La carencia de cemento obliga a buscar alternativas, en IngenioMat está probado a escala industrial el uso del mortero a base de cal y exploran otras opciones.
El bloque constituye el producto más demandado, entre una lista que supera la veintena de ofertas (Foto: Ramón Barreras Valdés).
Miguel Denis Duardo y Narciso Fernández Ramírez
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13 Febrero 2024
13 Febrero 2024
hace 9 meses
La cal ha sido utilizada en la construcción durante siglos. Prueba de su durabilidad son las famosas edificaciones de los romanos, que han rebasado durante más de 2 mil años la prueba del tiempo y majestuosas contemplan el paso de los siglos.
Ahora, cuando el cemento escasea, retomar una tradición milenaria y de probada eficacia se torna una variante no solo viable, sino necesaria para seguir adelante con tan importantes programas constructivos, ya sea por la vía estatal, como por esfuerzo propio.
IngenioMAT (https://www.facebook.com/ingeniomat.srl) es una mimype privada que desde hace varios años prueba las virtudes del mortero a base de cal en variadas edificaciones, tanto en los centros históricos de La Habana y Trinidad, donde han hecho más de una treintena de obras; como acá, en la ciudad de Santa Clara.
Para ejemplificar la calidad de su terminación, basta mencionar las intervenciones en el vetusto Castillo de Atarés, en el Centro Cinematográfico «Tomás Gutiérrez Alea», y en el Centro de Estudios «Cintio Vitier», y dentro de Santa Clara, en las tiendas El Taladro, en La Francia, y La Campana, esta última –aún– en fase constructiva.
A su favor, cuentan, además, con un vínculo estrecho con la Unidad Empresarial de Base (UEB) Empresa de Instalaciones Fijas Traviesas, pues utilizan sus infraestructuras y equipamiento para la fabricación de varios productos, así como parte de su fuerza de trabajo. Un verdadero encadenamiento productivo.
Se suma, algo tan vital en estos tiempos, como los precios de sus producciones, que se alejan, dentro de lo posible, de esos que cobran los trabajadores por cuenta propia dedicados a la producción de bloques, viguetas, tabletas, lozas. Y aún mucho más distantes de aquellos precios que imponen los revendedores, pues un saco de cemento sobrepasa ya los cuatro mil pesos.
En busca de alternativas para mantener la producción de materiales de la construcción con el empleo de la cal, Vanguardia dialogó con Carlos Manuel Fariñas, el Chino, como le conocen, al frente de la mipyme, y con dos de las mujeres que le acompañan en su dirección: Tania Méndez Garit, su segunda y al frente del Control Interno, y Olidaimis Veitía Pérez, especialista de calidad.
Al intercambio se sumó Gil Viscaíno Montoya, director de la UEB Traviesas, quien se refirió a las ventajas mutuas de dichos vínculos estatales y privados, pues se aprovechan las capacidades instaladas de Traviesas y se conjuga con la tecnología y la ciencia aplicadas que disponen en la mipyme.
Cal vs. Cemento: la apuesta por la sostenibilidad
La aparición del cemento y el hormigón surgieron para revolucionar la industria, pero también para convertirse en la causante del 7% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. La crisis ambiental, unida a las dificultades para producir o adquirir el cemento en Cuba, lleva a los emprendedores a buscar una solución tan innovadora como reivindicadora: apreciar el valor de la cal.
Y junto al mortero a base de cal, uno de sus productos insignias, los miembros de IngenioMAT trabajan desde hace dos años para obtener un bloque también a base de cal, sin emplear cemento y con todas las características de forma y resistencia necesarias. «Este bloque puede utilizarse para la tabiquería divisoria de las viviendas, mientras los bloques de hormigón se empleen para las paredes estructurales», asegura el director, Carlos Manuel Fariñas, el Chino:
«Estamos en fase de prueba. Actualmente logramos una mezcla que nos permite obtener un bloque con todas sus características estructurales mediante producción industrial. Solo que el fraguado de la cal es más lento que el del cemento; mientras que a un bloque de hormigón se le realizan pruebas de resistencia bajo presión en 7, 14 y 28 días, el bloque a base de cal necesitará ser evaluado en 21, 35 y 56 días.»
«Por esta razón exploramos también la posibilidad de añadir a la fórmula algún acelerador de fraguado. Solo que los candidatos provienen de la importación y se dificulta la compra, por ello buscaremos soluciones basadas en materias primas nacionales. De lo contrario, haremos coincidir con eficiencia los ciclos productivos de ambos tipos de bloque para garantizarle producciones y ventas a la empresa y generar ganancias a nuestros trabajadores».
El reto mayor, asegura, será vencer la barrera cultural establecida de que el cemento es necesario para todo: «El mortero puede sustituir a las mezclas basadas en cemento; los bloques de cal, a los de hormigón. En un sector empobrecido de productos y, en consecuencia, tan encarecido, estas soluciones resultan económicas. De paso, y no menos importantes, también ayudan al planeta».
El material a pie de obra
El éxito de cualquier organización, empresa o negocio depende en buena medida de la capacidad para satisfacer las necesidades de sus trabajadores, de alinearlos a los objetivos de la organización para progresar en conjunto. Y en IngenioMAT lo tienen bien claro.
