Círculo infantil Flores de la Vida, tesoro de Camajuaní

El plantel docente se presenta como una fausta edificación, con excelente colorido y estética; gran limpieza, cuidadas áreas verdes, estupendos y variados espacios de juego; pero ese no era el panorama meses atrás.

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Momento de una jornada habitual en el círculo infantil Flores de la Vida, de Camajuaní. (Foto: Claudia Yera Jaime)
Momento de una jornada habitual en el círculo infantil Flores de la Vida, de Camajuaní. (Foto: Claudia Yera Jaime)
Claudia Yera Jaime
Claudia Yera Jaime
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21 Febrero 2024

De seis y media de la mañana a seis de la tarde, 151 niños camajuanenses, de segundo a sexto año de vida, de edades comprendidas entre uno y cinco años, encuentran un cálido hogar en el círculo infantil Flores de la Vida.

Esta institución educativa, única de su tipo en el territorio, favorece la integración plena de las madres trabajadoras del municipio a la sociedad y desempeña un importantísimo rol en la formación de los infantes en una etapa fundamental de la vida.

Momento de una jornada habitual en el círculo infantil Flores de la Vida. Lyanet Escobar, directora del círculo infantil Flores de la Vida.
«El círculo infantil constituye un espacio sano y seguro para el buen desarrollo de la primera infancia», asevera Lyanet Escobar Contreras, directora de «Flores de la Vida». (Foto: Claudia Yera Jaime)

El plantel docente se presenta como una fausta edificación, con excelente colorido y estética; gran limpieza, cuidadas áreas verdes y estupendos y variados espacios de juego; pero ese no era el panorama meses atrás.

«Un dictamen técnico, emitido por la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas del Ministerio de la Construcción, certificó el deterioro de la cubierta de varios salones y el peligro inminente de derrumbe. Ante esta situación se incluyó la reparación del círculo infantil en el presupuesto del municipio y se nos abonaron recursos para una reparación capital. Se restauraron dos salones que quedaron con cubierta y falso techo nuevos, y se hicieron dos naves aledañas, se renovó total la carpintería y el mobiliario escolar. Además, se remozó la cocina, que se encontraba muy depauperada», explica Lyanet Escobar Contreras, directora del centro educativo.

Niños con juegos de mesa en círculo infantil.
(Foto: Claudia Yera Jaime)

Añade que «las labores constructivas iniciaron el 26 de julio del 2023 y el 28 de diciembre ya estábamos inaugurando. Contamos con el apoyo del Ministerio de Educación y su Empresa Provincial de Abastecimiento y Servicios a la Educación, la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), el Partido Comunista de Cuba (PCC), trabajadores por cuenta propia del municipio, los padres y trabajadores del centro.

«Durante ese tiempo las educadoras continuaron atendiendo a sus niños mediante el Programa Educa a tu Hijo, en dos frecuencias semanales, y el sexto año de vida se ubicó a tiempo completo en la primaria Conrado Benítez».

Niño coloreando en el círculo infantil.
(Foto: Claudia Yera Jaime)

Para los 34 trabajadores docentes y 18 no docentes de «Flores de la Vida». contar con un círculo reformado es un lujo ya que les permite brindar un proceso educativo desarrollador más amplio y acoger a una gran matrícula.

Para jugar y aprender

«Cuando llegamos nos lavamos bien las manos y vamos al mural para decir cómo está el clima: “Hoy el día está soleado”, “Me gusta mucho estar en el aula”», asegura Alexa de Jesús Rodríguez Gil, de sexto año de vida; mientras que su compañerito Alíen Pedrosa Pérez cuenta que junto a la seño repasan los trazos, las figuras y los colores, y cuidan las plantas.

«Trabajamos con ellos habilidades como la escritura y el análisis fónico, los vinculamos con la naturaleza y la vida en sociedad; nos toca prepararlos lo mejor posible para la educación primaria y sus futuras interacciones sociales», explica Isnaivy Aragón Ramos, educadora a cargo de la formación de 26 infantes que reciben la educación preescolar.

Niños jugando.
Niña jugando con una muñeca en el círculo infantil.
Desde el 10 de abril de 1961, fecha en que fueron abiertos oficialmente los primeros tres círculos infantiles en el país, estas instituciones son imprescindibles para la familia cubana. (Fotos: Claudia Yera Jaime)

Adanelis González Bermúdez labora en uno de los salones remozados con un nutrido grupo de cuarto año de vida. Con los niños entre tres y cuatro años de edad, realiza «actividades de Lengua Materna con cuentos y poesías, de Conocimiento del Mundo de los Objetos, de Nociones Elementales de las Matemáticas, de Educación Física, Artes Plásticas, Música; para reconocer colores, olores y sabores, reconocer y nombrar las figuras geométricas, desarrollar el control muscular».

La seño Rachel con uno de los niños matriculados en el círculo infantil Flores de la Vida, de Camajuaní.
Entre educadores y educandos priman lazos de cariño y empatía que los convierten en una familia unida, así lo demuestran la seño Rachel y la pequeña Lucía, de 15 meses. (Foto; Claudia Yera Jaime)

«El éxito en su cuidado está en dedicarles atención constante y diferenciada, cambiarlos de actividad con frecuencia y desarrollarles múltiples habilidades mediante el juego; ello se nos facilita más ahora gracias a los nuevos materiales de estudio y juegos de mesa didácticos», confiesa la experimentada educadora.

En las naves aledañas, los de tercer año de vida reciben a la periodista con un «Buenos días» a coro y la invitación a tomar asiento. Corren, saltan, persiguen la pelota, realizan juegos de roles y de familia, actividades de construcción; ríen y abrazan a la seño Tania Guevara Cuevas, con más de dos décadas en el cuidado y la educación de la primera infancia. Se despiden y dan las gracias después de posar para una foto.

«Con los más pequeños el trabajo se complejiza, los niños de un añito están en adaptación, lloran y llaman por sus padres, exigen más atención y cuidados, pero es muy lindo, pues asumimos un rol de madre a tiempo parcial que lleva suma dedicación. Los enseñamos a jugar, a dormir en catre, a tomar agua por sí solos en sus jarritos, a coger la cuchara», asevera la seño Rachel Perdomo Rivera, mientras consuela, en sus brazos, a la pequeña Lucía, de 15 meses.

Maritza Miranda La Rosa, enfermera de círculo infantil Flores de la Vida.
Maritza Miranda La Rosa labora como enfermera en el plantel docente; su trabajo es «preventivo, asistencial, educativo. Se encarga de velar por fiebres, diarreas, vómitos, sintomatología respiratoria, orientar a la familia, darles seguimiento a los niños, brindar primeros auxilios». (Foto: Claudia Yera Jaime)

Los profesionales de la educación que laboran en el centro brindan a sus pequeños cuidados, atención pedagógica, médica, de enfermería y amor a manos llenas. Gracias a su tenacidad logran el máximo desarrollo integral posible en su matrícula. Con variadas actividades potencian mejoras físicas, cognitivas, trasladan a la vida familiar las costumbres y hábitos higiénicos educativos de la institución, y ayudan a los padres a conocer y orientar mejor a sus hijos.

Niños ayudados por la seño montando en juguete. Niña con biberón jugando con una muñeca.
(Fotos: Claudia Yera Jaime)
Niños jugando en el círculo infantil Flores de la Vida, de Camajuaní.

«Flores de la Vida» constituye, sin duda, un tesoro invaluable para la mujer y familia camajuanense.

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