Le gustaba usar siempre los mismos espejuelos. Si los cambiaba, cuando se miraba en el espejo, no lograba reconocerse. Prefería los muebles de siempre y era su humildad uno de los tantos valores que lo distinguen como revolucionario.
Cuando viajó por primera vez a La Habana, una gitana pidió leerle la mano y lo único que atinó a decirle, quizás eclipsada por la épica de su porvenir, fue que iba a vivir poco tiempo. «La gitana se equivocó, porque podemos pensar que Fidel vivió 90 años, pero lo que él vivió en sus diversas dimensiones fue mucho más, porque Fidel es de futuro ».
Emocionada, la periodista y escritora Katiuska Blanco Castiñeira narró algunas de las historias que contiene su libro Fidel, durante la presentación que tuvo lugar, este jueves, en la sede del Gobierno Provincial de Villa Clara.
Se trata de un texto que nace para combatir, al ruego de las luchas sociales.
«Luego de que Fidel se reembarca en el yate Granma, en un viaje de regreso a la inmortalidad, se precisaba un libro que intentara sintetizar la vida de un hombre tan grande, había que captar su espíritu, pero sin perder la hondura, la profundidad de una vida ».
Siempre fue un ser provisto de una tenacidad invencible. Cuenta Katiuska que luego del combate de Alegría de Pío, cuando los aviones paraban de ametrallar, Fidel no tenía tiempo para el miedo o para pensar ni en la más remota derrota, lo único que hacía era hablar de todo lo que harían cuando triunfara la revolución.
«Cuando presenté en Birán el libro Todo el tiempo de los cedros, en la presencia de Fidel, confesé que a mí me habría gustado que las vivencias del Comandante, contadas desde la intimidad del hombre, lo escribieran plumas como Galeano o García Márquez, pero que yo lo había escrito con rigor y, sobre todo, con el alma.
«En una ocasión me llevó hasta un lugar donde estaba Gabriel García Márquez y al presentarme aseguró que yo era uno de los frutos de la Revolución », confesó con orgullo.
El texto, escrito en estampas, ofrece una mirada cercana al Comandante, al hombre de los «pequeños detalles humanos », fue pensado para el público joven y busca develar la grandeza humana de un hombre tan inmenso como Fidel.
Luego de la presentación, Katiuska Blanco recibió la insignia cultural villaclareña Zarapico y una réplica de la estatua del Che. La escritora confesó sentirse halagada por el gesto, y feliz de estar en la tierra donde Fidel y el Che se reencuentran en sus sueños y luchas revolucionarias.