Durante 25 años Marelys Concepción Díaz ha desempeñado diferentes roles de dirección en el periódico Vanguardia, colectivo que encabeza desde 2013. Sobre satisfacciones y retos conversó en esta entrevista.
Marelys Concepción, directora de Vanguardia, conduciendo un foro interactivo sobre la COVID-19. (Foto: Carlos Rodríguez Torres/Archivo de Vanguardia)
Mónica Sardiña Molina y Victoria Beatriz Fernández Herrera
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09 Agosto 2022
09 Agosto 2022
hace 2 años
Qué sería de la historia sin los líderes, sin el espíritu que congrega, alienta, exige, agradece y premia, siempre a favor de una obra colectiva. Existen tantas probabilidades como letras impresas de que la historia de Vanguardia fuera diferente, y la dirección constituye una de las tantas variables que podrían cambiar el curso de los acontecimientos. ´
Antes de que la incertidumbre del «qué tal si… », Marelys Concepción Díaz, directora de la editora desde el año 2013, prefiere hacer un balance concreto sobre los sucesos que han marcado estos 60 años, su aprendizaje durante casi tres décadas de ejercicio profesional y los desafíos para un medio de comunicación que no puede sino hacer honor al nombre que corona sus páginas.
Cuando estudiaba la carrera de Periodismo, ¿deseaba dedicarse a la prensa escrita?
Inicialmente, sentía predilección por la radio y la televisión. Me ubicaron como corresponsal del Plan Turquino en las montañas de Manicaragua, trabajé para el Estudio 10 Guamuhaya y fue una experiencia inolvidable. Luego, me propusieron una plaza en el periódico y llegué a finales de 1994.
«La prensa escrita me cautivó, porque exige de mí una superación profesional permanente, el domino de la gramática y de todas las herramientas para demostrar el poder de las palabras. No demerito en absoluto la realización radial y televisiva, que es bien compleja y apasionante; pero la prensa impresa te hace trabajar con mucho rigor. Solo con palabras tienes que ser capaz de transmitir lo que te dijo el entrevistado, narrar, describir e impactar al lector, con elegancia, como decía Martí, sin rimbombancias. Es con una combinación de literatura y periodismo que logras un texto atractivo y bien escrito.
«Además, me ha permitido conocer sobre corrección, fotografía, diseño. Exige mucho y me parece un buen entrenamiento para que estudiantes y periodistas recién graduados adquieran una formación integral ».
¿Fantaseó siquiera con dirigir un periódico?
Jamás lo imaginé. Las circunstancias y las necesidades internas me llevaron a la jefatura de Información en 1995, después me desempeñé como subdirectora durante 16 años y, por último, en la dirección.
A la veinteañera que bajó del lomerío plena de sueños le tocó dirigir a periodistas con muchísimos kilómetros y cuartillas recorridos en el oficio diario de la prensa; sin embargo, supo equilibrar muy bien autoridad, aprendizaje e innovación.
«Llegué con deseos de hacer periodismo, de recibir las grandes lecciones de maestros como Roberto González Quesada, Mercedes Rodríguez García, José Antonio Fulgueiras y muchos otros que me enseñaron a desarrollar todos los géneros, acercarme a los lectores y superarme. Aquellas enseñanzas me han servido toda la vida ».
Han sido tiempos llenos de retos, ¿de qué victorias se enorgullece más?
En más de 25 años ocupando diversos roles en la dirección del periódico, me puedo enorgullecer de muchísimas cosas, sobre todo, de contribuir a crear una gran familia en Vanguardia, que es mi segunda casa. Prevalece un clima laboral que estimula la creatividad, la innovación, los valores humanos, el respeto, la disciplina, el compañerismo, la profesionalidad, la eficiencia, el sentido de pertenencia, la buena comunicación y la ayuda mutua, tanto en los momentos difíciles como en los de regocijo, a pesar de los problemas materiales que afrontamos y de otras subjetividades e ineficiencias que en determinada circunstancia han podido afectar.
«He vivido momentos trascendentes para Vanguardia: la digitalización del flujo productivo, la publicación de los primeros materiales en la web, el nacimiento de los otros hijos del periódico, los cambios que han permitido renovar la visualidad de nuestro sitio en el ciberespacio y una mayor comunicación con los internautas, a través de los comentarios que publican en cada uno de los trabajos; la posibilidad de crear galerías, dossier, videos y explotar las herramientas web; el surgimiento y crecimiento de los perfiles institucionales en las redes sociales para un mejor posicionamiento de nuestros contenidos.
