En entrevista para Vanguardia, Ángel Javier Acosta Ruiz, director general de la también conocida por Sarex (Sacos Resistentes Exportables), ofreció detalles acerca de los pronósticos de la fábrica, a corto, mediano y largo plazo.
Un financiamiento con impacto social
La única industria de su tipo en Cuba ha sido favorecida con un financiamiento otorgado por el Gobierno provincial, a fin de solventar la producción de frazadas de piso en moneda nacional, con el acceso al mercado cambiario en divisas —de una tasa de un dólar por 120.00 pesos cubanos— para importar las materias primas dirigidas a su producción. El monto concedido asciende a 200 000 USD.
Ya un porciento de esta cantidad fue financiado para la contratación de los suministros, otra parte se encuentra en el puerto del Mariel y el resto arribará al país en el transcurso de este mes.
Este financiamiento permitirá fabricar 600 000 frazadas de piso —su confección empezó en agosto y se extenderá hasta diciembre de este año—; mientras que las entregadas al Mincin superan, hasta la fecha, las 200 000, cuya distribución ya comenzó por las bodegas de la provincia, a razón de dos unidades por núcleo familiar.
La iniciativa, con impacto social, beneficia también a Sarex, que actualmente mantiene un encadenamiento con una mipyme, a la cual le facilitan la materia prima para ampliar la capacidad productiva.
Los actuales volúmenes favorecerán también el sobrecumplimiento del plan del año, estimulado con el aumento del salario del personal incorporado a la actividad, gracias a la implementación del Decreto 87 de 2023 del Consejo de Ministros, que ratifica la facultad que tiene el sistema empresarial para establecer, de forma descentralizada, la organización del sistema salarial de los trabajadores, con perspectivas de incrementarlos en un 25 % más el año entrante. En tanto, prevén iniciar los trámites establecidos para montar, en febrero, el ciclo productivo del 2024.
Para rescatar la producción de sacos
Aun cuando el saco de polipropileno es el artículo estrella de Sarex, pues constituye el 90 % de sus producciones, este se ha visto afectado por la falta de financiamiento.
Dicho contexto ha obligado a recomponer el plan y mantener una capacidad productiva que aporte utilidades.
La cifra de sacos producidos actualmente en un mes oscila entre el millón y medio y los dos millones de unidades, cuando históricamente ascendía a cuatro millones en igual período de tiempo. Hasta la fecha, el monto total previsto en el año alcanza casi el 50 % de lo proyectado.
No obstante, continúan los estudios de mercado y aprovechan las posibilidades que ofrece la Zona Especial de Desarrollo Mariel ante la alta demanda de envases, además de asegurar los del Grupo Empresarial Geominero Salinero (Geominsal), la industria molinera y los de Azcuba.
Aquí las perspectivas de desarrollo no se detienen, y contar con un saco competitivo y más barato en comparación con el importado o producido por las mipymes constituye una fortaleza.
«Aunque requerimos de materia prima importada, en los últimos meses logramos las mejores cotizaciones de la historia, y esperamos poder vender en el 2024 un saco mucho más económico», puntualizó su director.
Otra de las estrategias para crecer en este renglón e ingresar divisas tiene que ver con la incursión en las exportaciones de un artículo que compite también en el área del Caribe.
De acuerdo con estudios realizados, Cuba demanda unos 60 millones de sacos anuales para cubrir sus necesidades, pero necesita financiamiento para producirlos aquí y evitar su compra en el exterior.
Disponer de una tecnología de punta permite confeccionar sacos en correspondencia con los requerimientos de los clientes para envasar harina de trigo, azúcar, arroz, granos, café, piensos y viandas; incorporar el de laminado para fertilizantes, azúcar refino y ecológica, y hacerlos en pequeños formatos para la exportación de carbón vegetal y fertilizantes asociados a la industria química. A las producciones insignias se suman los cordeles para la actividad tabacalera y el atado de pacas de forraje.
Además, proceden al reciclaje de los desperdicios propios del proceso productivo, como parte de la economía circular, que emplean en la confección de cordeles, mientras otros excedentes se destinan a la Empresa de Cepillos y Artículos Plásticos Cepil.
Aun cuando los resultados de Sarex todavía están lejos de sus potencialidades, la moderna industria mantiene pasos firmes y sin retroceso en el empeño de convertirse en la empresa estatal socialista a la que se aspira, exportar y tener utilidades que se reviertan en mejoras para la empresa y los trabajadores. Todo ello, en aras de evitar la importación de sacos, cuando aquí existen las condiciones para producir los que demanda el país.