La de Villa Clara es única facultad que incluye en su área 27 sillones y un salón de operaciones considerado de primer nivel. Este posee convenios con universidades extranjeras y aporta a los servicios médicos cubanos, sin evadir la atención a la población. El Dr. Jorge Gómez García (Jochi) constituye uno de sus profesionales de vasta experiencia. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
@riciber91
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22 Marzo 2023
22 Marzo 2023
hace 1 año
El reto principal de la carrera de Estomatología villaclareña en estos momentos es conquistar su reacreditación de excelencia a partir del veredicto que emita la junta de expertos en el país.
Con tiempo suficiente fue presentado el informe de autoevaluación al grupo de expertos que visitará el territorio a fines de abril para constatar en la práctica el vínculo de los procesos formativos, las acciones con los estudiantes, trabajadores y el personal auxiliar, así como el impacto que recibe la comunidad a partir de la satisfacción de los servicios.
Esta carrera resultó la segunda acreditada en el país luego de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, y su primer veredicto lo obtuvo en 2014, por lo que nueve años después se somete a su revaluación de acuerdo con el reglamento establecido.
En conferencia de prensa el Dr. Alexander Jova García, decano de la Facultad, reconoció la rigurosidad del proceso y el compromiso establecido con los educandos, docentes y el resto del personal del área, sin descartar la responsabilidad ante la población y la propia Universidad Médica villaclareña.
Con 121 trabajadores; de ellos, 62 docentes y el resto auxiliar, la facultad de Estomatología no se circunscribe solo a la docencia porque tiene como fortaleza la combinación de la asistencia y las investigaciones, además de poseer una clínica con 27 sillones donde los estudiantes se integran, desde el propio primer año, a sus tutores e inician las investigaciones en múltiples líneas.
Al margen de la asistencia interna existe una marcada proyección comunitaria con parte del consejo popular Sakenaf, los consultorios de Chambery, del policlínico Chiqui Gómez y el reparto Escambray, además de una escuela primaria próxima a la demarcación, la casita infantil Amiguitos de la Ciencia, de la propia Universidad Médica, y sus estudiantes y trabajadores, para un estimado de 20 000 pobladores.
Combinar la ciencia y la innovación ha sido un distingo de primer orden para el colectivo, si se tiene en cuenta que alumnos y profesores están vinculados a las principales líneas investigativas en la detección del cáncer bucal, a tenor de factores de riesgos como el hábito de fumar y el alcoholismo en la población más envejecida de Cuba.
Otras miradas están dedicadas a los traumatismos dentales, en tanto la maestría de odontoestomatología infanto-juvenil, acreditada en 2017 con alcance territorial, ha alcanzado la participación de representantes de otras naciones.
Un detalle singular resulta la decisión de estudiantes autofinanciados cubano-americanos que optaron por cursar disciplinas en la facultad villaclareña a partir del propio aval y trayectoria de la institución.
La etapa evaluativa incluirá los agudos años vividos con el SARS-CoV-2 en los que fue necesario el esfuerzo extraordinario de alumnos, profesores y obreros que incluyeron las acciones en la comunidad, los hospitales de campaña y el proceso vacunatorio anti-COVID-19, por citar algunas.