Para Yadira, el diálogo con los trabajadores, conocer sus problemas e inquietudes resulta vital. (Foto: Carlos Rodríguez Torres)
Ricardo R. González
@riciber91
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04 Marzo 2024
04 Marzo 2024
hace 8 meses
En agosto de 2021, Yadira González Barroso recibió una solicitud inesperada. Como ingeniera industrial había desempeñado otras responsabilidades y le pidieron dirigir los destinos de la Empresa Agroforestal de Villa Clara.
Fue después de los momentos tormentosos de la COVID-19, y confiesa que, una vez asimilada la propuesta, se dijo: «Adelante que es tu misión. Debía escuchar a mis compañeros, aprender de cada uno de ellos, de un universo desconocido y comenzar a transitar el camino».
Siempre hubo advertencias dados los innumerables problemas existentes, la obsolescencia de las maquinarias, «pero ese es el mayor reto que tenemos los cubanos, imponernos a las dificultades. Soy fidelista de verdad y me propongo siempre vencer obstáculos».
—¿No temiste?
—Jamás, ni tampoco en este minuto. Tenemos contratiempos, faltan muchos recursos; pero siento miedo; al contrario, trato de buscar posibles soluciones conjuntamente con mi equipo de dirección y los trabajadores.
—¿Es cierto que tu mente es un «remolino» diario, que no deja de pensar un momento en el trabajo?
—Constantemente, desde que amanece me pregunto qué asuntos tengo pendientes, qué me faltó por decir, y voy llamando a mis directores, como norma lo hago a diario, para estar pendiente de cada detalle, y aun en mi casa, por mucho que trato de dejar a un lado los asuntos laborales, es imposible.
—¿Cuáles han sido los retos y las bondades que te ha ofrecido esta empresa?
—Tener mayores conocimientos y mejor preparación de la que había acumulado en la actividad de Recursos Humanos en la Agricultura. Ahora me relaciono más con los trabajadores, junto al equipo de dirección, de extraordinaria experiencia. En cuanto a los retos, creo que el más importante es la autopreparación, porque no soy ingeniera forestal, sino industrial.
—Entonces, ¿el universo laboral enfila hacia nuevos horizontes?
—Me he hermanado con el Instituto Agroforestal, sin restar a quienes integran el proyecto IRIS (vinculado a las actividades de ciencia, tecnología, innovación, formación y desarrollo), y de conjunto, adoptamos las decisiones que favorecen la empresa.
—¿Problemas?
—Siempre van a existir, pero les pido a todos que ofrezcan ideas para encontrar respuestas de manera colectiva, en una entidad que posee 1200 trabajadores; de ellos, unas 350 mujeres.
—¿Cuáles son los objetivos principales de la Empresa Agroforestal?
—La línea fundamental es fomentar los bosques; todo comienza con la recolección de las semillas hasta los viveros, donde se producen las posturas que van a los campos para ser plantadas.
«Pero implica preparar la tierra, y una de las tareas que tenemos es desbrozar el marabú, pues todas las áreas que debemos plantar están cubiertas por esta planta invasora».
—¿Ese es el trabajo que realizan en determinados segmentos de la Autopista Nacional?
—Lo asumimos ahora próximo al km 259, para reforestarlo con diferentes especies, que contribuyan a la preservación del medio ambiente, resulten energéticas o se pueda obtener madera.
—¿Y el encargo estatal de la entidad?
—Brindar la madera para la confección de sarcófagos y muebles; estos últimos son vendidos a la población en un punto situado en el mercado estatal de Buen Viaje, en la capital provincial.
«Hoy Villa Clara exporta madera hacia La Habana, Camagüey, Cienfuegos, Ciego de Ávila y Sancti Spíritus».
—¿Hablamos de economía?
—El pasado año teníamos que ingresar 81 millones de pesos y logramos 94 millones, unido al 105 % de utilidades (950 000 pesos). El salario medio de los trabajadores fue de 6000 pesos, aunque algunos llegaron a 17 000 y 20 000, pesos en dependencia de su actividad.
«Estuvimos afectados con el presupuesto del Estado dirigido a la silvicultura y aplicamos alternativas, algunas riesgosas; pero siempre legales, a fin de impedir que se paralizaran las acciones. De los alrededor de 60 millones de pesos, logramos 50 millones, y la otra parte se obtuvo a base de producciones múltiples alternativas».
—En condiciones tan complejas, ¿qué hacen para mejorar la vida de los obreros?