El obrero Leordis Carlos Díaz Rivera empezó en el mundo de la construcción como ayudante de albañil, pero la inestabilidad en el trabajo lo llevó a buscar nuevas oportunidades. Hoy, se vincula a la fabricación de bloques de hormigón, baldosas, viguetas y tabletas en la mipyme. «A penas llevo aquí unos 40 días y, aun así, ante una situación familiar que tuve me dieron la oportunidad de ausentarme para solucionarlo. Este mes, que no fue de trabajo a tiempo completo para mí, cobré 12 mil pesos. Estoy complacido con la remuneración que recibo, y sobre todo por la estabilidad que promete».
En entrevista con varios obreros, Vanguardia comprobó que los salarios, de acuerdo a los resultados, oscilan entre los 12 mil y 18 mil pesos mensuales; por lo que se aprecia una alta conformidad entre los trabajadores. La jornada laboral es de 7:00 a.m. a 4:00 p.m., cuentan con un comedor obrero y, cuando presenta algún problema, se les remunera el almuerzo. También se les garantiza la hora de descanso.
En el taller de producciones plásticas, del que se obtienen tuberías para instalaciones hidráulicas y eléctricas, tres de los cinco trabajadores provienen de la Empresa de Instalaciones Fijas Traviesas: «Llegaron en un momento cuando Traviesas no tenía materias primas para producir y debía enviar a sus trabajadores a un periodo de interrupción. Los tres han sabido desenvolverse en sus funciones, les gusta y piensan quedarse con nosotros», relata Jorge Luis Moya Jiménez, jefe del taller.
«Acá nos encargamos de todo el proceso. Como trabajamos con plástico reciclado, adquirido en la Empresa de Recuperación de Materias Primas, lo seleccionamos, trituramos, lavamos, secamos y procesamos en máquinas fabricadas –en buena medida– de manera artesanal. El plástico que no podemos utilizar para las mangueras lo guardamos, pues en la empresa hay perspectivas futuras de elaborar ecomadera con él», asegura Moya Jiménez.
Por su parte, Norberto Ramírez Carrazana, conoció el mundo de la construcción con su entrada en la mipyme. «Me dieron la oportunidad de aprender, y hoy soy jefe de brigada del taller de morteros. Y por mucho que me vean así, envuelto en polvo, me considero un enamorado de mi oficio». Junto a él laboran otros cuatro muchachos y en ellos se sustenta, en un día cualquiera, la producción de mortero grueso, mortero fino y mortero cola.
Comercialización de las producciones
Aquí radica el punto neurálgico del proceso. Llegarle a la mayor parte de quienes construyen, tanto por la vía empresarial, como la privada, está en la voluntad de IngenioMat, pues, como afirma, su director Carlos Manuel Fariñas, y citamos: «El Estado nos creó con una responsabilidad y esa la asumimos. Por eso, trabajamos con fichas de costo y buscamos los precios más asequibles; al tiempo que todos nuestros productos tienen el certificado de calidad. Nada sale a la venta sin pasar antes el período de prueba correspondiente».
Y aunque la cuantía de las producciones no satisfacen la demanda, cada día son varias las personas que se acercan a la empresa para adquirir estos productos, tal y como refiere Héctor Fernández López, el jefe de Taller de Mortero: «El cemento escasea y la gente está redescubriendo los morteros a base de cal, pues ofrecen todas las garantías para construir una casa y sustituir el cemento en al menos el 80% de los procesos».
«Fabricamos el mortero con arena, zeolita, carbonato y cal. El mortero grueso sirve para la colocación de elementos de pared (bloques, ladrillos, piedras y cantos), incluso en muros de carga; también para el repello. El fino, para el acabado en las paredes. Y el mortero cola puede emplearse para poner baldosas o asentar cualquier tipo de enchape.
«Ahora mismo estamos inmersos en mudar de este taller las producciones de falso techos y paneles hacia una nueva nave. Estos productos los elaboramos con yeso, fibras plásticas y agua: una fórmula sencilla que brinda resultados tanto estéticos como funcionales, de calidad y rentables para el comprador».
Maylenis Del Toro López, comercial de la empresa, resalta que todas las producciones comercializadas por IngenioMAT tienen una calidad certificada: reconocida por el Centro Técnico para el Desarrollo de los Materiales de la Construcción, perteneciente al Ministerio de la Construcción en Cuba, y por la Agencia de Protección Contra Incendios.
«El alto valor también lo reafirman nuestros clientes, quienes crean una sobre demanda en comparación a los niveles productivos de la empresa, aun cuando son elevados. No obstante, cualquier entidad o persona natural puede contactarnos y su pedido será cubierto, pues para ellos trabajamos».
En dialogo con Tomás Vázquez Enríquez, funcionario del Gobierno Provincial a cargo de la producción y venta de los materiales de la construcción en Villa Clara, supimos que en proyecto está ampliar la experiencia de IngenioMAT a otros territorios de la provincia, en coordinación con la Empresa de Producción Local de Materiales de la Construcción (PLOMAC): «Será doblemente ventajoso, tanto para la mipyme IngenioMat como para PLOMAC y así habrá mayores producciones para el programa de la Vivienda y para quienes construyen por esfuerzo propio».
IngenioMAT avisora el futuro de las construcciones y ofrece soluciones factibles. Romper estereotipos y retornar a la cal como material sustituto del cemento va más allá de su carencia actual. Ahora mismo están en capacidad de producir los aditamentos que requiere construir una vivienda.
Crecer y diversificar sus producciones está en la mira. Talento e inteligencia les sobra. También los deseos de ser útiles y servir al pueblo.