Unas 220 madres trabajadoras de Villa Clara se han beneficiado con la creación de las 22 casitas infantiles con que la provincia despidió 2024, y donde sus pequeños aprenden y descubren el mundo.
Surgieron en el país a partir de 1993 bajo un proyecto del Ministerio de Educación (Mined) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), como modalidad institucional de atención educativa a la primera infancia, además de sus aportes sociales y los beneficios a las familias acogidas a esta experiencia.
Para su apertura existe un reglamento que evalúa cada condicionante, a fin de garantizar el aprendizaje, el tiempo de descanso, la interacción con los juegos, el balance alimentario y las condiciones propias del sitio donde están enclavadas, entre otros requisitos.
Habilitadas en centros laborales y comunidades, las casitas están dirigidas a la atención formativo-educativa de infantes que no acuden a círculos infantiles.
Con la mirada del sector educacional, se insiste en la atención a los niños con educadoras y auxiliares pedagógicas graduadas en la especialidad de la primera infancia. Ellas planifican y organizan las actividades del proceso docente de conformidad con los programas y orientaciones metodológicas que rigen el trabajo en esta etapa.
Al igual que en los círculos infantiles, las casitas se establecen para infantes, a partir de un año y hasta los cinco, de segundo a quinto año de vida, al tiempo que se organizan según la cantidad de niños, sus edades, y características del local.
El programa resulta similar al de los círculos infantiles al recibir nociones del contexto social, natural, de la lengua materna, y detalles elementales de matemática y educación artística, por citar algunos.
Una vez egresados tienen derecho a continuar en el sistema educacional correspondiente de acuerdo con las capacidades disponibles en cada territorio.
Se espera que para el venidero curso escolar entren en funciones otras nueve dependencias de este tipo en la provincia de Villa Clara.