La sinfonía del cuerpo

Causas, prevención, tratamientos y consejos para vivir con arritmia cardiaca.

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Dr. Elibet Chávez, cardiólogo.
El Dr. Elibet Chávez González, con más de 12 años en la atención de pacientes con arritmias cardiacas, es un referente de la electrofisiología en una institución de gran prestigio como el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, en Santa Clara. (Foto: Cortesía del entrevistado)
Leslie Díaz Monserrat
Leslie Dí­az Monserrat
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22 Marzo 2024

El cuerpo, como una máquina perfecta, posee su propio ritmo. Los pulmones se inflan y desinflan, como instrumentos de viento, y el corazón impone la velocidad, el tempo, con la sucesión constante de su toc, toc, toc.

Si la cadencia se rompe, si la bomba principal «desentona», el resto de los órganos, cual integrantes de una orquesta, sienten los efectos, pierden las notas y la sinfonía sufre el desbarajuste. Experto en afinar el ritmo, el Doctor en Ciencias Elibet Chávez González, especialista en Cardiología y Electrofisiología, desde su consulta en el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, en Santa Clara, lleva más de 12 años en la atención de pacientes con arritmias cardiacas.

Explica que el corazón posee un sistema eléctrico cuyo nacimiento se ubica en una estructura llamada nodo sinusal. «Este nodo es la “batería” generadora del impulso inicial que recorre el órgano y le aporta la energía necesaria al músculo cardiaco para la contracción. La generación de ese impulso eléctrico se hará de forma regular, con un ciclo entre 60 y 100 latidos por minuto.

«Por tanto, vamos a considerar arritmia todo impulso eléctrico que no cumpla el criterio de regularidad y de frecuencia entre 60 y 100 latidos por minuto (taquicardias, por encima de 100 latidos, y bradicardias, por debajo de 60). Estas pueden tener su origen tanto en el propio nodo sinusal como fuera de él».

—¿Cómo se genera en el corazón una arritmia?

—Pueden desencadenarse por mecanismos intrínsecos del corazón, por la «agresión» interna de sustancias que produce el organismo durante un estrés o la agresión externa a este sensible órgano, con la ingestión de bebidas energizantes, alcohol, café... Aparecen, tanto en un corazón sano —con un ecocardiograma normal— como en uno enfermo; por ejemplo, en pacientes que hayan sufrido un infarto o tengan afectación en las válvulas cardiacas. El corazón está dividido en dos cavidades superiores que se llaman aurículas y dos inferiores que se llaman ventrículos. Y las arritmias se conocen como auriculares o ventriculares.

—¿Cómo se diagnostican?

—Mediante el método clínico. El interrogatorio aporta los antecedentes del paciente, si consume o no sustancias tóxicas, etc. El examen físico, en especial la auscultación cardiaca, ofrece ideas probables del diagnóstico. Dentro de los complementarios se realizan estudios como el ecocardiograma para corroborar la presencia o ausencia de la enfermedad estructural del corazón, si al examen físico se detectó alguna anormalidad.

«También indicamos el hólter, un estudio similar al electrocardiograma, que posibilita estudiar el ritmo en un mayor tiempo, entre 24 y 72 horas; la ergometría o prueba de esfuerzo —conocida por la población como la prueba de la bicicleta o de la estera—, un test que se indica cuando existe alguna correlación entre los esfuerzos y la aparición de las arritmias, y el estudio electrofisiológico, un método invasivo que consiste en penetrar, por las venas femorales, con catéteres registradores de actividad eléctrica, hasta el interior del corazón, analizar el verdadero ritmo (donde nacen los impulsos) y si las corrientes eléctricas están pasando por los lugares correctos o incorrectos. Este se reserva sólo para algunos pacientes que consideramos lo requieran».

 —¿Cuáles son las más frecuentes?

 —Las arritmias auriculares, y dentro de ellas, la fibrilación auricular, pues esta se va incrementando con la edad y la aparición de comorbilidades. El corazón, al igual que el rostro, con el tiempo adquiere rasgos de vejez, y la fibrilación auricular constituye una expresión frecuente del corazón envejecido; aunque muchos jóvenes pueden presentarla debido a otros mecanismos; entre ellos, el abuso de sustancias tóxicas como el alcohol.

—¿Tienen un componente hereditario?

