Con 20 proyectos de desarrollo local, asociados a las cinco líneas estratégicas municipales, Camajuaní apuesta por el aprovechamiento de sus recursos endógenos para alcanzar el añorado progreso territorial.
Concebir el desarrollo desde la perspectiva de un crecimiento económico con impacto social constituye la máxima prioridad en los escenarios locales durante el último quinquenio en Cuba. Extensas disertaciones y minuciosas investigaciones científicas explican estrategias de gestiones territoriales en aras de satisfacer necesidades materiales y espirituales en la edificación del municipio añorado. Sin embargo, en reiterados casos, la mencionada planificación y el deseado sueño de desarrollo local queda en la teoría.
En este complejo entramado, los gobiernos municipales establecen alianzas para impulsar el bienestar de la población, a través de los proyectos de desarrollo local (PDL). Los «Lineamientos de la política económica y social del Partido y la Revolución para el período 2016-2021» y la Constitución de la República de 2019 reconocen estos proyectos como estrategias de gobierno, fundamentadas jurídicamente en el Decreto 33 del 11 de marzo de 2021.
La utilización de recursos endógenos a fin de solucionar asuntos económicos y sociales, el fomento de empleos para los habitantes y el aumento perceptible en los ingresos representan sus premisas vitales. No obstante, inconvenientes en el contexto municipal —que van desde incongruencias en la aplicación de lo establecido en la teoría, falta de comunicación y coordinación entre los implicados, e insuficiente información y capacitación sobre la gestión local de los dirigentes y cuadros— obstaculizan la implementación de los PDL. En Camajuaní, dichos proyectos buscan una posible autofinanciación y la futura contribución al 1 %. Lejos de aumentar el tributo para el desarrollo local, hasta el momento, en las estadísticas los gastos superan los aportes.
La realidad
El significativo y creciente número de emprendedores en Camajuaní ubica al municipio en la cúspide de la prosperidad económica territorial, sin que esto sea sinónimo de perfección. Más allá de la innovación, el aprovechamiento de recursos propios y el notable aporte de cuatro de sus 20 proyectos, la tierra de valles y parrandas aún transita por los albores de un posible desarrollo local.
Esta opción de colaboración pública-privada para ofrecer soluciones a las necesidades de los camajuanenses responde a las características territoriales y a las cinco líneas de la Estrategia de desarrollo municipal, aprobadas en febrero de 2022. Aunque el aporte del 1 % al presupuesto municipal sobrepasa los 13 millones de pesos y lo reconocen como el único municipio superavitario en Villa Clara, los pobladores no perciben el avance en la cotidianidad.
¿Realmente la gestión de proyectos impulsa el desarrollo territorial? ¿Funcionan y aportan los proyectos aprobados en Camajuaní? ¿Podrán disfrutar los beneficios de estas planificaciones locales los residentes allí? En busca de respuestas y explicaciones, Vanguardia dialogó con representantes de la nueva Dirección Municipal de Desarrollo, conformada el pasado mes de julio, con el fin de verificar y potenciar la ejecución de los 20 PDL aprobados en el territorio.
La especialista en Desarrollo Local del municipio, Yairalys Varas Torres, enumeró cada proyección según las líneas estratégicas municipales. «En el aspecto uno, relacionado con la producción, procesamiento y comercialización de alimentos, tenemos ocho proyectos. En el dos hay sólo uno, que responde a la gestión integral del hábitat y la infraestructura. La línea cuatro, la cual trabaja el desarrollo humano, equidad y justicia social, cuenta con cuatro proyectos, mientras existe una evidente fortaleza en la estrategia cinco, con siete planes, vinculados a la industria y la manufactura», precisó Varas Torres.
Además, se refirió a la dificultad en la línea tres, vinculada a la ciencia, tecnología, innovación, recursos naturales, medio ambiente y energía, que no cuenta con ningún proyecto asociado. De igual forma, comentó que en estos momentos sólo cuatro funcionan y aportan al Consejo de la Administración Municipal (CAM) y son financiados con recursos propios de los promotores. El resto aún transita por una etapa inversionista, y tres de ellos están por comenzar el trabajo y tributar el aporte pactado.
Leticia Lovelle Amado, especialista territorial de la Dirección Municipal de Economía y Planificación, rememora que antes de la publicación del Decreto 33 ya el territorio contaba con proyectos. Después de la disposición jurídica ratificaron algunos y certificaron nuevos. En proceso de análisis para una futura aprobación están otros cuatro, presentados a la Dirección Municipal, y responden a las dos primeras líneas estratégicas de la localidad.
