Con las notas del Himno Nacional y un grito de ¡Viva Cuba! comenzó, esta mañana del 7 de diciembre, el homenaje del pueblo de Santa Clara al Mayor General Antonio Maceo, en el parque que lleva su nombre, a 128 años de su caída en combate junto a Panchito Gómez Toro.
La actividad, que se realiza cada año, contó con la presencia de Osnay Miguel Colina Rodríguez, miembro del Comité Central y el primer secretario del Partido en Villa Clara; Milaxys Yanet Sánchez Armas, diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular y gobernadora provincial; Hermes Aguilera Pérez, primer secretario de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) en la provincia; Alberto Rodríguez Cruz, presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana; así como otros dirigentes del Partido, el gobierno, la UJC, y representantes de la FAR y el Minint.
Asimismo, acompañaron el encuentro combatientes de la Revolución, trabajadores y el color de los uniformes de los estudiantes de diversas enseñanzas.
En nombre de los niños, adolecentes y jóvenes, Vladimir Hernández Meneses, primer secretario del Comité Municipal de la UJC, resaltó este día como uno que inspira a recordar todas aquellas cualidades, principios patrióticos, conocimientos como estratega y la rebeldía y dignidad de de aquel que tenía «tanta fuerza en la mente como en el brazo».
«Parecerse a Maceo, asumirse un eterno mambí como el Titán de Bronce es asumirse un cubano entero: en tiempos de Zanjones, no ceder, ni negociar, ni olvidar las tradiciones de lucha e historia».
Esta jornada también se vistió de luto por todos aquellos mártires y héroes que cayeron en misiones internacionalistas y siempre serán recordados por el pueblo cubano, a 35 años de la Operación Tributo.
Desde el monumento de Ramón Leocadio Bonachea, el pueblo santaclareño marchó en un acto de peregrinación hasta la necrópolis de la ciudad para rendir tributo a estos héroes y darles el más sentido pésame a las madres, familiares y compañeros de los combatientes caídos.
Y como dijo el Apóstol Nacional José Martí: «La Muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida».