El enfrentamiento al cambio climático y la energía fueron los temas analizados por los integrantes del Polo Científico Productivo. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
@riciber91
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29 Abril 2024
29 Abril 2024
hace 6 meses
En tiempos tan duros hay que ponerle el alma a cada empeño, romper inercias y propiciarle a la vida grandes cambios con creatividad y desde la ciencia.
Darle al pensamiento mayor dimensión, como lo dijera la Dra. María del Carmen Velasco Gómez, delegada territorial del Citma, y revisar esos resultados científicos que, teniendo posibilidades de aplicación, duermen en los archivos.
Estas motivaciones dieron paso a la sesión del Polo Científico Productivo (PCP) de Villa Clara, al escoger dos temas capitales: el cambio climático (CC) y la energía, los cuales inciden directamente en algo tan vital como la producción de alimentos.
Le correspondió al Dr. Guillermo Saura González, coordinador del Grupo de Enfrentamiento al CC, exponer parte de las acciones encaminadas a la adaptación y mitigación de este fenómeno mundial, con enfoques dirigidos a la municipalidad y al encadenamiento de programas y proyectos que tienen componentes menos administrativos y profundizan en lo científico.
Las miradas tienden, también, a la concreción de la economía circular (EC) y la disminución de la huella del carbono, un indicador ambiental que refleja la cantidad de gases de efecto invernadero que provocan las actividades económicas y cotidianas de los seres humanos.
Entre las buenas nuevas se anuncian las aspiraciones de contar con la estación meteorológica automática en el Yabú, y la instalación —ya demorada— de otra en la cayería noreste.
Saura González dejó claro que habrá que diferenciar el concepto de cambio climáticos y el de variabilidad climática, lo que exige buscar nuevos escenarios climáticos basados en la ciencia, «Ahí está el reto», dijo.
Será necesario fomentar investigaciones interdisciplinarias y desarrollar servicios ecosistémicos que posibiliten la adopción de medidas de mitigación y adaptación ante el CC, en tanto debe continuar el estudio de las playas arenosas en la cayería noreste y la certificación de Playa Ambiental para hoteles.
Caibarién inicia el servicio dirigido a la recuperación de su playa y ya se cuenta con el mapa de vulnerabilidad a la intrusión salina para la provincia, al tiempo que se trabaja en los municipales.
Resulta no menos importante la fase de implementación del Sistema de Alerta Temprana a Instalaciones de Peligro Mayor (IPM), con vistas a prevenir y atenuar situaciones críticas de contaminación atmosférica generadas por escapes de sustancias peligrosas a la atmósfera, a causa de accidentes tecnológicos o eventos meteorológicos extremos.
La ejecución de proyectos ha posibilitado el monitoreo de los manglares como barrera natural contra los huracanes, y no se descuida la salud de los corales, afectados por la mortalidad en una parte de sus colonias y por el funesto blanqueamiento consistente en la decoloración motivada por varias causas.
Grupo de Energía
En la exposición de los resultados, Idalberto Herrera Moya, vicedecano de Investigaciones y Posgrado en la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, subrayó que la provincia podría llegar al 20 % de generación de la demanda eléctrica mediante el empleo de fuentes renovables de energía (FRE) en 2026, y pudiera ser mayor si la industria azucarera se recuperara.
«Al cierre de 2023, Villa Clara cubría el 9.5 % de la demanda con FRE, incluida la generación hidroeléctrica, y se aspira a contribuir al desarrollo económico a partir del aprovechamiento de los recursos energéticos renovables locales, el aumento de la eficiencia, y la participación y cooperación de los diferentes actores económicos en la reducción del impacto ambiental».
Herrera Moya reconoció que la situación del sector es crítica debido a las dificultades financieras para adquirir recursos, entre otras realidades en un camino que, a pesar de limitantes, avanza en inversiones y realiza esfuerzos para incrementar la generación fuera de zafra, sin descartar el aprovechamiento de otras biomasas.
En este sentido, no se descarta la utilidad de los desechos forestales con el empleo de los residuos de los aserríos, de la silvicultura, los bosques y de árboles forestales invasores.
Y está en la mira la producción de biocombustibles con el alcohol según las capacidades del territorio.
Otras intervenciones
Sobre los aspectos abordados, la Dra. María del Carmen Velasco Gómez consideró que estar en el PCP resulta una oportunidad. «Hay que vivirla porque transita hacia maneras de incorporar la ciencia e innovación en el desarrollo».
En su intervención, se detuvo en la zona costera de Isabela de Sagua, que deviene polígono demostrativo de Cuba y habrá que continuar insistiendo en socializar buenas prácticas dentro de su ordenamiento territorial y en las acciones comunitarias, lo que puede extenderse a otras demarcaciones de este tipo en el territorio.
«Habrá que profundizar en la economía circular, y en cuanto al cambio climático, no compete sólo al Citma, ya que involucra a varios organismos y a todos», sin abandonar la trascendencia del programa cañero azucarero, en cuyo alcance deberán profundizar los decisores con cada uno de sus actores.
Durante el PCP, Osnay Miguel Colina Rodríguez enfatizó algunas consideraciones para mejorar el trabajo, en una sesión que demostró «aterrizar» más en los problemas.
Insistió en lograr ciclos cerrados en las fases productivas hasta lograr resultados, y puso el ejemplo del sector tabacalero, que bien pudiera sumar otros cultivos y acciones, lo que aumentaría la cartera de fondos exportables y, a la vez, que sustituyan importaciones.
Llamó la atención sobre la necesidad de entender el verdadero concepto de economía cirular y darles mayor vida útil a los procesos y tecnologías, por lo que no podemos demorarnos en «activar las mentes y proponer proyectos de desarrollo local, a tenor de que existen muchos en teoría y sugiere desarrollar aquellos con mayor impacto económico y social».
Al repasar algunas grietas presentes, comentó que el territorio llegó a tener 712 biodigestores, y en la actualidad apenas existen poco más de 20. Y se preguntó: ¿por qué si las capacidades están instaladas, no se aprovechan?
Acto seguido remarcó: «Habrá que revolucionar la provincia con temas y acciones inteligentes. Tenemos talento, personas jóvenes y valiosas, pero que no acaban de evolucionar y poner pensamiento en múltiples esferas. Será necesario no asumir esto como tarea, sino como responsabilidad en beneficio de un pueblo que necesita esas influencias en los servicios básicos».
Al término de la sesión resultó reconocido el colectivo del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam), de Villa Clara, que en los próximos días arribará a su 23 aniversario.