Alertas también en julio

El paso de vaguadas por el territorio nacional obliga a estar atentos ante intensas lluvias y actuar a tiempo en la implementación de los planes de reducción de riesgos de desastres.  

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
(Foto: Tomada de Internet)
Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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06 Julio 2023

Las lluvias de junio pasado, como consecuencia del lento movimiento de una vaguada por el territorio nacional y su permanencia, casi estacionaria, desde Ciego de Ávila hasta las provincias orientales, aun cuando beneficiaron los embalses con acumulados significativos —luego de una intensa sequía—, dejaron una amarga experiencia en las zonas que sufrieron inundaciones a causa de la crecida de ríos y arroyos ante la persistencia de las precipitaciones.

Vale destacar que en algunas provincias se registraron entre 100 y 300 mm de lluvias en 24 horas; mientras, el país acumuló, en los primeros 11 días del mes, el 92 % de la media histórica para ese período. En tanto, los embalses acopiaron más de 1800 millones de m3 del preciado líquido.

De igual forma, en las cinco provincias que recibieron el impacto de la vaguada se reportaron más de 1000 daños en viviendas, de ellos, 106 derrumbes totales y 268 parciales, y la pérdida de 254 techos.

La llegada de julio con días cálidos y un tiempo característico del séptimo mes del año, sin la formación, por el momento, de un nuevo sistema de bajas presiones que pudiera conducir a una depresión tropical, invita a disfrutar de playas y piscinas en este verano.

Sin embargo, a pesar de las excelentes condiciones climáticas no nos podemos confiar, por lo que se impone estar alertas ante una temporada ciclónica que, aunque los pronósticos indican que será menos activa que la anterior, exige de una permanente vigilancia y actualización del sistema de prevención ante estos eventos naturales, a fin de actuar a tiempo para evitar la pérdida de vidas humanas y bienes materiales.

Aun cuando las actuales limitaciones con el combustible obligan a economizar su uso y posponer actividades, se impone proceder con antelación a la tala de árboles que puedan caer sobre el tendido eléctrico y telefónico, con las consiguientes afectaciones a estos servicios y los gastos asociados a las reparaciones.

Urge también proceder a la limpieza del sistema de alcantarillado que permanece tupido en Santa Clara, lo cual interrumpe la evacuación de las aguas residuales y provoca, en poco tiempo, la inundación de zonas bajas de la ciudad.

Por suerte, han sido intervenidos algunos tramos de los ríos Bélico y Cubanicay que atraviesan la urbe, acosados por la basura que se arroja de manera indiscriminada a sus corrientes y conlleva a la obstrucción de estas fuentes fluviales y la inundación de viviendas cercanas, así como de otras que fueron construidas sobre cañadas y limitan el paso de las aguas.

Aunque el Consejo de Defensa Provincial y sus homólogos municipales cuentan con un sistema de prevención bien concebido y entrenado, cada año, antes del comienzo de la temporada ciclónica, habrá que sacar experiencias de lo vivido en el país en junio y actuar con cautela.

Asimismo, se deberán tener en cuenta los estudios de vulnerabilidad en comunidades propensas a inundaciones, cercanas a ríos y situadas aguas abajo de embalses, para proceder sin demora a la evacuación de la población. También, del estado de aquellos espejos de agua que no son administrados por Recursos Hidráulicos, y de sus diques y compuertas que demandan de una estrecha vigilancia, tras el paso de vaguadas.

 

 

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