Los activistas visitaron la casita de niños sin amparo familiar número 1, de Santa Clara, donde recibieron el cariño de los pequeños y trabajadoras. (Foto: Belkis Vidal)
Francisnet Díaz Rondón
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25 Agosto 2023
25 Agosto 2023
hace 1 año
Hay que vivirlo y sentirlo bien de cerca para captar la verdadera dimensión y esencia de la labor de Puentes de Amor hacia Cuba. La vibra de amor y solidaridad se palpa, se respira, se capta de la manera más entrañable y profunda. Porque cada tonelada o gramo de productos, cada viaje a la isla, en constate desafío a esa vorágine de odio enfermizo, se multiplica y agiganta en las muestras de afecto de la gente, y en las sonrisas y alegría de los niños.
Cientos de hombres y mujeres desde los Estados Unidos dieron su valioso aporte, que llega a Cuba a través de las manos de estos hermanos. Junto al profesor Carlos Lazo se halla otro grupo de «locos» que apuestan por el bien y la vida; son los integrantes del movimiento Code Pink (Código Rosa), bajo la guía de la activista y fundadora Medea Benjamin, que también se sumó al noble y humano acto para los niños cubanos.
Gracias a su empeño, lograron traer 5000 libras de leche en polvo para ser distribuidas en tres provincias, en los hospitales pediátricos de Villa Clara, Cienfuegos y Sancti Spíritus, así como 100000 tabletas de Tylenol o Acetaminophen, de las cuales se entregarán 33 000 en cada provincia. Además, donativos para el centro cultural El Mejunje, de Santa Clara, así como útiles escolares para un colegio y máquinas procesadoras de pan para casas de niños sin amparo familiar.
Al hermoso gesto aportaron ciudadanos estadounidenses, la mayoría cubanos emigrados que se oponen al bloqueo y a la política criminal del gobierno de su propio país. No pocos lo hacen desde el anonimato por el negativo ambiente de tensión y persecución existente en Miami, pero que no dudan en ayudar cuando tienen la oportunidad, como ahora, gracias a la recaudación de miles de dólares.
Los niños, el amor, la maravilla
En horas tempranas del jueves 24 de agosto arribaron a Cuba por el aeropuerto internacional Abel Santamaría, de Villa Clara. «Sin quitarse el polvo del camino», llegaron hasta la casita de niños sin amparo familiar número 1 de la capital santaclareña, acompañados por representantes del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) de la provincia.
Las muestras de cariño y afectos fueron recíprocas entre los ocho pequeños internados, trabajadores y los visitantes. Los activistas les obsequiaron una de las maquinas para hacer pan, lo que contribuirá grandemente a la autonomía del centro en cuanto a disponer del básico alimento.
El excelente estado de salud de los niños, su cuidado y alegría reflejada en sus rostros conmueve a todos. El profesor Lazo expresa, visiblemente emocionado: «¡Esto es increíble! Es una obra maravillosa, donde el amor y el cuidado por los niños estremece».
Luego acuden hasta el hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara. Lazo y demás acompañantes saludan a directivos de la institución, personal médico y trabajadores, quienes le esperaban con ansias. Se escuchan las notas de nuestro glorioso Himno Nacional y las voces se unieron para entonar la letra con el pecho henchido de sentido patriotismo. Los gritos de «¡Abajo el bloqueo! ¡Cuba sí, bloqueo no!» retumban en la institución.
La bienvenida se transforma en abrazos y gestos de agradecimientos a Lazo y demás compañeros. El profesor toma la palabra y aún con la emoción a flor de labios se dirige a los presentes:
«Gracias a las personas que nos acompañan, gracias a Code Pink, con Medea Benjamin y su esposo. Estos proyectos de leche para Cuba no hubiese sido posible sin la colaboración de ellos. El llevar Custodiol para los trasplantes hepáticos en el hospital pediátrico William Soler (La Habana), hubiera sido imposible si el apoyo de Code Pink que es un hermanos de Puentes de Amor. Somos lo mismo.
«Quiero darles las gracias a las personas que contribuyeron que pudiéramos traer ese humilde donativo, que usualmente son norteamericanos o cubano-americanos que viven en Estados Unidos y se oponen a la política de bloqueo que asfixia a la familia cubana. Hay muchísimos cubanos y cubanas que viven en la emigración, pero que lo desean lo mejor para el pueblo. Y eso está representado en esa ayuda.
