A 37 años del primer clic

Este año la sede del acto nacional por el cumpleaños 37 de los JCCE correspondió a Villa Clara, por sus resultados en la robótica educativa, con una destacada presencia en eventos competitivos a nivel nacional.

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Vanguardia - Villa Clara - Cuba
-Los JCCE incursionan también en los cursos de robótica. Para su desarrollo, los municipios de Placetas, Ranchuelo y Quemado de Güines cuentan con equipamiento donado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). (Foto: Ramón Barreras Valdés)
Idalia Vázquez Zerquera
Idalia Vázquez Zerquera
@IdaliaVzquez
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08 Septiembre 2024

Los Joven Club de Computación Electrónica (JCCE) arriban este 8 de agosto al aniversario 37 de su fundación por iniciativa del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, con la misión de promover el uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), y extender su aprendizaje a niños, jóvenes y adultos.

En Villa Clara, el Palacio de Computación de Santa Clara, inaugurado el 17 de julio de 1988, fue la primera instalación de su tipo creada en la provincia, hasta alcanzar la cifra de 47 diseminados por los 13 municipios.

El JCCE de Jibacoa en el macizo de Guamuhaya, resultó una de las primeras instituciones de su tipo en abrir sus puertas, con el objetivo de llevar la enseñanza de la informática a comunidades intrincadas y de difícil acceso, para que los niños de las montañas tuvieran igualdad de oportunidades.    

A las nacientes instalaciones se incorporaron egresados universitarios y de la enseñanza técnica y profesional, para facilitar el aprendizaje de las ciencias informáticas desde edades tempranas, extendido también, por su carácter inclusivo, a los adultos mayores y personas en situación de discapacidad.

«Actualmente ofertamos más de 35 servicios y cursos adaptados a las demandas de los clientes», expresó Carlos López López, director general de los JCCE de Villa Clara. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

Recuerda Carlos López López,  director de los JCCE en Villa Clara —con más 25 años en el sector—, que cuando se inició aquí, luego de graduarse en la especialidad de Electrónica, desconocía el uso de los disquetes de almacenamiento de datos de tres y medio usados en aquella época, para lo cual tuvo que recibir capacitación en las materias de hardware y software.

Muchos jóvenes como él, apasionados por las TIC, llegaron a los JCCE —de alto impacto en aquel entonces— para apoyar la informatización de la sociedad cubana.

Villa Clara a la vanguardia de los JCCE

Este año la sede del acto nacional por el cumpleaños 37 de los JCCE correspondió a Villa Clara, por sus resultados a nivel de país en la promoción de la robótica educativa, con una destacada participación en eventos competitivos y en la presentación de tesis doctorales sobre este modelo de enseñanza.       

Avalan al territorio, la prestación de una diversidad de productos y más de 35 servicios, a través de la firma de convenios con entidades del sistema empresarial y otras dependencias, a tono con la transformación digital que experimenta el país.

De igual forma, apoyan los servicios en línea del Ministerio de Justicia, para la solicitud de inscripciones de nacimiento, antecedentes penales y otros documentos solicitados por personas naturales, así como proceden a la venta, a precios módicos, de las licencias de uso del antivirus Segurmática, y elaboran planes de seguridad informática. También imparten cursos tradicionales y de robótica, adaptados a las demandas de los clientes.

El proceso de bancarización tocó a las puertas de los JCCE, con la generación de los códigos QR, mediante un convenio con ETECSA, para el pago de trabajadores por cuenta propia y mipymes, a través de las pasarelas de pago Transfermóvil y EnZona.

«Si con anterioridad la solicitud del código QR demoraba alrededor de un mes, ahora con las facilidades que ofrecemos requieren de poco tiempo. Los nuevos actores de la economía que aún no lo poseen, pueden dirigirse a los JCCE para hacer la solicitud. También, las personas de la tercera edad con pocas habilidades en la telefonía móvil, pueden acercarse a nosotros para recibir asesoramiento», destacó López López.

Sobre el estado actual de la tecnología, manifestó que la misma no se encuentra en óptimas condiciones, agravada por la situación financiera por la que atraviesa el país y los efectos del bloqueo. No obstante, aplican alternativas para continuar con la tarea para la cual fueron diseñados.

En  la casa de la computadora de la familia cubana

María Caridad Reynoso Artiles, es una de las especialistas fundadoras que se mantiene activa en los JCCE, desde que se inició en el Palacio de Computación de Santa Clara. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

María Caridad Reynoso Artiles, resulta una de las especialistas fundadoras que se mantiene activa en los JCCE, desde que se estrenó como reserva calificada en el Palacio de Computación de Santa Clara, para luego impartir clases a las nuevas generaciones, entre otras funciones asumidas a lo largo de más de tres décadas.   

A su mente retornan los recuerdos de aquellos primeros años, cuando había una alta demanda de cursos y los jóvenes hacían colas interminables para matricular.

«Hoy en día, la población está más informatizada, y la mayoría de las personas cuentan con telefonía móvil y dispositivos digitales que forman parte de nuestra vida cotidiana, y aprenden de manera autodidacta, pero siempre se acercan a nosotros para recibir servicios de tiempo de máquina, asistencia informática, y participar en torneos de videojuegos».

Urquis Seichen Jiménez Hung, subdirectora provincial de Informatización de los JCCE, no vivió los tiempos de fogueo, pero en los seis años de trabajo ha encontrado aquí un colectivo unido, empeñado en continuar la alfabetización de los villaclareños en el uso de las TIC, convertidos en la casa de la computadora de la familia cubana.

«Los JCCE de Villa Clara se han adaptado a los nuevos tiempos, sin renunciar a facilitar el aprendizaje de las ciencias informáticas desde edades tempranas», destacó Urquis Seichen Jiménez Hung, subdirectora provincial de Informatización. (Foto: Ramón Barreras Valdés)

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