Lo inocente del soplo cardíaco

Son el resultado del paso rápido de la sangre a través de las válvulas en un corazón normal, y constituye el motivo más frecuente de consultas e interconsultas. 

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
El mejor recurso para diagnosticarlo es la auscultación y aplicar el método clínico. Según estudios foráneos, siete de cada diez menores pueden presentar un soplo inocente en alguna etapa de su crecimiento. (Foto: Tomada de Internet)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
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05 Julio 2024

Un oído entrenado desde el punto de vista médico puede delimitar un soplo cardíaco en la infancia asociado a determinada malformación, y también el llamado inocente o funcional, que, en la mayoría de los casos, resulta normal sin relación con anomalía alguna y desaparece con el paso del tiempo.

Así lo explicó el Dr. Guillermo González Ojeda durante su intervención en la XVI Jornada Provincial de Pediatría, ante una situación que inquieta a la familia e, incluso, a algunos galenos, que optan por remitir a las consultas especializadas.

«Son el resultado del paso rápido de la sangre a través de las válvulas en un corazón normal, y constituye el motivo más frecuente de consultas e interconsultas dentro de la institución en la especialidad de la Cardiología», asevera el destacado cardiólogo del hospital universitario docente José Luis Miranda.

Se define como soplo el ruido o sonido que sale de la auscultación, y a criterio del especialista, el mejor recurso para diagnosticarlo es el método clínico.

«Interrogar al familiar, sobre todo acerca del nacimiento, el estado de la criatura en ese momento, si presenta algún síntoma y completarlo con un buen examen físico, resulta suficiente para determinar que se trata de un soplo inocente».

Precisa González Ojeda que dicha condición no implica riesgo para la salud del infante, y es frecuente escucharlo cuando el menor presenta fiebre, deshidratación o anemia, lo que induce a latidos cardíacos más rápidos. Se trata de algo propio de la infancia, y al llegar a la adolescencia comienza a desaparecer y adopta las características de la circulación sanguínea del adulto.

«El soplo inocente es normal, sin signo de ninguna enfermedad y desaparece con el tiempo», asegura el Dr. Guillermo González Ojeda, cardiólogo del hospital pediátrico José Luis Miranda. (Foto: Ricardo R. González)

—En el argot médico se habla de la «manzana de la discordia». ¿Por qué?

—En ocasiones uno dictamina la presencia de un soplo inocente, pero a los pocos meses ese paciente debe operarse por otras causas, ingresa en el centro o se encuentra ante determinada situación y vuelve a remitirse al cardiólogo por detectarse el soplo, por lo que la historia resulta recurrente.

Hasta que se practique un ecocardiograma no existe conformidad.

—¿Guarda alguna relación la hiperactividad en estos menores?

—A veces estos pacientes son hiperquinéticos debido a que poseen una frecuencia cardíaca más alta y mayor velocidad de circulación sanguínea, por lo que al pasar por el corazón crea una turbulencia que provoca ese comportamiento.

—¿El médico puede confiarse y pensar que todo soplo es inocente?

—Sería un error, el facultativo tiene que estar muy atento a las características que se apartan de lo descrito, y dispone de conocimientos específicos para definir su clasificación y determinar la conducta a seguir en caso de que exista algún contratiempo.

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