Según lo establecido en el marco legal, los PDL pueden financiarse a través de más de ocho vías. En Camajuaní, la mayoría surgen a partir de recursos propios y no solicitan ayuda económica del Gobierno en ninguna de las fases de implementación.
«Hemos costeado proyectos por la contribución territorial para el desarrollo local y el pedido de créditos bancarios por parte de los titulares. Próximamente financiaremos uno de los dos proyectos estatales de desarrollo local, con un fideicomiso de la cuenta del 1 %; hablamos, por ejemplo, de la estrategia del central José María Pérez», añadió Lovelle Amado.
Por otro lado, las mipymes ganan protagonismo en el escenario económico municipal y son más de 70 las que se integran a la producción y el desarrollo del territorio. La ausencia de personalidad jurídica y unos cuantos cabos sueltos en una teoría generalmente ignorada en la práctica, restan puntos a los PDL. A su favor tienen los convenios jurídicos mensuales, pero sólo el 20 % de ellos aportan y, por tanto, acuerdan intereses con el Gobierno municipal. El tributo no sobrepasa los 400 000 pesos, cifra que no logra equiparar el millón 500 000 pesos destinados a la proyección de algunos planes locales en proceso inversionista hasta la fecha.
Un ejemplo con buen sabor
Dicen que el verdadero sabor de los beneficios de un PDL puede degustarse únicamente en una de las fincas de la Cooperativa de Créditos y Servicios Abel Santamaría, en Camajuaní. Tras un camino intransitable, con el fango rozando los tobillos, el campesino Omar Broche Acosta apostó por el emprendimiento económico y espiritual en aras del progreso de su comunidad.
Desde enero del presente año preparó sus tierras para hacer realidad un anhelo, convertido en uno de los cuatro proyectos de desarrollo local que actualmente contribuyen al CAM de Camajuaní. «El señor del sabor» no sólo nombra el famoso proyecto, sino que también ha devenido en una reconocida marca de sazones y pastas, codiciadas en las ferias agropecuarias municipales y provinciales.
«Todo lo que hemos logrado ha sido a pulmón, arriesgando y lanzándome a ciegas en espera de resultados. Con un amigo veía en Instagram el procedimiento de deshidratación de productos y luego probaba. Al principio tuve mis percances, pero fuimos perfeccionando el trabajo», cuenta Omar Broche, quien quiso conservar la esencia de las tierras donde creció y acondicionó una casita de tablas para envasar los condimentos.
Bajo un techo rústico guarda los equipos con los que lleva a cabo el procesamiento, a partir de lo sembrado por sus trabajadores en la propia finca. «Levantamos una casa de tapado para deshidratar los productos que cosechamos y al mismo tiempo la usamos como semillero. Además de los condimentos creados a partir de los productos deshidratados, preparamos pastas de ajo, ají, tomate, encurtidos, mermeladas, vinagre y vino seco», precisó el campesino camajuanense.
Pareciera una falacia que en los recónditos valles en el norte del municipio crezca la cúrcuma, planta herbácea nativa del suroeste de la India. Sin embargo, este obstinado guajiro muestra con orgullo la cosecha de esta especia utilizada como colorante para el arroz y la carne en la cocina cubana. De igual forma, siembra jengibre, otra herencia de la gastronomía y la medicina tradicional asiáticas.
Con ocho contratos, puntos de venta, ofertas variadas en las ferias agropecuarias y el cumplimiento de la contribución mensual, Omar Broche demuestra que las aspiraciones pueden materializarse. A pesar de las limitaciones y trabas, de las cuales no está exento, invita a degustar el verdadero sabor del desarrollo.
Aunque es inevitable resaltar, una vez más, las posibilidades endógenas de Camajuaní para potenciar el bienestar material y espiritual de su población, la improvisación, la naciente visión empresarial y el desconocimiento de las normas jurídicas atentan contra el incremento de los PDL en el territorio.
La clave del éxito no se encuentra en aumentar, a ciegas, la cantidad de iniciativas locales en papeles. Se deben centrar esfuerzos y recursos en proyectos sostenibles en el tiempo, los cuales evitarán pérdidas, nuevos fracasos y aportarán al bienestar que necesita el pueblo.
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Ariel
Sábado, 23 Septiembre 2023 08:21
La mermelada de mango que en la foto aparece a 300 pesos, en ese mismo envase, aqui en Sagua estuvo a 180 pesos en todas las Carnicerías, ah y con muy buena calidad
Sábado, 23 Septiembre 2023 08:21
La mermelada de mango que en la foto aparece a 300 pesos, en ese mismo envase, aqui en Sagua estuvo a 180 pesos en todas las Carnicerías, ah y con muy buena calidad