Y añadió: «Quiero darles las gracias a ustedes. Aquí los que son héroes y hay que agradecer es al personal de este hospital y de todos los hospitales de Cuba. Al personal de la Salud de la nación completa, a los médicos, enfermeras, trabajadores, que con tan poco hacen tanto y nos hacen sentir tan orgullosos a todos los cubanos de la labor que hacen ustedes. Muchas gracias y que Dios los bendiga», concluyó.
Mientras, la líder y cofundadora de Code Pink, expresó sentir muchos gusto de compartir con los presentes. Confesó que cuando entra a un hospital piensa en su experiencia personal en África, donde enfermó de malaria en estado grave, y quienes la cuidaron y curaron fueron médicos y enfermeras cubanos.
«Ahora me da tanta tristeza que el gobierno de los Estados Unidos está tratando de hacer todo para desprestigiar a los equipos médicos (cubanos). Hasta ahora está poniendo sanciones contra países que invitan a los médicos. ¿Y quiénes pierden con eso?, los enfermos que necesitan esa ayuda, el pueblo cubano que se beneficia con ese apoyo que da a otros países. Porque yo veo que lo más lindo es lo que han hecho, y siguen haciendo, los equipos médicos. No solo para cuidar al pueblo cubano, con lo poco que hay, también apoyando a los pueblos. Por eso doy las gracias por el servicio y ejemplo que están dando a todo el mundo».
El donativo para el hospital infantil se conformó de 1.5 tonelada de leche en polvo y unos 300 frascos de Tylenol. Un modesto aporte solidario, pero dotado de un inmenso humanismo.
Puentes de amor y El Mejunje, hermanos de solidaridad
Comentó Ramón Silverio, padre fundador del reconocido centro cultural El Mejunje, que aquellos que se dedican a brindar solidaridad y hacer el bien a los demás, llega un momento en que la vida los une. Por ello, la visita Puentes de Amor y Code Pink evidenció la certeza de esas palabras.
Silverio agradeció a los amigos visitantes. Luego de introducirlos brevemente en la rica historia de la institución cultural, los invitó a observar varios materiales realizados por la periodista Hilda Cárdenas Conyedo sobre la labor del proyecto humanitario Santa Clara por la Vida.
Los materiales audiovisuales recogen conmovedores momentos de las acciones del proyecto cuando la explosión del hotel Saratoga, la devastación del ciclón Ian, en Pinar del Río, y el incendio en la base de supertanqueros de Matanzas.
El profesor Lazo manifestó que sabía de El Mejunje de Silverio desde hace mucho tiempo, a través de varios amigos que le contaban con mucho cariño de ese extraordinario lugar. Esta vez por fin tiene la oportunidad y dicha de conocerlo personalmente.
«Sabía de todas las cosas (de El Mejunje), porque no es solamente de ayuda, sino cultural..., es mucho. Estaba loco por venir acá con amigos. Y desde Miami, cuando hacíamos caravanas contra el bloqueo, tenemos incluso amigos que son de aquí de Santa Clara, que ponen su granito de arena y tratan, desde la lejanía de la emigración, ayudar al Mejunje. Y esta fue una oportunidad de decir "¡Oye, vamos a Santa Clara. Tenemos que ir sin que nos falte El Mejunje!"», manifestó emocionado.
Según el líder de Puentes de Amor, los solidarios visitantes también aportaron una modesta, pero sincera ayuda, al centro cultural de parte de emigrados cubanos que se oponen al bloqueo y quieren mejores relaciones entre nuestros países. Entre los artículos, enviaron algunos insumos médicos, producto de los fondos recogidos en esas mismas plataformas donde se pide el fin del bloqueo.
Medea Benjamín expresó que le encantaba El Mejunje y se sentía como en casa. Refirió que desde la llegada a la isla apreció en sus visitas al hospital pediátrico, la casita de niños sin amparo familiar y El Mejunje, el empeño de los cubanos de atender todas las personas por igual.
Los solidarios amigos se despiden para continuar su periplo de amor hacia las demás provincias. Aunque estuvieron por poco tiempo, su noble gesto quedó grabado en el corazón de los villaclareños, porque las cosas buenas no se olvidan tan fácilmente.