«Cada sesión del PCP no es una reunión, sino una cita con el aprendizaje», puntualiza la Dra. María del Carmen Velasco Gómez.
Ricardo R. González
@riciber91
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08 Febrero 2024
08 Febrero 2024
hace 9 meses
Lo primero que refuerza la Dra. María del Carmen Velasco Gómez, delegada territorial del Citma (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente), es que las reuniones del Polo Científico Productivo (PCP) de Villa Clara no resultan una más, y las cataloga como «sesiones de trabajo sobre temas de aprendizajes compartidos y potencialidades demostradas».
Entonces confiesa que le duelen ciertas publicaciones en algunas redes sociales en que los internautas preguntan para qué se reúnen, y argumenta que quienes así piensan tienen una visión muy estrecha o limitada de lo que significa el intercambio científico.
«Un momento de reflexión sobre diversas aristas, saber hasta dónde hemos llegado y lo que falta por alcanzar en líneas básicas, para poder mirar hacia el futuro en el proceso de investigación e innovación», asevera.
—El Polo Científico Productivo se nutre de nuevas temáticas en consonancia con las realidades. ¿Cuáles resultan las líneas ya establecidas y cuáles se incorporan a la cartera?
—Consolidadas están la Producción de alimentos, la Agroindustria cañera, el grupo de Industrias, de Energía, Cambio Climático, Salud, y las Ciencias Sociales y Humanísticas, que necesita las potencialidades de todos.
«Ahora trabajamos en lograr el impacto entre las líneas del Polo y las estrategias de desarrollo de la provincia, y nos queda una nueva línea, el Turismo, que se incorporará a partir de lo que representa para la economía y el desarrollo».
—Villa Clara resultó la tercera provincia en constituir su PCP, luego de creado el del oeste de La Habana y el de Santiago de Cuba. ¿Rememoramos los orígenes?
—Fidel instó a buscar por el mundo lo que más podríamos desarrollar en Cuba y escogió un grupo de investigadores para visitar diversos países y constatar la vigilancia tecnológica en la biotecnología, la salud humana y otros perfiles de suma importancia, como la producción de vacunas y el accionar de las moléculas.
«A partir de ese momento tomó la decisión de crear importantes instituciones, como el Centro de Inmunología Molecular (CIM), junto a otros que hoy forman el grupo de BioCubaFarma».
—Pero fue más allá y pensó en las potencialidades de las provincias…
—Comprendió la existencia de un grupo importante de investigaciones fuera de La Habana, y se produce una reunión del máximo líder con un grupo de investigadores de nuestra Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV), y se le explican los resultados existentes en numerosas líneas. Se incluyen los productores de medicamentos a partir del furfural, derivado de la caña de azúcar, en el Centro de Bioactivos Químicos (CBQ), y con representantes del grupo de la Biotecnología de las Plantas (IBP). Todo ocurrió a inicios de diciembre de 1990.
—¿Pudiéramos decir que era el preámbulo del surgimiento del Polo?
—Aquello resultó un paso inicial. Fidel visitó de nuevo la provincia un año más tarde. Su agenda incluyó el Instituto de Investigaciones de Viandas Tropicales (Inivit), que siempre ha sido una institución de excelencia. Llegó a la UCLV y se entrevistó con investigadores del IBP, del CBQ y decidió construir ambas instituciones donde hoy están.
«Reconoció que la dirección del Inivit tenía un espectro de especialidades, y le recomendó al ya desaparecido Dr. Sergio Rodríguez Morales que incursionara en otros tipos de estudios a fin de extender las miradas del colectivo.
«A partir de los productos derivados del furfural preguntó qué más hacía falta. Le explican lo útil de incorporar el accionar científico de la Toxicología y se añade esta sección perteneciente a la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara.
«Con estos sólidos fundamentos se crea el Polo Científico Productivo villaclareño en 1992. Ya va a cumplir 32 años, y en aquel momento nucleó los grupos de investigadores, las empresas, los establecimientos de avanzada, principalmente de la UCLV, y de las distintas entidades o instituciones para fortalecer la integración».
—A su modo de ver, ¿esa premisa se ha mantenido fortalecida con el tiempo?
—Ese estilo no se ha perdido en Villa Clara, que ha cumplido todos los encargos de Fidel para crear el PCP y proseguimos. Están los múltiples resultados del IBP y del CBQ, que hoy se exportan y contribuyen a sustituir importaciones y a completar los renglones de biofertilizantes tan necesarios para limitar los agresores químicos, entre otras realidades.
«Hoy el Polo se ha extendido y resulta imprescindible rememorar su historia».
—De aquella época de fundación, ¿qué nombres no pueden faltar en esta historia?
—El Dr. José Luis García Cuevas, como coordinador inicial del Polo. Era el rector de la Universidad, soñador, emprendedor, inteligente, el hombre que más fácil realizaba un esquema organizativo y comenzaba a trabajar. Él impregnaba un optimismo extraordinario, diría que contagioso.
«Otro indispensable, el Dr. Sergio Rodríguez Morales, director del Inivit por muchos años hasta su deceso, guía en toda la rama de la alimentación. Sumo también al Dr. Nilo Castañeda Cancio, al frente del CBQ en aquel tiempo y coordinador en la esfera de medicamentos; a la Dra. María Bofill Cárdenas, en los ensayos toxicológicos, y al Dr. Juan Nivaldo Pérez Ponce, en todo lo concerniente a la biotecnología.
«Existían otros compañeros muy valiosos, pero estos cuatro eran punteros».
—¿Inflexibilidad en el PCP?
—Imposible. Para mí, entre los órganos asesores que tiene el Partido y el Gobierno en el territorio (incluidos el Consejo de las Ciencias Sociales y el Consejo Técnico Asesor), el PCP es el que auxilia. No decide, solo asesora; pero ese resultado se multiplica en los lugares, la ciencia lo estimula. Sin embargo, no puede faltar la voluntad administrativa y gubernamental de apoyarlo y seguirlo.
«De aquí que el papel de los coordinadores de Programas y Objetivos del Consejo Provincial del Poder Popular resulte decisivo para ponerle ciencia e innovación, por ejemplo, a la administración de la energía y de los portadores energéticos.
«Otro tanto en los municipios, donde habrá que lograr que los consejos de la administración también le pongan ciencia a lo que hacen; pero no nos equivoquemos, porque debemos combinar las propuestas con la necesidad de escuchar lo que verdaderamente se necesita en las demarcaciones, según las particularidades.
—Las sesiones del PCP se hacían desde la base, en los colectivos laborales, los campos…
—Se realizaban en las industrias, en la campiña, en un complejo azucarero, en las universidades, en función del grupo que exponía los resultados. Ahora las limitantes de combustible y transportación nos impiden el traslado.
—En el orden personal, ¿le satisface contar con un PCP como el de Villa Clara?
—Soy muy feliz en sus sesiones, en las correspondientes a los órganos asesores. Lo disfruto porque es hacer realidad lo que tantas veces soñamos.