«El magisterio es mi vida»

El director del seminternado Olga Alonso de Santa Clara, Leonel del Valle Monteagudo, es uno de los 32 villaclareños diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular. 

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Leonel del Valle Monteagudo junto a alumnos del seminternado Olga Alonso, de Santa Clara.
Leonel intenta conservar el vínculo con sus alumnos e intercambia con ellos en los pasillos de la escuela primaria en la ciudad de Santa Clara.  (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Nileyam Pérez Franco
Nileyam Pérez Franco
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07 Marzo 2023

Nunca se quita el traje de maestro. No tuve que verlo detrás de un buró o en el ejercicio de sus funciones directivas para reconocerlo. Cuando entré al céntrico seminternado Olga Alonso sabía que el joven con el cual me había tropezado en la calle Tristá era el director de la mencionada escuela primaria y el entrevistado que llevaba días persiguiendo.

De un lado a otro estaba Leonel del Valle Monteagudo, quien solo detuvo su agitado andar para tomar un café y compartir con una de sus trabajadoras la primera broma del día: «Quedé bien en la foto de la biografía, la vi hoy en la mañana cuando pasé por mi bodega» y las risas cómplices contagiaron el ambiente formal que dos intrusos con grabadora y cámara en mano habíamos creado en cuestiones de minutos.

Leonel del Valla Monteagudo, candidato a diputado por Santa Clara.
Para Leonel del Valle Monteagudo, diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en Villa Clara, el delegado debe atender y acompañar a sus electores ante cualquier circunstancia. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

«Estoy listo», me dice con la misma disposición con la cual asumió la tarea de ser delegado de la circunscripción 66 de Santa Clara.

Responde cada pregunta con una sonrisa espontánea que no logra disimular, ya que el también diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), conserva los sueños de aquel joven recién graduado en Educación Primaria en el 2013. «Siempre trato de mantener el vínculo con el aula», lo dice con un tono de nostalgia, pues las funciones como director lo alejan de la enseñanza diaria con los pioneros hace casi diez años. 

Su primer reto profesional fue la dirección de la escuela Juan Oscar Alvarado en la comunidad de Hatillo y la misma responsabilidad la desempeña en el seminternado Olga Alonso a partir marzo de 2022.

-¿Extraña la labor pedagógica desde las aulas? 

-Añoro entrar al aula, ese representa mi mayor deseo. Siempre digo que soy mejor maestro que director. Disfruto del intercambio con los padres y los niños, de quienes uno aprende todos los días.

Mientras recorre los pasillos de la escuela no puede evitar la tentación de inmiscuirse en las aulas o dialogar con los pioneros; así lo confirma Samanta Salet Bernal Rodríguez, estudiante de quinto grado, que describe al «maestro Leonel» como una persona «muy tratable y buena que atiende bien a todos los niños».

A sus 33 años Leonel no para de soñar y su mirada solo trasmite ideas novedosas que los trabajadores ya saben descifrar. «Él llegó con su juventud para aportar un granito de arena diferente, renovador. Todos conocemos su lado humano y su deseo de transformar y cambiar el centro. Es una persona especial y un ejemplo porque llega de primero a cada una de las actividades y eso nos motiva a hacer mejor nuestro trabajo», afirma con orgullo Maricenia Rodríguez, secretaria docente del seminternado Olga Alonso.

Para Maritza González, maestra de la institución, Leonel impuso disciplina y respeto mutuo en el centro. La labor de delegado la desempeña con facilidad porque «está acostumbrado a hacer todo lo posible para resolver los problemas dentro de la escuela, cuando conocimos sobre la candidatura nos enfrascamos en realizar bien nuestro trabajo para apoyarlo porque él nos va a representar y salió del pueblo».

