Cuba sigue siendo el segundo Parlamento con más mujeres en el mundo con el 55.3% del total de legisladores. Anabel Díaz Hurtado y Regla Dayami Armenteros Mesa, son dos villaclareñas que forman parte de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Desde el Vicerrectorado de Extensión en la UCLV, Anabel Díaz Hurtado, reconoce el rol que debe desempeñar la mujer en la sociedad cubana actual.
Nileyam Pérez Franco
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19 Abril 2023
19 Abril 2023
hace 1 año
Anabel y Regla desconocen las analogías en sus historias de vida. La primera, desde el Vicerrectorado de Extensión en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas y la segunda, al frente de la Delegación del Ministerio del Turismo (Mintur) en Villa Clara, creen que solo las une el hecho de ser féminas con funciones directivas y la X Legislatura del Parlamento cubano. Aunque los cuestionarios fueron diferentes, descubrí respuestas similares y dos entrevistas se fusionaron en una, donde, además de enaltecer la labor de las diputadas, se intenta dibujar el verdadero rostro de la mujer cubana.
Esa mañana me encontré primero con Regla Dayami Armenteros Mesa, delegada del Mintur en la provincia desde el 2014. Mientras ella caminaba apresurada de un lado a otro en la sede de la Delegación, reconocía que aquellos tacones altos disimulaban su diminuta estatura y de cierta forma equilibran el cuerpo con la grandeza de su alma. La constitución delgada y la gentil mirada a través de los espejuelos me hicieron pensar que dialogaba con aquella joven que salió de las calles del Condado y dirigió la Federación Estudiantil de la Enseñanza Media (FEEM) en Villa Clara, por la época del 90. Tal vez, mi pensamiento no estaba muy alejado de la realidad y la esencia de la mujer de 49 años que observaban mis ojos se hallaba en la experiencia como líder estudiantil en momentos históricos y complejos de la Revolución cubana.
«Recuerdo que durante aquellos años en el Secretariado de la FEEM teníamos que llevarle a Díaz-Canel un papel certificado por las escuelas con nuestras notas y él nos comprobaba los conocimientos en las diferentes asignaturas. Aprendí que para ser dirigente primero debía estudiar y estar preparada». Continúa con naturalidad la conversación. No habla solo de su actual presidente, sino también de quien le entregó el título de Licenciada en Economía en el año 2000, de su compañero de miles de empeños, congresos y batallas en las direcciones juveniles.
Desde Villa Clara, el tercer destino turístico de Cuba, esta mujer lleva casi una década al frente de uno de los sectores estratégicos de la sociedad. «Brindamos un servicio que intenta cumplir las expectativas de los clientes, por tanto, nos mantenemos en constante coordinación con todos los organismos de la administración central del país».
Con una sencillez, Regla Dayami no se esconde para decir que viene del corazón del Condado, esa popular comunidad en la ciudad de Santa Clara y busca en sus raíces la razón por la cual asumió la responsabilidad de ser delegada de circunscripción en varios mandatos anteriores.
«Tener la oportunidad de ver resurgir un barrio y observar que, a pesar de las complejidades, las personas tienen una vibra especial y te acompañan, te siguen, eso, contribuye al crecimiento individual y es de las experiencias más hermosas que un ser humano puede vivir».
Regla Dayami proviene de una familia identificada con el alcance del proceso revolucionario cubano. Las experiencias de dirección en el Complejo Hotelero Cubanacán y la responsabilidad de asumir la tarea de delegada de circunscripción le enseñaron a dinamizar cada espacio y aprovechar la jornada laboral.
«Cuando llegué a la Delegación del Mintur, yo y mi secretaria éramos las únicas mujeres y lo que nos distinguía del resto del colectivo era la capacidad de no dejar ningún asunto pendiente para el próximo día. Eso lo aprendí atendiendo hotelería y mientras fui Delegada de circunscripción y algunos problemas de mis electores no podían esperar, por lo cual acudía a ellos aun cuando no podía brindarles soluciones».
-Usted tuvo la oportunidad de estar en la VII y la VIII Legislatura a la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) ¿Qué representa esta nueva elección como candidata a diputada?
-Constituye un reto legislar en función de una población que vive en una sociedad cambiante, pero la unidad del Parlamento nos asegura el triunfo. También es una candidatura que le da el paso a muchos jóvenes revolucionarios que llegan con una nueva visión apegada a su tiempo.
-El 56.2% de los candidatos a diputados son mujeres en Villa Clara, una de las provincias con mayor representación femenina ante el Parlamento ¿Qué rol desempeña la mujer en la Asamblea y en la sociedad actual?
