«Sin la visión de futuro que tenía el Che cuando era ministro de Industrias, de construir Planta Mecánica para producir piezas para centrales azucareros, la fábrica no estaría aquí».
Me confesó Wilfredo Machín Rodríguez, uno de los fundadores de la Empresa Mecánica Fabric Aguilar Noriega, de Santa Clara, inaugurada por Ernesto Guevara el 3 de mayo de 1964.
En la Sala de Historia, dedicada al acontecimiento, emergen a cada paso las vivencias de los últimos 60 años y la presencia del Che, rodeado de mujeres y hombres que se estrenaban en la forja y los tornos.
Durante mucho tiempo, Machín —quien estudió en la Escuela Técnica Industrial de La Habana y se especializó en la otrora Unión Soviética— se desempeñó como traductor de los técnicos rusos que asesoraban en Planta Mecánica.
Cuenta Wifredo que, en la jornada de apertura, el Che tuvo que ingeniárselas para cortar la cinta inaugural de la también conocida como «fábrica de fábricas», al ausentarse el obrero a cargo de la ceremonia, pues la aglomeración de público le impidió llegar a tiempo. También recordó la historia de Arsenio Iglesias, quien forjó una tenaza con la ayuda del Che.
Machín no olvida una de las frases del discurso del argentino-cubano dirigidas a los trabajadores: «Planta Mecánica marca precisamente uno de los jalones más importantes de esta primera etapa de la industrialización».
Destacó el fundador la claridad que tuvo Guevara cuando dijo estas palabras, porque si en aquel momento la fábrica tenía un papel decisivo para el país, actualmente continúan la fabricación de piezas para la industria azucarera y otras producciones novedosas, que aportan al desarrollo económico de la mayor de las Antillas.
«Hoy Planta Mecánica —manifestó— es uno de los eslabones más importantes de la isla para la recuperación del sector industrial, por la capacidad de sus talleres y maquinarias de producir piezas de altas dimensiones y sustituir importaciones, sin necesidad de acudir al mercado externo».