Un obstetra que ve en la ciencia el abrazo del alma

Para él la especialidad es ciencia. Le queda muy claro porque demanda poner el pensamiento ante cada caso.

Compartir

Vanguardia - Villa Clara - Cuba
Acabado de salir del salón. La satisfacción le invade al comentar los resultados a favor de la paciente. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
Ricardo R. González
@riciber91
146
16 Enero 2025

La localidad remediana de Zulueta lo vio crecer. Quizás, desde entonces, pensaba en seguir los caminos de una profesión que procurara el bien y recordara la prédica martiana de tener en cuenta esa trilogía que enlaza la virtud, la honradez, y que los ciudadanos «se sintieran útiles a sí mismos y a su país».

Pasó el tiempo. José Antonio Marrero Martínez tuvo que elegir. Ya era médico, y confiesa que desde el inicio de su residencia, en 1995, se enamoró de la Obstétrica y ha tratado de desarrollarla, aunque «si no he podido hacer más obedece a múltiples limitantes, ya sean de recursos, de posibilidades, de opciones o de ocasiones».

Para él la especialidad es ciencia. Le queda muy claro porque demanda poner el pensamiento ante cada caso, mas cuanto le complace andar por las calles y recibir el saludo de las personas como gesto de infinito valor. Así confiesa que «a veces no las recuerdo; sin embargo, constituye un regalo incalculable que puedas recibir».

Entonces recurre a las tantas vivencias proporcionadas por su desempeño profesional, y entre ellas evoca la ocurrida con una paciente de la Villa de los Laureles.

«Me solicitaron que le realizara una laparoscopía, y al salir a explicarle a su mamá me identificó: Ud, trabajó en Placetas?, dijo, pues sepa que me hizo el parto de ella en el 2000».

Son los regocijos de la vida, y luego de una pausa el galeno destaca: «Quieres más satisfacción que esa. Un ser que ayudé a traer al mundo al cabo de los años se convierte en paciente y que te reconozcan 23 años después».

La experiencia del Dr. Marrero no se circunscribe solamente al hospital ginecobstétrico Mariana Grajales donde labora, están sus procederes en otras instituciones y en las misiones que ha cumplido en diversos países. Su currículo admite el desempeño en Eritrea (2007— 2010), en Angola (2012 — 2015) y en México durante todo 2023 y una parte del pasado año.

Todo ello le permite establecer evidentes contrastes. «En el mercado internacional al paciente se le denomina cliente debido a que estás brindando un servicio que cobras, y al hablar de paciente se trata de una persona que tiene una situación determinada, y viene en busca de ayuda para solucionar su problema de salud.

Para el Dr. José Antonio Marrero Martínez la obstetricia es ciencia porque demanda poner el pensamiento ante cada caso.  (Foto: Ricardo R. González)

«En el caso de las misiones hemos visto que la mentalidad del médico de esas instituciones está en atraer clientes. Se atienden en hospitales públicos, mas lo remiten a su consulta privada, como rasgo mercantil».

— Aunque todos los días amerita el reconocimiento por la labor no siempre el camino es de satisfacciones. ¿Ha tropezado con ellas?

—.Hicimos el entrenamiento en mínimo acceso, pero se pudo haber hecho más. Es algo con un caudal infinito y en extremo amplio; sin embargo, la tecnología disponible está muy atrasada para avanzar e incorporar nuevas modalidades, aunque procedemos a favor del paciente.

Lo insólito de un caso

En las casi tres décadas que el Dr. José Antonio Marrero Martínez, especialista de II Grado en Gineobstetricia y master en atención integral a la mujer, aparecen casos singulares como el de la primera villaclareña con trasplante renal que logró su descendencia

Un verdadero equipo multidisciplinario insistió para que la pequeña  Sara Esther Morales Rodríguez, de Ranchuelo, arribara a este mundo ante una progenitora de 24 años.

El galeno no olvida que la cesárea, practicada hace algunos años, tuvo la peculiaridad de realizarse en una anatomía compleja. «El órgano trasplantado fue colocado en la fosa iliaca derecha o región baja del abdomen, precisamente por el sitio en que, con mayor frecuencia, se realiza la incisión habitual en este tipo de operación, aunque existen varias modalidades para penetrar en la cavidad abdominal. Ello implicó un cuidado extremo, incluso en el manejo de los instrumentos que normalmente utilizamos».

Aproximadamente en 30 minutos se realizó el acto, en un tiempo muy similar a los procederes habituales, sin que apareciera ningún tipo de contratiempos ni la necesidad de aplicar maniobras extras.

— ¿Cómo son esos minutos previos antes de deslizar el bisturí?

— Aun para el más experto de los expertos siempre resultan muy tensos hasta que visualizamos toda la cavidad anatómica y saber que no se afrontan dificultades. Podemos estar operando la vida entera, pero cada paciente es diferente, todas las cirugías son distintas, y el hecho de que la cesárea constituya la más frecuente que practica un obstetra tal parece como si la hicieras por primera vez,

— ¿Para Ud. un caso nunca abordado?

— Resultó insólito. En los años que llevo en la especialidad ninguno ha estado relacionado con las características de esta paciente. Todos hemos sido pioneros en dicho proceder porque la provincia no los había aplicado en una trasplantada de un órgano vital. De hecho a nivel nacional son pocas las experiencias de este tipo que han logrado su criatura.

— Si hablamos de satisfacciones profesionales ¿cuáles les deja al ver los resultados?

— Tenemos el privilegio de traer vidas al mundo. Un ser que se está amando desde hace nueve meses atrás, y en el caso de esta muchacha era su única oportunidad. O lo lograba o lo perdía todo. Esa fue la razón que impulsó al equipo médico con un trabajo mancomunado de todas las especialidades contribuyentes al éxito, un triunfo de muchos. Saber que esa pequeña nació con buenas condiciones hace que crezcan las satisfacciones personales y profesionales.

Durante la cesárea de los primeros trillizos nacidos en Villa Clara en el pasado año. (Foto: Ricardo R. González)

— Cuando escucha el primer llanto y corta el cordón umbilical ¿se sienten ustedes una especie de «padres» de esas criaturas?

— Nos ocurre siempre, con algunas madres mantenemos vínculos y nos hacen sentir una paternidad peculiar hacia su producto anhelado. Cada vez que podemos asistimos a los cumpleaños, nos mantienen al tanto de los avances en su desarrollo evolutivo.

— Incluso tiene varios ahijados en su historia profesional…

— Resultan como los premios que llegan. Es algo recíproco que ensancha el corazón.

Para el Dr. José Antonio Marrero un regocijo le complementa en el plano personal debido a que sus dos hijos siguen las huellas de la Medicina. No hubo imposiciones y cada quien decidió por propia voluntad.

Es posible que, en ocasiones, a este profesional se le nublen los ojos, sobre todo cuando los recuerdos rozan sus sentimientos, mas, rápidamente aparece una sonrisa que trasluce dignidad, como la que profesa el Dr. José Antonio Marrero Martínez quien reafirma con satisfacción que no se arrepiente de ser obstetra. 

Comentar