-Creo que Villa Clara cuenta con una amplia participación de la mujer en los diferentes sectores de la sociedad y la candidatura de la provincia lo demuestra. Con la estirpe y el ejemplo de Mariana Grajales, la mujer cubana le atribuye un matiz diferente y un sello propio a nuestra Asamblea. La sensibilidad y la capacidad que tenemos de realizar diversas tareas a la vez expresa lo que somos capaces de lograr en una sociedad que reconoce nuestros derechos y aplaude nuestro trabajo.
Por su parte, Anabel Díaz Hurtado, quien actualmente ocupa el cargo de Vicerrectora de Extensión de la UCLV y también es diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio de Remedios, desde la tercera oficina del Rectorado de la casa de altos estudios, esta mujer también contesta mis interrogantes. Sus ideas resultan tan parecidas a las de la Delegada del Mintur que parece que fuera ella la que aún habla, pero no; solo escucho la voz de la mujer cubana en dos timbres diferentes.
«Estamos hablando del segundo Parlamento con mayor representación de mujeres y eso traduce la responsabilidad que asumimos. Debemos posicionar el papel de la mujer en la sociedad cubana y enseñarle al mundo lo que somos capaces de hacer. Somos guerreras por ADN y no se trata de reconocer constantemente que estamos sobrecargadas de roles, sino hacer entender que la equidad está en el acompañamiento de hombres y mujeres en cualquier proceso que se haga».
Socióloga de profesión e investigadora de nacimiento, Anabel ha vivido en un constante círculo de sorpresas en los primeros meses del presente año. La primera la experimentó con el reconocimiento de la Academia de Ciencias de Cuba como Científico Asociado y luego llegó la candidatura al Parlamento cubano.
«Ser candidata a diputada es una idea que sigo procesando. Confieso que tengo que aprender a articular esta nueva responsabilidad con la vida laboral y profesional porque estamos defendiendo y representando los intereses del pueblo cubano». A sus 39 años, Anabel tiene la habilidad de realizar múltiples tareas. Llegó a la oficina donde la esperaba. Concluyó la conversación con un compañero de trabajo. Orientó a su secretaria y nos acomodó para la entrevista en cuestiones de minutos. Le pido la fórmula que me permita adquirir su agilidad innata y me susurra con esa espontánea sonrisa que siempre regala: «No te pongas límites».
Caminamos por los pasillos de su (nuestra) querida universidad, fiel testigo de sus logros académicos, pedagógicos, investigativos y de dirección. Rememora los años como decana de la Facultad de Ciencias Sociales y los días que tanto disfrutó frente a las aulas. Saluda a un compañero de trabajo que fue su profesor y ahora ella lo dirige. Otro, la detiene para volver a felicitarla con orgullo. Mientras, el fotógrafo intenta inmortalizar el momento, algunos estudiantes pasan y el saludo a la «profe» resulta inevitable. Ella aprovecha la oportunidad para encomendar o recordar actividades pendientes.
«Disculpa las interrupciones, pero siempre ando en más de tres cosas a la vez», se justifica, nuevamente, a lo que le respondo con una interrogante que carcome mi cabeza:
-¿Cómo una mujer con tantas responsabilidades como usted puede hacer ciencia?
-No concibo mi vida profesional sin hacer ciencia. Siempre trato de buscar un espacio, aunque sea a deshora para mantenerme actualizada en la Ciencia Social que se hace en Cuba y en el mundo. Tengo que reconocer que a veces es imposible dedicarle todo el tiempo que quisiera, pero me impongo retos investigativos.
Más allá de la candidatura, los cargos de dirección y las responsabilidades profesionales, Anabel y Regla Dayami, encuentran refugio en la familia, ese sostén que las mantiene firmes. Entre lágrimas que no logran esconder, vuelven a mi mente las analogías de estas dos mujeres con historias tan diferentes y semejantes a la vez.
«Cuando existe el apoyo de la familia todo se puede lograr. Me reconforta tener un niño que se ocupa, preocupa y disfruta el éxito de su mamá», expresa emocionada Regla Dayami. «La casa es mi puerto seguro y siempre trato estar en familia y demostrarle a mi hija que a pesar de que puedo cumplir ciertas responsabilidades tengo tiempo para ella. Detrás de mis logros está mi familia, mis ojos y oídos cuando estoy ausente», revela con emoción Anabel.
Ambas y esa complicidad de pensamientos anuncia que la voz de la mujer vuelve y muy bien representada al Parlamento cubano.