Minindustria Cubanacán: cerrar ciclos productivos

De la finca integral salen los productos que procesa la minindustria Cubanacán, mientras que los desechos de cosechas se emplean en la acuicultura.

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Instalaciones de la minindustria Cubanacán, de Santa Clara.
Instalaciones de la minindustria Cubanacán, de Santa Clara. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Narciso Fernández Ramí­rez
Narciso Fernández Ramí­rez
@narfernandez
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21 Febrero 2023

Hijo de campesinos y continuador de la tradición familiar, Eriet Infantes tiene 44 años. Nació en Puerto Padre, Las Tunas; pero desde los 15 años vino a vivir para Villa Clara, y acá, en las inmediaciones de Santa Clara, se ha aplatanado y siente orgullo por su condición de villaclareño adoptivo, sin olvidar el terruño natal.

Primero llegaron sus padres, luego él y, más tarde, sus hermanos jimaguas: una hembra y un varón, pilares indispensables para el trabajo de la minindustria; al inicio un sueño suyo, ahora una realidad en expansión, pues todavía Eriet aspira a más. Sueña con disponer de una tecnología de punta para todos los procesos productivos y poder exportar las mercancías a otros países del área.

Eriet Infantes, director de la minindustria Cubanacán.
Eriet sigue siendo el campesino humilde y comprometido que lucha por la familia, sus trabajadores y el pueblo. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)

«Vine dispuesto a todo, en especial a trabajar la tierra, lo que más me gusta. El campo es mi mayor alegría. Empecé como obrero agrícola en la guataquea, la fumigación, en lo que apareciera. Poco a poco fui avanzando y ya en el 2000 me hice socio de la cooperativa, como usufructuario de tierras.

«Pero fue en el 2010 cuando surgió la idea de lo que sería después la minindustria Cubanacán. Nada parecida a la de ahora, ya que apenas se elaboraban unos pocos condimentos, pequeñas cantidades de encurtidos y puré de tomate. Trabajábamos en una nave de techo de fibrocemento, debajo de una mata, y con máquinas bien rústicas.

«En el 2012 dimos un salto de calidad y elaboramos un software para llevar lo relativo a las producciones. Entonces comenzamos a producir a mayor escala, y a partir del 2016 se sumaron mis dos hermanos, quienes, desde entonces, han sido una ayuda insustituible».

La minindustria Cubanacán

En estos momentos cuentan con unos 20 productos y existe la posibilidad de ampliar dichos rubros. Poseen una capacidad instalada para procesar cinco toneladas diarias y tienen, aproximadamente, 100 trabajadores.

Finca integral que abastece a la minindustria Cubanacán.
La finca integral que suministra la materia prima para sus producciones es un ejemplo del intercalamiento de cultivos, con la siembra, entre surco y surco, de garbanzos, chícharos y frijol de soya. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)

Como parte del ciclo productivo sobresale una finca integral de seis caballerías, sembradas en su mayoría con frutales: mango, guayaba, frutabomba, coco y cítricos, como el casi desaparecido limón. En la finca, atendida por 18 trabajadores, intercalan frijoles, tomate, ajo y cebolla; todo ello con el propósito de no tener ninguna porción improductiva y así alcanzar, como lo consiguen, excelentes cosechas.

En la minindustria en sí laboran otros 42 trabajadores, y son capaces de producir diferentes productos del agro. Entre los condimentos están: pasta de ajo, pasta de cebolla, condimento integral, colorante alimentario y el mojo criollo, con picante y sin él.

En las conservas ofertan puré de tomate; mermeladas de mango, guayaba, frutabomba, piña, así como dulces de frutabomba en trozos, barras de guayaba y la muy gustada Cocada, dulce de coco rallado, hecho con azúcar blanca y/o morena (prieta).

Procesamiento de vegetales en la minindustria Cubanacán.
Los encurtidos con vegetales frescos forman parte de la variedad de producciones con destino a cinco mercados de la capital villaclareña. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)

También elaboran diversos jugos: limón, naranja, guayaba, mango, piña y frutabomba; vinagre y vino seco. La variedad de producciones incluye, además, encurtidos de pepino, tomate y col, y el encurtido mixto.
Se distinguen por su calidad, la buena presencia del envase y por las minidosis de pasta de ajo y de condimentos varios, con una capacidad productiva de unos 30 000 paquetes diariamente.

Además, contrataron personal para las labores administrativas, incluidas las de contabilidad y de atención a quienes trabajan directamente en la producción, pues se les ofrece merienda y almuerzo de manera gratuita, se facilitan uniformes y medios de trabajo.

El salario promedio ronda los 300 pesos diarios, y en los picos de cosecha se les paga por las horas extras; atractivos que permiten la estabilidad de la fuerza de trabajo.

Como nada debe desperdiciarse, los desechos de las cosechas se emplean para desarrollar la piscicultura, con la siembra de alevines en una micropresa. También se fomenta la lombricultura y, hasta donde resulta posible, se emplea la agroecología.

Máquina empaquetadora de condimentos.
Esta moderna máquina procesa y envasa las minidosis de pasta de ajo y otros condimentos secos. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)

Esta diversidad de producciones tiene como destino predominante el abastecimiento de cinco mercados agropecuarios de Santa Clara, donde laboran 12 de sus empleados: La Toronja, El Quimbombó, La Guayaba, El Saltarín y El Pernil.

Asimismo, Eriet y sus trabajadores participan, de manera activa, en las ferias de fin de año. En la más reciente vendieron alrededor de 150 toneladas de mercancías, a los precios pactados por el Consejo de Gobierno Provincial, y tuvieron presencia en los municipios de Santa Clara, Sagua la Grande y Encrucijada, y en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.

Con esta última institución desarrollan proyectos de aplicación de la ciencia a la agricultura y forman parte, además, de proyectos con la Unión Europea para el fomento de la cría ovino-caprina, la siembra de hortalizas y frutales, y la creación y desarrollo de la propia minindustria.

Como logro importante destaca el cierre del ciclo productivo (siembra-cosecha-procesamiento-comercialización) que han conseguido, entre otros factores, por sus excelentes relaciones con la Empresa Valle del Yabú y con la propia dirección de la Delegación Provincial de la Agricultura.

De igual forma, la minindustria Cubanacán realizó importantes donaciones a hospitales y centros de aislamiento durante la pandemia de la COVID-19, y a hogares de niños sin amparo familiar. Durante las catástrofes del hotel Saratoga y de los supertanqueros de Matanzas, donaron entre 200 y 300 toneladas de sus producciones.

Perspectivas y aspiraciones

Este año aspiran a consolidar la mypime Infantes Agroecológica, la cual ya dispone de una amplia nave dentro de la propia minindustria, y tienen el propósito de adquirir tecnología de punta que les permita elaborar jugos de frutas naturales y vegetales frescos con una alta calidad y capacidad competitiva dentro de fronteras y fuera de ellas, a través de la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

Para lograr dicho objetivo se preparan y tienen establecidas oportunidades de negocios a través del Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera (Mincex).

Eriet, como líder del proyecto, resume la filosofía de trabajo de la minindustria Cubanacán: «Estamos contentos con lo logrado, aunque aspiramos a seguir creciendo en producciones. Veo resultados y eso me motiva. No todo es fácil, se pasa trabajo; pero avanzamos. Me siento útil y tratamos siempre de buscar las mejores opciones de precios, tanto para mi gente como para el pueblo, del que provengo y soy parte».

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