La «Primero de Mayo» recupera su lugar en el sector empresarial, con estrategias que le han permitido incrementar los salarios y mejorar la atención al hombre. (Foto: Ramón Barreras Valdés))
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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23 Julio 2024
23 Julio 2024
hace 3 meses
Corrían los primeros años de la Revolución cuando el Comandante Ernesto Che Guevara, en su condición de ministro de Industrias, tuvo la idea de crear la Industria Nacional Productora de Utensilios Domésticos (Inpud) en la otrora provincia de Las Villas, para contribuir al desarrollo económico del país.
En solo 19 meses, el 24 de julio de 1964 quedó inaugurada la fábrica, con la incorporación de modernas máquinas procedentes del entonces campo socialista, para producir equipos electrodomésticos que, poco a poco, llegaron a los hogares de las familias cubanas.
Mucho antes de levantarse los cimientos, comenzó la preparación de la fuerza técnica calificada para mover la novedosa tecnología.
Relata el placeteño Raúl Cepeda Alberdi —único fundador de la fábrica todavía activo— que, siendo muy joven, se había ido a La Habana para trabajar en un taller como aprendiz. Luego del triunfo de la Revolución, la familia lo fue a buscar para que matriculara el curso Inpud.
La iniciativa prendió en muchos jóvenes con cierta experiencia laboral, procedentes, en su mayoría, de ingenios azucareros del territorio central. La preparación tuvo lugar en el Instituto Tecnológico Abel Santamaría, de Santa Clara, y las clases fueron impartidas por profesores de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas.
«De aprendiz me convertí en operario de tornos. Para los cerca de 400 estudiantes que también se preparaban para trabajar en Planta Mecánica, esta era la oportunidad de contar con un oficio decoroso, graduarse como obrero calificado y continuar estudios superiores.
«Por mis resultados académicos fui seleccionado para estudiar en Checoslovaquia, donde permanecí alrededor de nueve meses. No pude asistir a la ceremonia inaugural por encontrarme en el extranjero; pero, de regreso, me hablaron de lo sucedido en aquella mañana.
«Cuentan quienes tuvieron el privilegio de estar cerca del Che, que aquella jornada de julio fue lluviosa. Sin embargo, las precipitaciones no impidieron que cientos de santaclareños se congregaran en el patio de la industria.
«Previo a la ceremonia, el argentino-cubano recorrió los talleres para conocer de cerca a quienes, desde ese momento, se convirtieron en dueños de la fábrica bautizada con el nombre de Primero de Mayo».
La idea de erigirla en Santa Clara, una ciudad sin tradición fabril, estuvo determinada por su posición geográfica en el centro de Cuba y contar con una universidad, escuelas técnicas y jóvenes dispuestos a asumir los retos de aquel momento histórico.
Raúl concluyó la carrera de Ingeniería Mecánica y, como a otros trabajadores, se le asignó una vivienda en Santa Clara. En el 2009, al llegar a la edad de jubilación, se acogió al retiro; sin embargo, la añoranza por el lugar que considera su segundo hogar y los deseos de colaborar hicieron que retornara a su condición de especialista del Departamento Técnico, de la planta Antillano, dedicada ahora a la realización de producciones alternativas y la reparación de equipos de refrigeración, ante el déficit de materias primas, como consecuencia del bloqueo que mantienen los EE. UU. contra Cuba, y las actuales limitaciones financieras que atraviesa el país.
Al preguntarle al incansable trabajador de 81 años sobre el adiós definitivo, expresó que ya es hora de dedicarle más tiempo a la familia, sin renunciar a volver cuando se lo pidan para trasmitir sus experiencias al relevo.
Fidel y la Inpud
El 6 de abril de 1973, cientos de santaclareños volvieran a reunirse en la Inpud para recibir al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, en su primera visita oficial a la fábrica, acompañado por Gustav Husak, secretario general del Partido Comunista de Checoslovaquia entonces.
Recorrieron el área de prensado, maquinado, esmaltado y montaje de la planta de refrigeradores Antillano, para luego participar en el acto.
Fue Checoslovaquia la primera nación del entonces campo socialista con la que Cuba restableció relaciones diplomáticas y comerciales después del triunfo de la Revolución, como dejó explícito Fidel en su discurso, al concretar la creación de valiosas industrias que sin su cooperación no existirían hoy.
En aquella ocasión —nueve años después de la inauguración de la Inpud por el Che—, elogió el espíritu de trabajo y el entusiasmo de los obreros, en momentos en que el número de refrigeradores, cocinas de gas, ollas de presión, fregaderos esmaltados, máquinas de moler y piezas de repuesto para diferentes equipos alcanzaban altas cifras.
