Contar con jóvenes egresados de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV) y técnicos con años de experiencia, constituye una fortaleza para la Unidad Empresarial de Base (UEB) ATI Villa Clara, encargada de garantizar la aplicación y disponibilidad de las tecnologías de la información y la automática en el sector industrial y en las operaciones del Sistema Electroenergético Nacional.
Muchos son los desafíos que enfrentan diariamente sus 96 trabajadores ante las limitaciones de recursos; sin embargo, el sentido de pertenencia hacia el centro, con una tradición de 48 años, y los empeños por impulsar el desarrollo del país permiten a esa entidad —adscrita a la Empresa de Tecnología de la Información y Automática radicada en La Habana— cumplir con su objeto social.
Ernesto Herrera Guerra, un joven apasionado por la automática de los procesos, al frente de ATI, destacó la pericia de los cinco nuevos ingenieros de reciente adquisición formados en la UCLV, quienes, con la ayuda de los más experimentados, participan en el proceso de automatización del pulverizador de secado de la Planta de Biofertilizantes y Bioplaguicidas de Labiofam que se erige en Santa Clara, como parte de las tareas que acometen para su definitiva puesta en marcha.
De cara a la rehabilitación de grupos electrógenos
Los ingenieros y técnicos de ATI Villa Clara tuvieron un gran protagonismo en la rehabilitación de los motores de generación distribuida de las centrales eléctricas Santa Clara Industrial, Santa Clara 110 kV y Calabazar de Sagua.
«Nuestro colectivo dio respuesta a la automatización de las tecnologías de los grupos electrógenos que operan con diésel y fuel oil, con soluciones validadas a nivel de país para la reposición y puesta en marcha de 11 motores Hyundai», explicó Herrera Guerra.
«Para ello hubo que modificar procesos de la automática y diseñar un proyecto de adecuación, en aras de garantizar su compatibilidad con las centrales eléctricas emplazadas en Cuba durante la Revolución Energética.
«Con anterioridad, en diciembre del 2022 —refiere Ernesto—, dos de nuestros especialistas viajaron a la República Bolivariana de Venezuela para capacitarse sobre la nueva tecnología y trasmitir los conocimientos a especialistas en automática de todo el país, y de esta forma facilitar el emplazamiento, montaje y sincronización de los nuevos motores.
«El proyecto permitió recuperar también pantallas táctiles y otros accesorios de alto costo en el mercado externo, con ahorros a la economía. Asimismo, participamos en otros proyectos para el sistema SCADA de supervisión y control, a fin de adecuar los motores al sistema instalado y operarlos desde una pizarra computarizada.
«Nos corresponde también reparar todos los equipos que intervienen en la generación distribuida en el país, con un alto impacto en la sustitución de importaciones, pues el equipamiento tecnológico con estos fines resulta muy costoso en el mundo».
Laboratorios de calibración, fuente inagotable de ahorro
Otra labor no menos importante a cargo de los trabajadores de ATI tiene que ver con el Laboratorio de Calibración —certificado y avalado por la Oficina Territorial de Normalización— para la prestación de servicios metrológicos integrales a equipos eléctricos de temperatura, equipamiento neumático físico y químico, calibración de flujo, y la reparación de otros a nivel industrial, pues resulta requisito indispensable que todas las entidades fabriles cuenten con instrumentos de medición certificados.
En el 2022 rompieron el récord histórico de equipos calibrados, al cerrar el año con alrededor de 15 000 procedentes de la Unión Eléctrica, su principal cliente, y de terceros como los sectores de la Salud y Educación, con los que tienen firmados cerca de 200 contratos.
De igual forma, diseñaron un proyecto de modernización para la planta de tratamiento químico de agua de la central termoeléctrica Antonio Guiteras Holmes, de Matanzas, indispensable para su funcionamiento.
Un colectivo con historia
Fue en 1975 cuando abrieron sus puertas los primeros talleres de instrumentación industrial de ATI, bajo la tutela de Gustavo Choy, su director fundador.
El montaje y puesta en marcha de la instrumentación de la Pasteurizadora de Santa Clara resultó el primer trabajo desarrollado por la naciente dependencia, que en 1977 pasó a formar parte de la Empresa de Piezas para la Industria Química como establecimiento de Servicios Especializados de Instrumentación Industrial, y en octubre de 1985 se incorporó a la Unión de Empresas de Generación Integrada de la Empresa de Servicios Técnicos Energéticos.
En 1999 se une a la Empresa de Proyectos para la Electricidad, hasta que en el 2008 toma su nombre actual, como una de las cinco unidades empresariales de base de su tipo en el país, perteneciente a la Empresa de Tecnología de la Información y Automática de la Unión Eléctrica.
En los pasillos de ATI se respira disciplina y compromiso, la misma inspiración que motivó a Jorge Consuegra Domínguez y a su hermano Luis a unirse al colectivo hace 42 años.
Ahora, reincorporado a su profesión luego de acogerse a la jubilación, calibra los metrocontadores de energía de salida de las termoeléctricas de Matanzas y la «Carlos Manuel de Céspedes» de Cienfuegos. Sobre la entidad que lo acogió en plena juventud, confesó que aquí aprende cada día a ser mejor profesional y persona.
Por su destacado historial y sus resultados económicos, ATI ha merecido la condición de Vanguardia Nacional en 13 ocasiones.
La implementación de novedosos sistemas de pago con la aplicación del Decreto Ley 53 permitió duplicar los salarios, y tras su derogación por el 87 —que ratifica la facultad del sistema empresarial estatal cubano para establecer de forma descentralizada la organización del sistema salarial de los trabajadores—, se benefició el personal no directo a la producción. Ello ha traído consigo el mejoramiento de la atención al hombre y una mayor estabilidad de la fuerza de trabajo.
Asimismo, mantienen estrechos vínculos con la Universidad villaclareña, al participar en tres programas multisectoriales vinculados con la introducción de nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje en la carrera de Ingeniería en Automática, el perfeccionamiento del sistema de pronóstico energético para parques eólicos y fotovoltaicos conectados al SEN, y la aplicación de la inteligencia artificial en el comportamiento de los sistemas solares fotovoltaicos.
El año pasado firmaron contratos con la Sociedad de Interfaz de la UCLV, con presencia en el proyecto de automatización y sistema de medición de combustible y flujo continuo de la Planta Experimental de Cemento de Bajo Carbono LC3, rectorada por el Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM), de la Facultad de Construcciones.
En el 2022 también avanzaron en un proyecto nacional vinculado con el desarrollo del sistema de optimización y aprovechamiento de energía, a partir de fuentes renovables, a cargo de la Universidad villaclareña.
ATI presta servicios de mantenimiento y puesta en marcha de la mayoría de las termoeléctricas cubanas y la hidroeléctrica Hanabanilla, y asegura la automática de los sistemas aislados de generación de los cayos Coco y Santa María, así como el montaje y automatización de los sistemas de medición de variables eléctricas de los parques solares fotovoltaicos de las provincias centrales.