La delegación territorial del Citma, en Villa Clara, mediante su subdelegación de Medio Ambiente y el proyecto Educación y Cultura Ambiental, desarrollan acciones sistemáticas encaminadas a la protección de la Capa de Ozono que van más allá de cada 16 de septiembre declarado como Día Internacional para su preservación.
Si bien la última actualización del Panel de Evaluación Científica del Protocolo de Montreal confirma que «la recuperación de la Capa de Ozono está en camino», el proceso es aún largo, si se tiene en cuenta que para regresar a los niveles del gas alcanzados en 1980 habrá que esperar hasta 2066 en el caso de la Antártida, mientras en 2045 se espera en el Ártico, y alrededor del 2040 en el resto del mundo.
El Protocolo de Montreal ha sido un impulsor en la reducción gradual de la producción y el consumo de hidrofluorocarbonos (HFC) como poderosos gases que contribuyen al calentamiento del clima y que reemplazan las sustancias agotadoras de la Capa de Ozono en la industria de la refrigeración.
Ello significa encontrar alternativas a los HFC que resulten seguras y respetuosas con el medio ambiente y a la vez aumenten la eficiencia energética de los equipos de refrigeración, fundamentos que se han cumplido en la provincia.
Aerosoles, acondicionadores de aire, spray y espuma aislante aparecen en la cartilla del peligro una vez descubierto, en 1985, el gigantesco agujero prevaleciente en el ozono sobre el Polo Sur.
Vale recordar que la Capa de Ozono preserva la Tierra de esas radiaciones peligrosas provocadas por el sol que pueden inducir a numerosas enfermedades tanto en humanos como en animales y plantas e intervienen en los ecosistemas y las economías.
La recuperación de esta capa influye, a la vez, en los efectos del cambio climático (CC) debido a que al contarse con más ozono en los niveles superiores de la atmósfera serán menores las radiaciones hacia la superficie.
De acuerdo con las investigaciones las variaciones en el tamaño del agujero de ozono antártico, especialmente entre 2019 y 2021, obedecen en gran medida a las condiciones meteorológicas, a pesar de que desde el año 2000 fue mejorando lentamente la superficie y profundidad del referido agujero.
De todo ello se deriva una conclusión evidente: las acciones y los beneficios del Protocolo de Montreal están lejanos a tenor de que el Planeta sigue con temperaturas abismales.
Por ello el lema de este 16 de septiembre insiste en reparar la capa de ozono y reducir el cambio climático.