—Muchas de ellas sí; pero, que un paciente posea un componente hereditario no hará, necesariamente, que la exprese. A veces se necesitan agentes exógenos desencadenantes. Por ejemplo, una persona con predisposición genética de fibrilación auricular logra evitar este padecimiento con un estilo de vida saludable. También está el síndrome de QT largo heredofamiliar, en el que pueden aparecer arritmias ventriculares de carácter maligno y alto riesgo para la vida.

—¿Cuál es el pronóstico de la enfermedad?

 —Depende de disímiles factores: si es una arritmia auricular o ventricular, si ocurre en presencia de un corazón sano o enfermo, si está acompañada de otras comorbilidades como la cardiopatía isquémica, las valvulopatías etc. Resulta importante el autocuidado del paciente después de las orientaciones médicas.

—¿Las arritmias pueden ser asintomáticas?

—Algunas de ellas cursan de forma asintomática. En el caso de la fibrilación auricular, pueden aparecer episodios sintomáticos y asintomáticos; estos últimos llegan a comprometer la salud de quien las sufre.

—¿Estamos ante un padecimiento de personas mayores solamente?

—No. Existen padecimientos arrítmicos congénitos. Incluso, con expresión de la arritmia en la vida fetal intrauterina. A mi juicio, y con la experiencia vivida en nuestra provincia, las arritmias también son frecuentes en los niños. Es mucho más raro que aparezcan, en estas edades, la fibrilación auricular y las arritmias ventriculares. Entre las más frecuentes destacan la taquicardia auricular y las arritmias con la participación de vías accesorias. Las vías accesorias pueden describirse como la presencia de un cablecito de más en el corazón, el llamado Wolff Parkinson White, de origen congénito.

 —¿Son curables las arritmias?

—Con el desarrollo de la medicina, una de las subespecialidades en que más se ha avanzado es la electrofisiología. Los electrofisiólogos somos especialistas en Cardiología que nos dedicamos, puramente, al estudio de las arritmias. El surgimiento de tecnologías que posibilitan localizar puntos exactos del «nacimiento» de las arritmias ha hecho que se encuentren métodos de curación para muchas de ellas, tanto en corazones sanos como enfermos. Métodos como la navegación no fluoroscópica (EnSite, CARTO) son ejemplos de ese desarrollo. Antes del nacimiento y desarrollo de las anteriores, surgió la electrofisiología guiada por fluoroscopia, la adopción de las técnicas de radiofrecuencia para producir ablación del tejido cardiaco, a principios del decenio de 1990; fue el preludio del surgimiento de la electrofisiología cardiaca intervencionista.

—¿Qué es la ablación?

—Un procedimiento mediante la emisión de radiofrecuencia que se transforma en energía térmica y produce una lesión de quemadura en un área determinada y con una profundidad específica, que posteriormente conlleva una cicatriz en el tejido del corazón para bloquear las señales eléctricas irregulares, que son las responsables de la producción de arritmias. Se introducen tubos largos y flexibles (catéteres) a través de los vasos sanguíneos hasta el interior del corazón, y se hace un estudio previo para conocer el nacimiento y curso de las corrientes dentro del órgano. Una vez localizados los puntos anómalos, se realiza la ablación y el paciente queda curado.

—¿Se pueden prevenir las arritmias?

—Pueden ser prevenibles cuando en su mecanismo de producción o inicio existen gatilladores o sustancias exógenas que las provocan; ya hemos mencionado cuáles. También existe un sinnúmero de comorbilidades cuyo  descontrol facilita el disparo de la arritmia. Entre esas enfermedades se encuentran: la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), la insuficiencia cardiaca y las enfermedades renales.

«Existen otras cuya prevención depende del conocimiento de especialistas avezados, como los electrofisiólogos, que se encargan, directamente, de la atención de aquellos pacientes que la padecen».

Ocho consejos para mantener el corazón en forma 

  1. Alimentación saludable.
  2. Actividad física frecuente: escoja una actividad aeróbica como caminar, nadar, trotar suavemente o montar en bicicleta.
  3. No fumar.
  4. Controlar el peso.
  5. Controlar los niveles de colesterol. A veces, a pesar de la alimentación saludable, hay pacientes con este padecimiento heredofamiliar; por tanto, requieren atención médica para este control.
  6. Control del azúcar y la sal en las comidas. La azúcar puede ser tan dañina como la sal.
  7. Comprobar y controlar la presión arterial.
  8. Vigilar la salud emocional. El control del estrés ayuda a mantener una excelente salud mental y un equilibrio hormonal.

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