimientos agrícolas », dijo. De acuerdo con su experiencia de campo, y el argumento de otros campesinos, llamó a perfeccionar algunas maquinarias en la tecnología «cosecho-aplico », y ganar en eficiencia tecnológica.
Andrés Durán Fundora, por su parte, recalcó que los rendimientos, en relación con los años 2014-2018, descendieron, y llamó a desplegar en tiempo las atenciones culturales a las plantaciones, como fuente de la rentabilidad, para elevar los volúmenes cañeros que van a las programaciones de corte mecanizado.
Producir caña y azúcar, así como derivados, desde el prisma de las ciencias, constituye un imperativo en el escenario cubano. Los resultados investigativos hay que aplicarlos de manera correcta, y ese es el reclamo, dijo Colina Rodríguez. Por último, señaló que los próximos encuentros con el sector se harán en la base productiva, en diálogo entre investigadores y cosecheros, en integración, para demostrar qué se ejecuta o no en cada lugar teniendo como base la ciencia, la tecnología y la innovación.