La Edad de Oro vistió las calles santaclareñas

Hoy, Santa Clara honró al Maestro, en el 171 aniversario de su natalicio, con la tradicional Parada Martiana.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
«De una Patria, como de una madre, nacen hombres». (Foto: Mary Lenia Cazorla)
Leslie Díaz Monserrat
Leslie Dí­az Monserrat
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28 Enero 2024

Alegría, colores, música, inocencia, esperanza: así lució hoy Santa Clara. Muchas generaciones desfilaron por las calles pilongas en honor a Martí, pero los niños, sin lugar a dudas, le dieron un toque de luz a la parada martiana, y el más universal de los cubanos marchó también con ellos, porque «son los que saben querer» y porque «honrar héroes, los hace».

Apenas salía el sol y ya miles de pequeños disfrutaban ansiosos disfrazarse de su personaje favorito de La Edad de Oro. Los padres, seguramente llevaban mucho más tiempo rebuscando recortes de tela, maquillajes, cartulinas, colores, aros baldes, paletas… para conformar los tan anhelados trajes.

Los colores de la bandera cubana predominaron entre la multitud. (Foto: Mary Lenia Cazorla)

Las calles aledañas al parque Vidal, custodiadas por patrullas y cerradas con vallas, acogían filas de pequeñuelos de círculos infantiles, pioneros, maestros, padres y hasta de algunos vecinos que, anonadados, salían a deleitarse ante tanto aspaviento infantil. 

Los Círculos Infantiles también estuvieron presentes en el desfile. (Foto: Mary Lenia Cazorla)

Conservar el orden fue tarea difícil y algún regaño piadoso lo evidenciaba:

«¡Los globos no se tiran todavía! ¡Que la bandera no toque el suelo! ¡Recuerden la posición de cada uno!»

A las 8 y 30 comenzó la celebración. No faltaron la música, los aplausos ni las fotografías. Una explosión de talento tuvo lugar en el escenario montado justo frente a la biblioteca Martí. A la orden del locutor, empezó el desfile.

Para quienes disfrutaron de cada momento de la Parada Martiana resultó muy fácil emocionarse con cada iniciativa. El júbilo en las caras de los niños, los protagonistas de esta ceremonia, y el orgullo que mostraban al portar fotos del Héroe Nacional, demostró que 171 años no es tanto tiempo, al menos no para que las huellas de Martí se borren de nuestra Cuba.

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