Conversaciones con choferes de la Base de Transporte Escolar de Corralillo, destacada entre sus homólogas de la provincia. El cuidado de los vehículos, a pesar de limitaciones de piezas de repuesto y combustible, certifica las prestaciones de servicios.
Durante sucesivos años Michel Bermúdez Hernández figura como mejor chofer de Transporte Escolar en la provincia de Villa Clara. (Foto: Luis Machado Ordetx)
Luis Machado Ordetx
@MOrdetx
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02 Agosto 2022
02 Agosto 2022
hace 2 años
Ya no son como antes. Ahora suman kilómetros en periplos cortos, muy diferentes a décadas atrás cuando circulaban por casi todo el país y lugares recónditos. Ahí están los equipos rodantes. No mantienen similares condiciones en los sistemas mecánicos, por adecuaciones concebidas en talleres, pero dan la «hora » en garantías técnicas. Todo depende del conductor, dicen algunos magos del votante en la Base de Transporte Escolar del Circuito Norte, con asiento en Corralillo.
Son los «astrólogos », porque, sin accidentes de tránsito en los folios como transportistas, están allí, justo en el momento y lugar que los solicitan. Escolares, y también personal de organismos contratados, de Corralillo, Quemado de Gí¼ines, Sagua la Grande, Cifuentes y Encrucijada, constituyen los beneficiados. En períodos veraniegos, como el presente, las tripulaciones son las encargadas de brindar apoyo al Campismo Popular. Eso contribuye a la solvencia económica de la entidad estatal de origen.
El sentido de pertenencia, a pesar de las insuficiencias de piezas de repuesto, neumáticos, combustibles…, posibilita que todo funcione como un reloj. La afirmación no está sustentada por informes y tampoco explicaciones. Constituye el fiel testimonio, casi contrastado, de algunos choferes localizados durante el paso por carreteras y caminos convertidos, a veces, en sitios intransitables por la ausencia de mantenimientos de vías catalogadas en estado deplorable.
Informes
Con un aproximado del 60% de los ómnibus del sector en funcionamiento el parque total es 164, luego de la explotación de los últimos dos años en servicios a la Salud durante el período crudo de la pandemia de COVID-19, los equipos pertenecientes a la Unidad Empresarial de Base (UEB) Transporte Escolar en Villa Clara, de acuerdo con criterios de directivos, sufrieron un deterioro vertiginoso.
Choferes y mecánicos de las cinco dependencias, ante la carencia de piezas de repuesto, emprendieron labores de recuperación e innovación. Eso permite dar respuestas a algunos reclamos, principalmente del Campismo Popular, y refuerzos al transporte público en momentos de circulación libre. También la falta de combustibles afecta las contrataciones.
Leodán Sosa Rodríguez, director de la Base del Circuito Norte, la mejor de su tipo en la provincia, dijo a Vanguardia que en tiempos normales de curso escolar prestan servicios en el 37% del territorio de Villa Clara y, por lo general, la totalidad de los 33 ómnibus entre diesel y gasolina están, con independencia de fallas eventuales, en óptimo estado técnico. Eso satisface, además, los convenios con organismos, que representan una de las vías de ingresos económicos para la entidad.
Con el receso escolar el fuerte se ubica en las transportaciones hacia el litoral del noroeste villaclareño, añadió. Del total, apenas nueve vehículos permanecen en talleres, y se les busca alternativas para que entren en funcionamiento, precisó. En el centro, argumentó, solo 16 carros son de gasolina y los restantes de diesel. «Con combustible, ahora escaso para acometer determinadas travesías no priorizadas, se carece de competidores », acotó.
También resaltó que la fluctuación laboral es mínima, y el 75% de los trabajadores se incluyen como choferes con responsabilidades específicas en sus rutas, así como del cuidado y mantenimiento de los vehículos.
Titulares
Rodesindo (Rode) Navarro Hernández, lleva 46 años de trabajo con escolares. Comenzó en aquellos tiempos en que Motembo se inundó de modernas edificaciones, consideradas escuelas de nuevo tipo en el campo. De ese etapa el hombre conserva anécdotas, pero prefiere «acariciar » la carrocería de su ómnibus Girón VI, remotorizado una década atrás para uso de petróleo.
«Entonces pude solicitar una guagua nueva, pero qué va, aquí está la antigua, considerada como parte de la familia más cercana. Ahora tengo 68 años y todavía estoy «encaramado », como se dice, en el lomo del caballo que garantiza parte del sustento del hogar. Imagínese que desde 1966 laboro como chofer, cuando existía la regional de Educación en Sagua la Grande. Desde entonces no paro y todavía resta camino por andar… », apuntó.
En Corralillo, y su Base Escolar, Nilo Santos Aguilar es el chofer más antiguo. Todavía conserva, y lleva encima, resguardado con plástico, un añejo carné de identificación que recuerda cuando quedó avaladodespués de un curso de tránsito en la presa Minerva como conductor titular para circular con estudiantes. La rúbrica del documento dice 30 de junio de 1976, y desde esa fecha permanece en similares menesteres laborales. Ahora anda gozoso con un equipo tipo Diana, con la cual le va bien. Al asegurarlo en la conversación dijo: «Siempre sin accidentes, y con los ojos atentos en la carretera aunque no lleve personal abordo ».
Un día de trabajo, en recogida y regreso de profesores y estudiantes, significa para Michel Bermúdez Hernández una jornada de fiesta desde que, temprano en la madrugada, la luna todavía no deja percibir los primeros rayos del sol. De acuerdo con la emulación del sector, figura como el mejor chofer de Transporte Escolar en la provincia. Dice que nada diferente acomete en una jornada de trabajo. ¡Eso sí!: «profesionalidad, acciones de limpieza y mecánica para resolver fallas técnicas del equipo, están primero que nada », resaltó.
Unos 700 000 kilómetros, sin accidentes, tiene recorridos en más de tres lustros de trabajo en la Base. En los meses de verano, luego de la conclusión del curso escolar, casi siempre circula en contratos con el Campismo y las instalaciones del litoral en Corralillo. De las transportaciones con estudiantes, dice, que a veces se tornan difíciles «por majaderías que asumen en el ómnibus, pero se impone el respeto y el cuidado del vehículo a partir de advertencias iníciales que hace al iniciar el recorrido. La conversación con los pasajeros imprime confianza y acatamiento de deberes y derechos, y eso se logra antes que con el ómnibus emprenda el viaje », puntualizó.
Al término del diálogo añadió: «Soy un hombre del timón », y de ahí toda su contentura como transportista de Escolares.