En áreas exteriores del hospital Arnaldo Milián Castro Raisa Lock, especialista de Relaciones internacionales en la Dirección General de Salud, agradece el gesto. Junto a ella «Nachito» y su esposa Aurora. (Foto: Ricardo R. González)
Ricardo R. González
@riciber91
19
01 Febrero 2025
01 Febrero 2025
Publicado recientemente
Llegó temprano en la mañana del jueves al hospital universitario Arnaldo Milián Castro, de Villa Clara, y esta vez el maestro Ignacio Nachito Herrera no ofreció los acordes que salen del majestuoso piano porque su concierto tomó el camino de un donativo que sale del alma.
No estuvo solo. Le acompañaron su esposa Aurora, quienes presiden en Minnesota la Fundación Matter, junto a integrantes de la Asociación Cultural José Martí, radicada en Miami, y una delegación de Martinica, de visita en la ciudad, para tender manos y hacer ver que no hay nada tan inmenso como esa virtud sin fronteras arropada en la solidaridad.
Al recibimiento acudieron médicos, directivos, técnicos, personal de enfermería y trabajadores como muestra de agradecimiento. Para ellos y para todos, la propia Aurora ratificó la dicha de contar con muchas manos cooperando, de vencer obstáculos naturales y de otra índole porque «Cuba no está ni estará sola».
Recordó cómo aún con las bajas temperaturas reinantes en Minnesota se cargaron los camiones para el pueblo destinatario.
Equipos médicos, camas hospitalarias, guantes, suturas, batas sanitarias, bránulas, medicamentos, 1740 libras de vitaminas, material quirúrgico y de laboratorio, incubadoras, monitores, entre otros renglones conformaron las 53 000 libras del cargamento valorado en un 1 049 920 dólares.
Por su parte, José López, Presidente de la Asociación Cubana José Martí, destacó que por más de tres décadas se ha apoyado a íamayor de las Antillas desde «la otra orilla», y han llevado su ayuda a diversas provincias cubanas obviando todos los trámites burocráticos que la misión impone.
Vistiendo camisa azul, saco gris, gorra blanca cifrada con el nombre del archipiélago, y apenas sin descansar luego de su participación en la edición 40 del Festival Internacional Jazz Plaza santaclareño, Nachito Herrera llegó al clínico quirúrgico universitario con la premisa de que la música cubana le permite el encuentro con sus raíces, o lo ratifica al remarcar que su amor por la música nació en este país y aquí se hizo quien es, «por lo que ahora es el momento de dar y retribuir».
Ganador de importantes premios internacionales, el artemiseño de pura cepa y residente desde hace más de 20 años en el exterior ha transitado por esa acuarela que le permite incursionar por la música popular hasta llegar a lo meramente clásico porque, en su consideración personal, la música es una sola, «el lenguaje más hermoso a manejar».
Nachito llegó a Santa Clara y. además de dejar su arte, se lleva en reciprocidad el amor de este pueblo, la gratitud que no se cambia, y dos de los distingos más importantes del centro de Cuba: El Zarapico, como máxima Distinción Cultural, y la de ser Hijo Ilustre de esta ciudad para que las tenga siempre al dar comienzo cada día, allá en el lejano Minnesota.