Leonel del Valle Monteagudo junto a parte del colectivo del seminternado Olga Alonso.
Los trabajadores del seminternado Olga Alonso expresan compromiso y respaldo a su director, quien integra el Parlamento cubano. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Leonel se queda hipnotizado cuando escucha la opinión de sus trabajadores y aún no se cree lo de ser candidato a diputado, por eso confiesa que vive momentos inolvidables. «Si a aquel niño que jugaba a hacer maestro le dicen que en un futuro le pasarían estas cosas no lo creería, por eso insisto que la candidatura para mí ha sido un privilegio. La oportunidad de salir electo entre tantas personas con cualidades excepcionales y poder compartir con nuestro presidente Miguel Díaz-Canel y el resto de los candidatos, la acogida y reconocimiento de los alumnos, trabajadores, los padres, la comunidad y mi propia familia, son la mayor recompensa que me llevo de esta experiencia».

La entrevista transcurre y aunque por momentos observo al delegado optimista, nunca dejo de ver al maestro apasionado, tal vez porque el magisterio lo lleva en el alma que es lo que le entrega a sus electores sin pensarlo dos veces. «A veces no tengo recursos para ofrecer o soluciones que brindar, pero estoy con ellos y escucho sus inquietudes. Tengo que cumplir con los que me eligieron y confiaron en mí para que los representara, por eso digo que el maestro y el delegado juegan papeles similares».    

«Gracias al magisterio pude diagnosticar como delegado mi comunidad. La paciencia para atender a cada una de las personas y el poder de convencer a través del diálogo sincero y correcto son lecciones que aprendí desde mis años como estudiante en el Prepedagógico». 

Leonel reconoce que aceptó ser delegado en tiempos complejos en los cuales necesita recuperar la confianza de los electores, por tanto, no descansa en el afán de construir una mejor comunidad. «Cuando logras vincular todos los factores comunitarios en función de las trasformaciones sociales se pueden alcanzar muchas cosas. Por ejemplo, la empresa de la Planta de Asfalto en la comunidad donde vivo me ha apoyado en diversas actividades y el resultado es placentero. Llevo poco tiempo como delegado y he visto pequeños pasos de avance, aunque queda muchísimo por hacer».

Respira por unos segundos para recuperar el aliento, pero no detiene la conversación. Leonel como todo buen pedagogo ofrece siempre una lección y esa mañana me hizo recordar las huellas que dejaron los maestros de primaria en la periodista que seguía con el extenso cuestionario.    

-¿Cuáles son los retos que enfrenta la educación cubana en estos momentos?

-En primer lugar, tenemos el fin de contribuir a la preparación integral de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes en el contexto actual. Por otra parte, necesitamos conocer mejor a la familia que no es la misma de años atrás y hay que vincularla con nuestra labor. El mayor desafío en estos momentos es convertir la escuela en el centro cultural más importante de la comunidad».

-¿Qué compromiso mantiene con sus electores?

-El deber del delegado no es resolver todos los problemas, sino atender a las personas, acompañarlos y que se sientan representados. Siempre les voy a ofrecer mi tiempo, paciencia y dedicación, más allá de que no cuente con la solución a sus inquietudes.

-Qué significa el magisterio para usted?

-Como diría José de la Luz y Caballero, ante todo es una obra de infinito amor. No me veo haciendo otra cosa que no sea dando clases o enseñando, como tampoco concibo que pueda trabajar en un lugar que no sea un centro educativo porque representa mi razón de ser. Es mi vida que se puede resumir en entrega y compromiso, en dar lo mejor a una generación que espera y también necesita lo mejor de mí. 

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Fernando Acosta Riveros

Miércoles, 19 Abril 2023 23:01

Reciban un afectuoso saludo desde Guadalajara, Jalisco, México. Hoy pensé con mucho amor y amistad en el hermano Pueblo de Cuba. El 19 de Abril y la Victoria de Playa Girón nos emociona a los Pueblos de Nuestra América. Felicito a maestro Leonel de Valle Monteagudo y le deseo todo el éxito posible. Que Dios, El Creador, lo bendiga y lo proteja siempre. Atentamente, Fernando Acosta Riveros, Colombiano-Mexicano