La presencia de Fidel quedó registrada para la historia en el libro de visitas: «La fábrica y sus obreros me han producido una magnífica impresión»; mientras que Husak escribió: «Que sirva esta bella fábrica como ejemplo de la colaboración y amistad cubano-checoslovaca. Deseamos muchos éxitos a los trabajadores de la fábrica Inpud».
Años después, el 30 de septiembre de 1996, el líder cubano regresaba a la «Primero de Mayo», pocas horas antes del encuentro improvisado sostenido con los villaclareños en la Plaza del Che, donde los llamó vencedores de dificultades y obstáculos.
En aquella visita, Fidel se interesó por la planta de ventiladores Trópico, de reciente creación, fruto de los convenios de colaboración entre Cuba y China. Allí preguntó por las características del taller y se asombró al ver tantos jóvenes, en su mayoría mujeres.
En el área expositiva de la fábrica, conocida como La Paloma, indagó por el refrigerador Antillano —en proceso de ensayo para la fabricación de un equipo de dos puertas— y las bicicletas cubanas incorporadas a la cartera de negocios durante los años difíciles del período especial, como alternativa para paliar la situación con el transporte.
Ese día, escribió en el libro de visitas: «Me marcho con una magnífica impresión de los trabajadores, tenaces, disciplinados, capaces, y de la planta, lo que hace posible una producción de alta calidad y competitividad. Siento orgullo por este colectivo, casi todos jóvenes y muy jóvenes. ¡Así debemos marchar!».
Otra sorpresa le esperaba a Fidel: al partir, el personal administrativo irrumpió sorpresivamente en los pasillos, a pesar del fuerte cordón de seguridad, para ofrecerle una calurosa despedida.
Sesenta años después
A 60 años de un comienzo, la Inpud mantiene su razón de ser como el primer día, y asume con valentía los altibajos de estos tiempos ante las tensiones financieras y el déficit de materia prima, en estrecho vínculo con los nuevos actores de la economía, que le han permitido sustentar las producciones y mantener la fuerza laboral.
Su director comercial, Rolando Carrazana Morales, expresó a Vanguardia que en estos momentos ejecutan producciones financiadas en el 2023, dirigidas al mercado cambiario. También, la venta de equipos electrodomésticos en moneda nacional, con destino a trabajadores destacados de distintos sectores.
«Desde el 20 abril abrimos una tienda en la propia fábrica, donde hemos vendido hasta la fecha más de 22 millones de pesos (mn). El local permanece abierto de lunes a viernes, en el horario de la mañana hasta las 12:00 m. Allí ofrecemos producciones alternativas elaboradas con recortería, como plateros, parrillas para cocinas de gas, bombillos ahorradores, vianderos, portatazas y portacalderos, con pago a través de ENZONA y Transfermóvil».
Para sostener el resto de las producciones mantienen estrechos vínculos con las formas de gestión no estatal.
La Inpud cuenta actualmente con cinco unidades empresariales de base (UEB) productoras. Se trata de la mipyme Centroplast, Bancalux —dedicada a la producción de ventiladores, tomacorrientes e interruptores eléctricos—; Prohogar, donde ensamblan ollas y fogones, así como las UEB Electrodoméstico (antiguo Antillano), encargada de reparar equipos de refrigeración, y Protur, con producciones alternativas.
Integra la fábrica la mipyme Dipav (Diseño y Producción de Artículos Varios), entre los que figuran cajas eléctricas y otros componentes. También se dedica al ensamblaje de ollas eléctricas y arroceras, y ventiladores.
El encadenamiento con las mipymes propicia la adquisición de materias primas para el ensamblaje de equipos electrodomésticos, cuya comercialización corre a cargo de las formas de gestión no estatal. Trabajan, además, de conjunto con Copextel, para producir ventiladores con destino a las tiendas en divisas. Estos financiamientos favorecen la compra de materias primas para continuar la producción de ollas arroceras y multipropósito en el año 2025.
Los mecanismos aprobados mantienen activa la fuerza laboral, integrada por más de 400 trbajadores, con altos indicadores productivos y el incremento de los salarios, lo cual evita el éxodo hacia actividades mejor remuneradas.
La Inpud promueve nuevos proyectos de conjunto con la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, sobre las fuentes renovables de energía y otros dispositivos para ahorrar electricidad, sin renunciar al ímpetu de aquellos días, cuando el Che y Fidel recorrieron sus pasillos, confiados en el futuro.