El 26 de noviembre Cuba conmemoró el aniversario del vil asesinato de Manuel Ascunce Domenech, miembro de las Brigadas Conrado Benítez, quien fue brutalmente asesinado en 1961 por una banda contrarrevolucionaria en las montañas del Escambray, junto al campesino Pedro Latingua, uno de los alumnos a los que alfabetizaba.
Al evocar el hecho en Santa Clara, fue destacado, además, el papel crucial de la educación en la sociedad cubana.
Cándida Arbeláez Alba, profesora en la Escuela Pedagógica que lleva el nombre del joven mártir, expresó su profundo compromiso con la enseñanza, reflejando la dedicación de los educadores que siguen los pasos de Ascunce. «Considero que la labor del maestro en nuestra sociedad es muy importante, por eso me mantengo todavía enseñando a las nuevas generaciones».
Explicó Arbeláez Alba: «Desde que pisé un aula en el año 1961 hasta la fecha, siempre he estado vinculada a la educación. El maestro, como maestra de primaria que soy, moldea a los niños, moldea a los futuros jóvenes, va moldeando a la sociedad. Si el maestro es ejemplo, tenemos buenos estudiantes, aplicados, estudiosos, patriotas, revolucionarios, como me formaron a mí».
Por otro lado, Lanier Gómez Martínez, presidente nacional de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), enfatizó el papel formativo de las brigadas estudiantiles de trabajo, subrayando su importancia en el contexto actual del país, porque «van más allá de la necesidad de producción y permiten a los estudiantes adquirir una cultura general integral». Explicó que , «a pesar de las inclemencias del tiempo y los fenómenos meteorológicos, nuestras brigadas han tenido una muy buena respuesta, aunque reconocemos que aún podemos movilizar a más estudiantes».
Gómez Martínez también señaló que «los destacamentos pedagógicos buscan ser un movimiento de monitores a gran escala, donde los estudiantes sean identificados por sus propios profesores y compañeros para impartir docencia responsable. Esto ratifica que esta juventud está dispuesta a seguir haciendo por esta obra de la revolución».
Manuel Ascunce Domenech no solo es recordado por su sacrificio; homenajearlo tambiénratifica el compromiso de los educadores y estudiantes cubanos en continuar su legado, porque la educación sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo de nuestra sociedad.