«También viví la realización de un sueño: la impresión en cuatricromía. El 4 de abril de 2020, las nuevas máquinas instaladas en el poligráfico nos regalaron una impresión en color, con un diseño renovado, que tuvo una gran acogida entre los lectores.
«Me satisface mucho que Vanguardia sea reconocido y los usuarios busquen en el diario digital no solo las informaciones locales, sino también las nacionales. Nos enorgullecemos de que tantos lectores nos prefieran para informarse, y será un hecho más trascendente en la medida en que seamos capaces de brindar un contenido más variado, impactante, humano y elegante ».
Sin romanticismos, en la dirección de un medio se viven días dulces y amargos. ¿Qué hace para que la contrariedad no la venza?
Resulta bien complejo. Dirigir es arte y es ciencia, y hay que ponerle corazón a esa responsabilidad. De hecho, tienes que renunciar a tu obra individual para crear una obra colectiva. Implica intercambiar, escuchar a los demás, saber compartir, debatir, ejercer una dirección participativa, aglutinar la experiencia y la juventud, trabajar en equipo con espíritu triunfador, soñar en grande y compartir esos sueños, siempre con una acertada visión de futuro y con la seguridad de que todos puedan cumplir su rol en el periódico.
«Para que la dirección no te venza, tienes que ser muy exigente y riguroso. Reconozco que soy así, a veces voy hasta la exquisitez. También, debes desarrollar una parte muy humana y sensible para tratar a tus subordinados y compañeros de trabajo: ponerles la mano en el hombro, felicitarlos frente al colectivo cuando lo merecen y apoyarlos si afrontan problemas personales o familiares. Se precisa contar con una caracterización de los miembros del colectivo y darles la misión que les corresponda, para que cada quien se sienta útil y pueda brillar en determinado momento ».
¿Cuáles son los desafíos pendientes?
Quedan muchos: convertir a Vanguardia en un multimedio con una edición semanal de papel que privilegie la interactividad; el acertado uso de servicios de pódcast, videos, recursos gráficos, periodismo de datos y todas las narrativas web, para cautivar y conquistar a los públicos en el nuevo escenario info-comunicacional, donde reciben información a través de múltiples canales.
«Ello exige estimular las prácticas más innovadoras y transformadoras de nuestra redacción, para que los productos comunicativos satisfagan cada vez más las demandas de su público meta. Debemos apostar por un modelo de gestión editorial y económico que incentive y combine eficacia entre las plataformas tradicionales y digitales, lo cual implica reconfigurar las rutinas productivas, la planificación editorial y las prácticas comunicativas. Estamos llamados a hacer un periodismo más proactivo, parecido a la realidad cotidiana; combinar creativamente, con sensibilidad humana y gran rigor profesional, las agendas política, mediática y ciudadana, en la edición de papel y en el espacio infinito que proporciona el soporte digital.
«Los problemas materiales que enfrentamos hoy no pueden detener a los profesionales de Vanguardia, que apuesta por un modelo de gestión flexible, creativo e innovador, capaz de motivar nuevas maneras de hacer periodismo, con la creación de contenidos atrayentes, de calidad y gran responsabilidad social, que seduzca a los públicos más diversos ».
¿Qué clase de profesional demandan tales retos?
En este nuevo escenario es imprescindible reconocer al periodista como agente de cambio en las redacciones y estimular la necesidad de transformar y soñar, a pesar de las dificultades objetivas, mediante la superación y la autosuperación diarias para lograr mayores competencias profesionales. Tenemos que utilizar los recursos con mayor efectividad y funcionar como una redacción integrada en los planos físico y mental.
«Debe hacer un periodismo que se parezca cada vez más a la sociedad, con los matices y exigencias actuales, y renovar el discurso del medio de manera ética, creativa y crítica. Para lograrlo, tiene que fortalecer las agendas, los planes temáticos y la planificación editorial a corto, mediano y largo plazos, a partir de la creación de equipos de investigación y grupos creativos, y las discusiones colectivas de los materiales periodísticos.
«Sobre todo, tenemos que proyectarnos de manera diferente respecto a la participación ciudadana, estimular el debate de la opinión pública, reforzar el compromiso social del medio con sus audiencias, utilizar herramientas científicas para desempeñar una labor más eficiente en el contexto social actual y enfrentar mejor los retos que están por venir, así como apropiarnos de las narrativas contemporáneas, para que el mensaje, además de útil, sea estéticamente atractivo ».