Agradecida del equipo multidisciplinario que atendió a su hijo y de las atenciones brindadas en el hospital ginecobstétrico universitario Mariana Grajales partió hacia su hogar Maridaily Zamora Nerey, la mamá del segundo niño operado de retinopatía de la prematuridad agresiva (ROP), en Villa Clara.
Junto a ella, lo hizo el pequeño Jean Michel Bosch Zamora quien llegó al mundo con bajo peso al nacer y pretérmino, factores asociados a un padecimiento que de no atenderse de manera inmediata conduce a la ceguera total o a otras irregularidades complejas en la visión.
El equipo que realizó los procederes estuvo encabezado por la oftalmóloga villaclareña, Dra. Zoila Fariñas Falcón junto a otros especialistas, para asumir el segundo caso presentado con esta afección en apenas un mes.
La criatura nació a las 34 semanas de edad gestacional y apenas 1400 gramos de peso, considerado por la Dra. Olga María López Popa, al frente del servicio Piel a Piel, como un «bajo peso extremo».
La propia Maridaily relató que al principio su embarazo resultó normal, pero luego comenzaron los contratiempos al dispararse la presión arterial antes del parto.
Jean Michel padecía, además, de un flujo abdominal y no se estaba alimentando como debía. De no haberse actuado en el momento preciso su vida corría peligro ante el endurecimiento del condón umbilical que interfería su nutrición.
Luego del nacimiento, el 9 de agosto, estuvo ventilado en el servicio de Neonatología de la maternidad, y a los 14 días pasó a la sección Piel a Piel donde se procedió al protocolo establecido en estos casos para determinar la posible existencia de la ROP.
«Se le detectó en los dos ojos, —precisa su mamá—. Eso fue muy grande porque es mi primer hijo. Sabía que mi niño era prematuro y que su condición derivaría contratiempos, pero esto nunca lo esperé y como toda madre queremos tener un embarazo a término y un niño sano».
Maridaily y Jean Michel ya están en la finca Las Delicias, de Ranchuelo, donde residen. «Gracias a Dios, a la Dra. Zoila Fariñas Falcón y a su equipo accedí a la intervención. Resultaron los 40 minutos más largo de mi vida, apenas se le inflamaron los ojos, no tuvo secreciones y al otro día de operado lo examinó la Dra. Yarmis Abreu Cárdenas, oftalmóloga del hospital materno e integrante del equipo de ROP, y me confirmó que todo marchaba bien».
El padecimiento en los infantes se detecta gracias al programa destinado a la prevención de la ROP, ejecutado en todas las salas de cuidados intensivos neonatales a recién nacidos con bajo peso, pretérminos, ante embarazos en la adolescencia, en edades extremas por parte de las madres, gestaciones múltiples o enfermedades crónicas no trasmisibles.
La Dra. Fariñas Falcón consignó en una entrevista que un fondo de ojo dilatado con mecanismos especializados permite a los neonatólogos realizar las pesquisas a todo recién nacido que tengan dichos antecedentes, por lo que al detectarse algún caso se contacta con el oftalmólogo del equipo de ROP.
La especialista insistió en que constituye una preocupación el índice de prematuridad en las gestantes y el embarazo en la adolescencia como detonantes influyentes en la aparición del padecimiento.
Una vez intervenidos los casos son seguidos para constatar su evolución con pasos precisos que puedan dictaminar las conductas a seguir.
Y subrayó: «En Cuba de cada 100 niños que nacen 16 pueden desarrollar la ROP. Gracias a un programa materno infantil consolidado y a las unidades de terapia intensiva neonatales se evitan desenlaces fatales en un mundo que tiene un alza aproximada de 15000 prematuros anuales».