Corrían los primeros años de la Revolución cuando el Comandante Ernesto Che Guevara, en su condición de ministro de Industrias, tuvo la visión de crear en Santa Clara la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud).
Bastaron sólo 19 meses para convertir la utopía en realidad e inaugurar, el 24 de julio de 1964, la moderna fábrica, que poco a poco se hizo sentir con sus artículos en los hogares de las familias cubanas.
Mucho antes de que se levantaran los primeros muros de la moderna industria, comenzó la preparación de los obreros que moverían la maquinaria adquirida en países del otrora campo socialista.
Jóvenes que laboraban en ingenios azucareros y procedían fundamentalmente de bateyes de la antigua provincia de Las Villas fueron convocados a tomar los libros para formarse como obreros calificados en el Instituto Tecnológico Abel Santamaría, de la ciudad de Santa Clara, bajo la tutela de profesores procedentes en su mayoría de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas. A medida que asimilaban los conocimientos, los alumnos más diestros asumieron la docencia.
El Che visitaba con frecuencia las aulas donde se formaban los técnicos. Un día se reunió con los estudiantes en el teatro del Tecnológico para hablarles sobre la importancia de la nueva industria, y la necesidad de prepararse bien para comenzar la producción de refrigeradores, ollas de presión y cocinas de gas. Estos artículos distinguieron a la industria desde el primer momento para ocupar más tarde su lugar en los hogares de las familias cubanas.
Amenazaba con llover el día de la inauguración; sin embargo, ello no fue impedimento para que cientos de villareños se concentraran en las áreas exteriores de la naciente industria. El espacio resultó insuficiente para acoger a tanto público.
Previo al acto, el Che recorrió los talleres para conocer a los verdaderos protagonistas de la fábrica que siguió de cerca.
¿Por qué el nombre de Primero de Mayo? Una fecha que el Che siempre apreció: el Día Internacional de los Trabajadores.
Fue la visión del argentino-cubano de erigir la fábrica en una ciudad sin tradición fabril. Su ubicación en la antigua provincia de Las Villas la determinó su posición geográfica en el centro de Cuba, así como contar con la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, escuelas técnicas, y con abundante fuerza de trabajo en los centrales azucareros.
La puesta en marcha de la Inpud, de conjunto con Planta Mecánica, materializó el proceso de industrialización de la provincia y el país, y ambas fábricas se convirtieron en fuentes de empleo de cientos de trabajadores que encontraron allí la posibilidad de estudiar, superarse y tener un trabajo digno.