A revitalizar la unidad del barrio, acorde con los tiempos que vivimos, y a decidir desde la comunidad cómo organizar la vigilancia popular llamó Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional de los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) durante la celebración de la Asamblea X Congreso de esa organización, efectuada en Cifuentes.
Durante el encuentro, el también miembro del Consejo de Estado refirió que la mayor organización de masas del país, desde su constitución hace 62 años, mantiene vigentes valores y principios en su esencial misión: la vigilancia revolucionaria,
El informe, considerado crítico por los aspectos que abordó, se centró en fisuras relacionadas con el completamiento de las estructuras de dirección, la atención a los problemas sociales y las comunidades, así como la integración de la familia a las actividades de los barrios y los asentamientos poblacionales.
No obstante, en unos lugares, a diferencia de otros, se logran comportamientos positivos, como en zonas de San Diego del Valle, poblado que, con el concurso de vecinos y las administraciones locales, eliminó pisos de tierra que aún existían en viviendas suburbanas y se instalaron redes hidráulicas para desagües.
La emulación, dijo Hernández Nordelo, no precisa de orientaciones del organismo superior o intermedio. «Hay que instrumentarla en el lugar de los acontecimientos y en la congregación entre los vecinos, tal como ocurre con el Programa Cultiva tu Pedacito», dijo refiriéndose a las acciones que han permitido convertir pequeñas áreas donde antes había vertimientos de basura en jardines para la producción de hortalizas y condimentos frescos en beneficio de todos.
En tal sentido, rescatar esos espacios y convertirlos en productivos constituye una tarea de la comunidad, y el proyecto de desarrollo local Alelí, en Peñas Altas, Matanzas, es un ejemplo digno de destacar, precisó.
Alberto Hernández Pérez, coordinador de zona en Cifuentes, añadió que reforzar con iniciativas la emulación cederista, desde el barrio hasta el municipio, y consolidar la vigilancia revolucionaria, como acontece en la protección de instalaciones comerciales y campos, limita la ocurrencia de hechos delictivos, de marcada incidencia en períodos precedentes.
Las donaciones de sangre, la atención a jóvenes y ancianos, y a situaciones de vulnerabilidad en las comunidades, y el compromiso de impulsar programas propios de la organización desde la vivienda, figuraron entre los tópicos de discusión del informe.
Osnay Miguel Colina Rodríguez, miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en la provincia, señaló que en la participación colectiva reside el compromiso de todos. De ahí la urgencia de fortalecer la vigilancia en aquellos puntos vitales de la comunidad, pues con ello se garantiza la tranquilidad ciudadana y se preservan bienes y servicios destinados al pueblo. Acotó que, a veces, «no pensamos en cuánto podemos y en cuánto no hacemos», y se dejan brechas para la ocurrencia de delitos e ilegalidades.
Resaltó la necesidad colectiva de formar conciencia entre todos, y ver los CDR como espacios auténticos de unidad y de integración de saberes, justo allí donde residen jóvenes, campesinos, trabajadores y profesionales abnegados y reconocidos en el país por sus aportes sociales y productivos.
Un emotivo momento dejó Magdalena Mesa García cuando mostró cartas que su hijo Yoel, presente en el encuentro, remitió a Hernández Nordelo en los años que cumplió sanción en cárceles de los Estados Unidos por defender el suelo patrio.
En la décima Asamblea municipal que se desarrolla en la provincia —restan las de Caibarién, Placetas y Santa Clara— se conformó el ejecutivo de Cifuentes, y Mairelys Jiménez Rodríguez fue ratificada como coordinadora de la organización en ese municipio.
También se trazaron las estrategias de trabajo y se eligió a los delegados a la Asamblea provincial. Además, miembros de la organización y zonas de los CDR recibieron reconocimientos por haberse destacado en su actuación diaria en la comunidad.