—Durante el pasado año, construimos 14 viviendas tipología IV (paredes de madera y cubierta de zinc), con baño y meseta dignificada, algunas para trabajadores y otras para Vivienda. También, propias de Pinar del Rio, construimos con la técnica de ensamblaje de piezas de madera unidas de forma que el saliente de una penetre en la ranura de otra.
«Y algo muy importante: diversificar todo lo que podamos para que los trabajadores perciban más salario».
—¿Puede hablarse de que la Agroforestal villaclareña tiene objetivos de primer orden en el país?
—Tenemos un macizo forestal en Gavilanes (Corralillo) que constituye el más importante de la provincia, y uno de los trascendentes en el país, igual que El Espinal, en áreas del municipio de Santo Domingo, donde existe el único bosque modelo de Cuba, y no se descarta la añadir nuevas especies a las ya establecidas, como el pino, el eucalipto, la acacia,el bambú.
«Entre los retos fundamentales en este año están las energías renovables. Disponemos de ocho aserríos para trabajar la madera, y ellos originan innumerables residuos que pueden convertirse en valor agregado para tener mayores ingresos y aportarle a Cuba energía eléctrica; tal vez no sea una cifra elevada, pero damos nuestros primeros pasos.
«Otro que urge es sembrar fuentes de alimento dirigidas a nuestros trabajadores a partir del arroz, el plátano, incluir un programa de yuca e incentivar en Gavilanes la preparación de tierra».
—¿Existen en el colectivo prácticas de economía circular y protección al entorno?
—Incursionamos en ella ante tantos residuos. Ahora se construye en La Habana, y ya está contratada, una astilladora que producirá dos toneladas de astillas por hora, para no desperdiciar ningún recurso y emplearlo como biomasa. Por otra parte, la protección del medio ambiente es tarea continua, porque mientras más plantemos y reforestemos, mayor será la preservación del entorno.
«Estamos enfrascados en una campaña contra incendios forestales a fin de cuidar los bosques, teniendo en cuenta que consolidarlos y que estén en óptimas condiciones conlleva dos décadas de trabajo persistente. En 2022 cumplimos el plan de reforestación con alrededor de 700 hectáreas, en el 2023 no fue posible por las afectaciones de tierra y el desbroce del marabú; pero en el actual año de seguro vamos a cumplir las 718 hectáreas previstas».
—Cuando repasas tu historia como directiva de la Agroforestal en la provincia, ¿cuáles son los instantes más difíciles?
—L as seriasafectaciones con el combustible. Pareciera que febrero deviene un mes crítico que me persigue, tanto en el 2022 como en el 2023 nos asignaron sólo 5000 litros, de los 22 000 que lleva la entidad; aun así debemos concluir con indicadores económicos satisfactorios. En estos dos meses transcurridos hemos cumplido con la madera aserrada, la más utilizada a nivel mundial en todos los ámbitos constructivos, y también con el encargo estatal.
—¿Es cierto que tienes un espacio especial para las labores hogareñas?
—Me encanta tener la casa limpia, organizada; el fin de semana es de limpieza general, de compartir con mi familia; pero no dejo de atender llamadas, pues siempre estoy pendiente de las actividades de la entidad que administro.
—¿Yadira González Barroso es de las personas que se retan a sí mismas?
—Todos los días trato de ponerme una nueva meta, y entre las insatisfacciones tengo que los trabajadores perciban mejor salario, que existan mayores posibilidades de ventas. Es cierto que hay demasiadas dificultades con los insumos y el aseguramiento, pero mis trabajadores constituyen el sostén principal.
—¿Seguirás siendo, entonces, una mujer empoderada y optimista?
—Siempre, y no me arrepiento de mi condición femenina, estoy muy orgullosa.
La mirada de uno de sus trabajadores
Luis Alberto Pérez Gómez reconoce que acompaña a una mujer completamente innovadora. Como chofer, recorre las carreteras villaclareñas junto a su directora, a quien admira por su responsabilidad.
Así precisa que trabajan desde que apenas inicia el día y les sorprende la noche en múltiples ocasiones.
«Una persona humana, de esas que convencen con sus palabras y acciones, y ahí están los resultados, sin que todo sea de excelencia», expresa.
Luis Alberto considera que el dinamismo de Yadira es constante. «No se cansa, siempre está pensando en nuevas acciones, y me he adaptado bien a ese ritmo de trabajo».