Con el propósito de ampliar canales visuales y divulgación de servicios que se obtienen en el campo cubano a partir de las estrategias trazadas por el Proyecto IRES, productores estatales y privados, así como especialistas agropecuarios y de Comunicación en Villa Clara, desplegaron una agenda de trabajo vinculada con la gestión del conocimiento.
En su esencia representa estrategias de la iniciativa —primera de su tipo implementada con financiamiento del Fondo Verde para el Clima en el enfrentamiento a la degradación de ecosistemas agrícolas—, efectuada en la esfera de la Comunicación Social en territorios favorecidos por el proyecto de colaboración internacional.
Corralillo, Santo Domingo y Quemado de Güines, en la central provincia, junto a Los Arabos (Matanzas) y Amancio, Colombia y Jobabo (Las Tunas), constituyen los beneficiarios de un proyecto implementado a partir de 2020 —con fase final en 2027—, y considerado como primera iniciativa de su tipo acogida por el Ministerio de la Agricultura.
El incremento de la resiliencia al cambio climático figura entre sus objetivos principales, y prevé garantías en la seguridad alimentaria en esas municipalidades a partir de la instrumentación de sistemas agroforestales, silvopastoriles, así como la regeneración natural asistida de los bosques.
Los resultados, a pesar del corto tiempo de ejecución de la segunda fase del Proyecto Resiliencia en los Ecosistemas Agrícolas de Cuba (IRES), son positivos al fortalecer capacidades institucionales en el mejoramiento de los servicios a paisajes productivos.
En tal sentido, de acuerdo con productos comunicativos expuestos por periodistas y criterios de los beneficiarios, hay rutas trazadas en la eliminación controlada de especies exóticas invasoras (marabú), las cuales abarcan en esos territorios unas 15 000 hectáreas de suelos, con cifras superiores en superficies necesitadas de rehabilitación de pastizales naturales y artificiales.
El proyecto, con la incorporación de unos 51 000 residentes, tiene a las mujeres como principales favorecidas en el empleo y capacitación como fuerza laboral especializada en zonas rurales de los 7 municipios seleccionados.
Durante el ejercicio profesional del Primer Taller de Comunicación Social y Gestión del Conocimiento que acomete IRES, quedaron elaboradas estrategias relacionadas con el turismo de naturaleza en zonas de baños de río Caña, en la comunidad de San Pedro Ferrán (Corralillo), así como el funcionamiento de la Escuela de Campo —una de las cuatro que organiza Villa Clara— en el Área de Manejo Forestal de Gavilanes.
También se valoró la participación de actores económicos en la prestación de servicios para la extracción de aceite de ajonjolí en demarcaciones de la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Julio Casales, en Quemado de Güines. La fauna silvestre, la reforestación, la Escuela de Campo para la capacitación a productores, fue delineada como estrategia del Bosque Modelo Sabana-Manacas, en Santo Domingo.
De similar forma se valoró de positiva la actuación del equipo de emprendedores «Libre Imagen», de la Ciénaga de Zapata (Matanzas), vinculado al universo cultural de la cartelería y la señalética en zonas comunitarias y de Áreas Protegidas en la ruralidad cubana.
En el Taller, productores acogidos a las prestaciones del proyecto IRES, así como periodistas, y académicos de las Universidades de La Habana y Central Marta Abreu de Las Villas, discutieron aspectos relacionados con la elaboración de productos comunicativos, Redes Sociales y páginas digitales representativas de la entidad.
Debatieron, de igual forma, particularidades de la Ley de Comunicación Social —en fase de análisis y debates referidos a la normativa que regirá en el país—, en el ámbito organizacional, mediático y comunitario.
Wilfredo Arregui Valdés, coordinador nacional de IRES, significó la importancia del encuentro que acogió académicos, periodistas, comunicadores y productores dispuestos a impulsar la gestión del paisaje utilizando sistemas agroforestales que inciden en los programas de desarrollo silvopastoriles, de reforestación y de regeneración natural asistida de bosques ubicados en municipalidades de tres provincias cubanas de alto riesgo —de 78 existentes en el país—, según los indicadores de vulnerabilidad y adaptación al cambio climático.