En el mundo de la comunicación existen muchas aristas que se desconocen y otras quedan sueltas. No es lo mismo informar que comunicar, y en ello asume un papel trascendente la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS), cuya filial villaclareña «auscultó» el trabajo realizado durante el actual año.
Un período de avances, mas también de aspectos que no lograron la suficiencia entre sus 129 miembros, por lo que debe seguirse el decrecimiento experimentado entre sus integrantes por diversas causas, a pesar de que más del 95 % presenta nivel universitario.
Si bien existe un programa de superación para los publicistas, queda claro que habrá que profundizar en la propaganda creativa y en las acciones con los trabajadores por cuenta propia.
Con un perfil amplio que agrupa a directivos, técnicos, especialistas, docentes e investigadores que se desempeñan en la propaganda, la publicidad, las relaciones públicas, la comunicación institucional y comunitaria, la ACCS insiste en la capacitación, y para ello realizó cuatro cursos de convocatoria libre a solicitud de las empresas, con vistas a nutrirse de elementos básicos para el trabajo.
Como organización incluye, además, la mercadotecnia, la investigación dirigida a la comunicación, así como el diseño, la realización audiovisual, fotografía, redacción, edición, ilustración, dirección creativa, de arte, y otras profesiones asociadas a la creación de piezas con fines comunicacionales en cualquier soporte.
A partir de su aprobación, el pasado año, la Ley de Comunicación Social se convierte en una fortaleza de primer orden, y según trascendió en el debate, es importante lograr que las entidades, sus dirigentes y toda la comunidad conozcan sus principios, fundamentos y contenido por dentro.
Héctor González, representante de la ACCS de Placetas —reconocida en la sesión por su labor en la provincia— insistió en la participación de aquellas figuras involucradas en la toma de decisiones locales, y por ello trajeron a su intendente.
Por su parte, Lídice Fernández Espino, de Sagua la Grande, hizo énfasis en aquellos directivos que no reconocen el rol esencial de la comunicación, y para ello se necesita una mentalidad abierta a la hora de promocionar, sin obviar la calidad requerida.
La experiencia de Zaida de la Cruz Mederos, quien estuvo al frente de la ACCS villaclareña, le permite afirmar que «seguimos con vacíos e inercia, a pesar de la Ley de Comunicación, sobre todo en la base e, incluso, muchos la desconocen totalmente».
En otro orden impera insistir en el crecimiento de la asociación, no en busca de un incremento cuantitativo, sino que los ingresos estén avalados por la calidad.
Cada objetivo presentado por Nélida Esther Álvarez García, presidenta de la ACCS en el territorio, evidencia la necesidad de la capacitación y de hacer cursos que logren los propósitos, en una sede que presenta dificultades con la conectividad al depender de servidores radicados en La Habana.
Ello también motivó inquietudes en los presentes al insistir en la posibilidad de que se gestione con Etecsa, y fue reclamo, a la vez, agilizar la aprobación de los nuevos miembros cuyo proceso se dilata al requerir la aprobación nacional. ¿Acaso es imposible hacerlo con los expertos de Villa Clara?, se preguntaron.
El vínculo con la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV) se resaltó en la sesión, sin dejar de prestar atención al necesario fortalecimiento con la carrera de Comunicación Social.
A criterio de algunos, la ACCS necesita apoyo como proceso comunicacional de todos, porque no se puede hablar de ley si no se tienen conocimientos.
Durante el pleno fueron reconocidos los asociados, organismos e instituciones que sobresalieron en el actual año, al tiempo que se informaron las proyecciones de trabajo para el año venidero.
Correspondió a Isael Rodríguez Rodríguez, miembro del Buró Provincial del Partido, concluir el encuentro, y en sus palabras dejó clara la necesidad de hacer de la ACCS una fortaleza en el territorio e incrementar su liderazgo.
En otro orden resaltó el hecho de no olvidar la trascendencia de la comunicación comunitaria y de mejorar la estructura de los flujos informáticos, como uno de los desafíos para despertar sentimientos, compromisos y también cubanía.