Aquella pequeña que nació, en junio pasado, pesando menos de tres libras y cinco onzas (1500 g), uno de los dos casos villaclareños operados de retinopatía de la prematuridad (ROP), con apenas un mes de diferencia, muestra una evolución satisfactoria, según la valoración de la Dra. C. Zoila Fariñas Falcón, durante la reciente consulta de seguimiento.
Quien asume el programa de la ROP desde hace 20 años y encabezó la intervención quirúrgica mostró la imagen de la criatura que irradia vitalidad. De no ser tratados, estos casos desarrollan una vascularización anormal de la retina, que pudiera ocasionar desprendimiento de esta membrana, discapacidad visual grave o pérdida total de esta.
El bajo peso al nacer, unido a la prematuridad, condiciona la aparición de la ROP, considerada la primera causa de ceguera en países desarrollados.
A los 29 días de intervenida por un equipo multidisciplinario —en el que participaron, además de la Dra. Fariñas Falcón, los oftalmólogos Maykel Pérez Veranés, del hospital pediátrico José Luis Miranda; Yarmis Abreu Cárdenas, realizadora de la pesquisa de los pequeños en el ginecobstétrico Mariana Grajales; la neonatóloga Nailan García Benavides y el personal de enfermería sumamente necesario—, la recién nacida recibió el egreso del servicio Piel a Piel, de la Maternidad Provincial, luego de alcanzar el peso requerido.
Kenia Gómez Duardo, la mamá, presentaba un embarazo inicialmente normal; sin embargo, después experimentó irregularidades que llevaron varios ingresos en la institución villaclareña y en el Hogar Materno de Manicaragua, su localidad. A ello se sumaban los antecedentes de una gestación anterior que también resultó pretérmino, aunque no en extremo.
La madre es especialista en Medicina General Integral (MGI) y antes de su embarazo laboró en la Dirección de Salud en Manicaragua, al frente del Programa de Reproducción Asistida, y su esposo, Garielis Hernández Turiño, ejerce como informático de Educación Municipal en Manicaragua.