Una remodelación paulatina que abarca desde la fachada hasta cada detalle de la atención poblacional. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Ricardo R. González
@riciber91
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31 Julio 2023
31 Julio 2023
hace 1 año
Desde hace más de un año, el hospital gineco-obstétrico Mariana Grajales de Villa Clara asume un proceso de restauración capital paulatina ante el implacable paso del tiempo.
Se trata de reparaciones, mantenimientos e inversiones que han posibilitado la reapertura de algunos servicios al inicio del actual 2023, como el destinado al tratamiento de las parejas infértiles, y el de Radiología, que ahora posee las condiciones necesarias para este tipo de unidad.
La Dra. Isdeky Milián Espinosa, directora de la institución, añadió los trabajos realizados en el Banco de Sangre y en el de leche artificial, al margen del existente en la planta baja del centro dedicado al procesamiento de la leche humana, como modalidad que asegura la nutrición óptima de infantes en condiciones de vulnerabilidad asociadas al bajo peso, a malformaciones congénitas, a los hospitalizados en servicios de Neonatología o de terapias intensivas, y para aquellos que, por características particulares, sus madres no pueden ofrecerles el acto de lactar.
«Prácticamente nuevo resulta el salón ambulatorio del hospital donde se realizan las cirugías de patologías de cuello que ahorra muchos recursos al centro y se hacen casi 60 procederes por semana. Esta dependencia no contaba con requisitos epidemiológicos, y en este momento ya dispone de las condiciones gracias a un trabajo de conjunto con las empresas constructoras, el proceso inversionista, y la especialidad de Epidemiología», precisó la Dra. Milián Espinosa.
Cada objetivo está asignado a diferentes empresas del territorio, como la de Mantenimiento Constructivo, la Constructora del Centro, el Micons, la de Construcción y Montaje, y otros actores económicos que emprenden acciones diferenciadas en la recuperación del mobiliario y equipamientos tecnológicos, entre otros objetos.
Valiosa la contribución, además, del Centro Provincial de Electromedicina, presente en innumerables estrategias y decisivo el aporte de su colectivo en la solución de múltiples problemas.
En el transcurso del actual año, en el materno villaclareño se han invertido casi 3 millones de pesos, mientras que durante 2022 el monto de inversión ascendió a unos 9 millones de pesos en diferentes acciones.
La Dra. Isdeky Milián precisó que el movimiento constructivo no se detiene porque se continuará la revitalización de todo el servicio de consultas externas, que en su mayoría fueron reabiertas el pasado año.
En este sentido argumentó que la cantidad de pacientes asistidos en consultas depende de sus características. En patología de cuello se atienden semanalmente unas 60 mujeres, pero en aquellas de abordaje diario sobrepasan las 30 personas y funcionan todos los días, de lunes a viernes, como las de mayor afluencia.
También están habilitadas las dirigidas a las embarazadas a término, la de aborto, con menos afluencia pero sin llegar a ser despreciables, y la del tratamiento a las parejas infértiles que atiende a quienes, por diversas razones, no pueden concebir un hijo o llevar un embarazo a término, luego de un año de relaciones sexuales frecuentes sin el empleo de métodos anticonceptivos.
«Procederemos con otras inversiones aprobadas, con más de 7 millones de pesos, para el área de salones quirúrgicos, la Sala de Neonatología, salones de partos, cuarto médico y central de esterilización que se ha detenido por dificultades en las redes hidráulicas».
En medio de todo este proceso constructivo el centro no ha suspendido ninguno de sus servicios al reubicarlo en otros locales.
—Si bien la remodelación es importante, ¿cómo se comporta la asistencia?
—Al cierre del primer semestre los indicadores hospitalarios están por debajo de la media en el país. La mortalidad infantil, el índice de cesárea, y el bajo peso no sobrepasan las estadísticas de la nación.
«La mortalidad materna en Villa Clara está en cero durante este año, mientras nuestro Hospital reporta una mortalidad infantil global de 3,8 por cada mil nacidos vivos, cuyo propósito para Cuba en 2023 es de 4,0.
«En este sentido ha sido vital la sala para la atención a las maternas graves y la de cuidados perinatales que han ayudado sobremanera en el tema de los indicadores, siempre con el esfuerzo del colectivo ante limitantes y falta de recursos en una era titánica».