Cuando el terrorismo cortó las alas a Cuba

A 47 años del crimen de Barbados, el aeropuerto internacional Abel Santamaría, de Santa Clara, acogió el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo.

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Acto por el aniversario 47 del crimen de Barbados celebrado en el aeropuerto internacional Abel Santamaría, de Santa Clara.
A 47 años del crimen de Barbados, el aeropuerto internacional Abel Santamaría, de Santa Clara, acogió el acto de homenaje a las víctimas del terrorismo. (Foto: Mónica Sardiña Molina)
Mónica Sardiña Molina
Mónica Sardiña Molina
@monicasm97
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07 Octubre 2023

«¡Nuestros atletas sacrificados en la flor de su vida y de sus facultades serán campeones eternos en nuestros corazones; sus medallas de oro no yacerán en el fondo del océano, se levantan ya como soles sin manchas y como símbolos en el firmamento de Cuba; no alcanzarán el honor de la olimpiada, pero han ascendido para siempre al hermoso olimpo de los mártires de la patria!

«¡Nuestros tripulantes, nuestros heroicos trabajadores del aire y todos nuestros abnegados compatriotas sacrificados cobardemente ese día, vivirán eternamente en el recuerdo, en el cariño y la admiración del pueblo!».

Para ratificar el compromiso hecho por Fidel durante la despedida del duelo de las víctimas del crimen de Barbados, y condenar, una vez más, las acciones terroristas que tanto sufrimiento han causado al pueblo cubano, en la mañana de este 6 de octubre, el aeropuerto internacional Abel Santamaría, de Santa Clara, acogió el acto de conmemoración del aniversario 47 del derribo de la aeronave en la que viajaban los villaclareños Wilfredo Pérez Pérez, Ángel Tomás Rodríguez Valdés y Carlos Tiburcio Conquero Perdomo, junto a otras 70 personas.

Al homenaje asistieron como invitadas, Alina Expósito Claro, exatleta del equipo nacional de Esgrima y miembro de la Delegación de la Dignidad Puerto Rico 1966, y Edith Lucía González Rodríguez, familiar de tres de las víctimas.

También estuvieron presentes otras glorias deportivas, trabajadores de la aviación civil, una representación de los futuros campeones de Esgrima que se forman en la Escuela de Iniciación Deportiva Héctor Ruiz Pérez, y representantes del Partido, el Gobierno, la Unión de Jóvenes Comunistas y las direcciones de Educación y Deportes en la provincia y en Santa Clara.

Alina Expósito, exesgrimista cubana.
Con versos de su autoría, la gloria deportiva Alina Expósito Claro homenajeó a las 73 personas que perdieron la vida como resultado del atentado terrorista, en especial a los 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima. (Foto: Mónica Sardiña Molina)

«Aún en estos momentos /
la injusticia está temblando»

Escuche el poema 

Cada vez que Alina Expósito Claro habla sobre el sabotaje, el dolor le saca las lágrimas y la obliga a hacer una pausa para recobrar la voz.

En 1976 ya había dejado de practicar el deporte, pero sostuvo una relación cercana con tres de los mártires: Luis Morales, Orlando López y Jesús Gil, con quienes compartió equipo, entrenamientos y viajes a competiciones fuera del país.

De igual manera, admiró la calidad humana y deportiva de algunos de los esgrimistas que colocaron en lo más alto a la isla, en Campeonato Centroamericano y del Caribe celebrado en Venezuela. Varios de ellos, recién incorporados al universo de las espadas, floretes y sables, acudieron a la sala donde ella entrenaba, y tuvo la oportunidad de admirarlos en una exhibición que realizaron en Santa Clara, antes de marchar a la competencia.

«Algunos no llegaban a los 20 años. En la flor de su desarrollo como deportistas les troncharon la vida. Después del trágico suceso, la disciplina sufrió un impasse, porque se confiaba en que ese grupo representara a Cuba en los eventos internacionales aún con más calidad; pero pasaron varios años antes de alcanzar tales resultados», comentó.

«Hay que seguir recordando el hecho, porque ha influido mucho en la dedicación que ponen nuestros deportistas al representar al país, y porque todavía no se ha hecho justicia por la pérdida de los 73 inocentes. Los autores intelectuales del crimen murieron sin ser juzgados por fuerzas terrenales», agregó.

En el vuelo regular CU-455, de Cubana de Aviación, que despegó de Bridgetown, Barbados, rumbo a Jamaica y La Habana, y nunca llegó a su destino, viajaban tres seres queridos de Edith Lucía González Rodríguez: Ángel Tomás Rodríguez Valdés (copiloto), su esposa, Marlene González Arias (aeromoza), y Wilfredo Pérez Pérez (piloto).

Edith Lucía González Rodríguez, familiar de tres víctimas del crimen de Barbados.
A Edith Lucía González Rodríguez le resulta imposible no emocionarse en cada acto que rememora los sucesos del 6 de octubre de 1976. (Foto: Mónica Sardiña Molina)

Recordó, entre las anécdotas que hacen genuinamente humana la historia, que a Ángel no le correspondía volar en aquella ocasión, pero solicitó sumarse como copiloto a la tripulación de la aeronave, aun teniendo un rango mayor, para coincidir con su esposa, a quien llevaba varios días sin ver.

Rememorar la fecha le resulta tan doloroso como necesario. «Son 47 años y serán 100, pero el dolor es permanente. Cada vez que asisto a estos actos se hace más fuerte, aunque es la única forma de honrar la memoria de los mártires del abominable sabotaje», aseveró.

Para Orlando Rafael Torres Contreras, miembro del Buró Municipal del Partido en Santa Clara que atiende el sector social, rendir homenaje a las víctimas consolida la lucha por la justicia, la paz y todas las causas justas, así como la condena a cualquier manifestación de odio e intolerancia.

«Tenemos el deber de construir sociedades donde hechos tan atroces como el que hoy recordamos, sean sólo vestigios del pasado; seguir batallando por desarrollar el movimiento deportivo, para que nuestros atletas se formen con profundos valores revolucionarios y siempre regresen con las medallas de la dignidad, como representantes del pueblo que los admira y respeta; y trabajando por que este aeropuerto, con servicios de excelencia, siga mostrando, a los viajeros cubanos y extranjeros, estándares de calidad a la altura del mercado internacional», concluyó.

Los actos de terrorismo de Estado perpetrados contra Cuba acumulan 3478 víctimas mortales y 2099 lesionados o incapacitados.

Tras el derribo de la aeronave de Cubana de Aviación, a consecuencia de dos cargas de explosivos programadas para detonar en pleno vuelo, perdieron la vida 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco ciudadanos de la República Popular Democrática de Corea.

El gobierno cubano demostró, y ha denunciado en numerosas ocasiones, la responsabilidad de Freddy Lugo y Hernán Ricardo, autores materiales del hecho, bajo las órdenes de Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles, y el financiamiento de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos.

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