Formar investigadores dentro del claustro constituye prioridad de la UCM, para lo que resulta vital despertar esa inquietud desde la etapa estudiantil. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
@riciber91
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21 Mayo 2024
21 Mayo 2024
hace 6 meses
La Dra. Emilia Botello Ramírez sabe muy bien que la ciencia traza caminos y abre las necesarias puertas futuras. Por algo asume la directiva de esta rama y guía, además, la innovación tecnológica en la Universidad Médica (UCM) de Villa Clara.
Su experiencia la lleva a considerar que la gestión en ambos objetivos guarda relación con la formación posgraduada, como una de las prioridades nacionales y del territorio.
Con acertada razón considera que toda la pirámide científica que posee la Universidad debe estar enfocada a solucionar problemáticas que afectan el orden de los recursos humanos y el desempeño en la atención médica a la población.
«No es hacer una ciencia vacía, sino que aporte resultados con egresados que permitan sostener el sistema de Salud», insiste.
Además de mantener esta línea principal, Botello Ramírez explica el enfoque de los objetivos con vistas al desarrollo sostenible hasta 2030, apoyados en prioridades investigativas de primer orden basadas en el cáncer, las enfermedades cerebrovasculares y las relacionadas con el Programa de Atención Materno-Infantil (PAMI), con énfasis en el bajo peso al nacer y la mortalidad infantil.
Las perspectivas no pierden de vista la dinámica poblacional por ser Villa Clara una de las provincias más envejecidas de Cuba, y si bien se trata de lograr vivir más años con la justa calidad, no se puede descuidar la natalidad, la fecundidad ni los elementos vinculados a las migraciones externas e internas que, desde el punto de vista de la salud, también merecen atención.
Si de prioridades se habla, hay que incluir en el área investigativa la atención medioambiental y sus efectos sobre el bienestar humano. «En este sentido existe una línea fortalecida con la Unesco y una cátedra muy activa que pertenece a una red internacional de trabajo, además de lo que se realiza en la Facultad de Ciencias Médicas de Sagua la Grande, a partir de sus eventos territoriales, los cuales, en alianza con universidades y otras instituciones, muestran un quehacer relevante.
Calidad de los servicios, recursos humanos e investigadores
Amplio el espectro abordado por la Dra. Emilia Botello, y la formación de recursos humanos no escapa de la mira del desarrollo y la investigación. Se tienen en cuenta las problemáticas metodológicas de la Universidad en búsquedas vinculadas a las técnicas de comunicación para el desarrollo.
Otro asunto importante va dirigido a la organización y calidad de los servicios, cuyos resultados son herramientas que se presentan a los directivos para la toma de decisiones que coadyuven a satisfacer las aspiraciones de la población.
En sus declaraciones, Emilia considera el evidente salto cualitativo y cuantitativo en cuanto a la formación de investigadores dentro del claustro. Más del 30 % de los profesores poseen categorías investigativas, y en los últimos tres años sobresale el ascenso a niveles superiores, junto a las publicaciones científicas a nivel nacional e internacional en respetadas publicaciones.
Quinquenio provechoso
Para la Dra. Botello, «los resultados en el quinquenio han llevado a saldos muy favorables comparados con la acreditación anterior. Ello es palpable en la obtención de numerosos premios, tanto en el plano del sector de la Salud, como de profesionales que trabajan conjuntamente con la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas y otras instituciones».
Existen proyectos que tributan al programa de desarrollo territorial, liderados por el Citma (Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente), sin descartar las convocatorias realizadas por varios organismos.
«Independientemente de las limitantes, son meritorios los impactos logrados por nuestra UCM, con aportes a la propia institución y al desarrollo de la provincia en los últimos cinco años».
A ello se agregan las cuatro entidades de Ciencia que ya existen en el territorio, pertenecientes al Cardiocentro Ernesto Che Guevara, el hospital universitario Arnaldo Milián Castro, la Unidad de Investigaciones Biomédicas y la de Toxicología Experimental, estas últimas de la propia Universidad Médica, certificadas por el Citma y con producciones sostenidas.
Al dossier institucional se añaden los premios anuales de Salud y los más de 4000 galardones científicos de diferentes tipos logrados en el quinquenio.
Mas, entre tantas realidades existen dos insatisfacciones que la Dra. Botello Ramírez no oculta. Una de ellas guarda relación con las barreras en las tramitaciones dirigidas a la formación doctoral, un proceso que demanda mayor agilidad, aunque no se detiene su avance.
Y la otra recae en la rapidez que necesitan las generalizaciones de resultados científicos, alejadas de dictámenes y autorizaciones burocráticas.
«Sobre estas bases descansa el trabajo que, desde el punto de vista de la ciencia y la innovación tecnológica, presentaremos a la comisión evaluadora de la JAN. Son realidades palpables».